Las alertas climáticas fueron noticia la semana pasada y en las últimas horas hemos tenido intensas lluvias en gran parte del territorio nacional. Intensas y esperadas lluvias. En medio de estas alertas no se prestó debida atención a las condiciones cordilleranas, especialmente al tránsito binacional que se realiza a través del Paso Los Libertadores, con su túnel situado a 3.185 metros de altura sobre el nivel del mar. Las condiciones climáticas fueron las esperadas y resultaron especialmente duras en la alta montaña, generando una grave situación que afectó a cientos de vehículos de carga y pasajeros, dejando aislada a gran cantidad de personas durante interminables horas.
Esta situación, que ya se advertía el sábado, no fue debidamente apreciada por las autoridades responsables, que mantuvieron el tráfico en ambas direcciones, pese a la ocurrencia de accidentes menores e intensas nevadas.
En esas condiciones se generó congestión tanto por el lado de Chile como de Argentina, creando situaciones particularmente angustiantes para pasajeros de buses y ocupantes de automóviles.
Faltaba combustible a los vehículos detenidos con motores en marcha para mantener en funciones la esencial calefacción. Faltaba también la alimentación ya que no había mayor previsión para un recorrido relativamente corto, 69 kilómetros desde Los Andes a la frontera y desde allí otros 194 hasta Mendoza, que pese a controles fronterizos no debía tomar mucho tiempo.
Pero las condiciones climáticas dijeron otra cosa y ese recorrido se convirtió en una odisea con grave riesgo para los viajeros, particularmente para niños y personas de la tercera edad.
La carga también debía esperar y sus condiciones de mantención, cuando se trataba de alimentos, eran inciertas, pues no siempre se podían mantener en marcha los motores de los camiones. Toda esta situación en un escenario de viento, lluvia y nieve en una de las cordilleras más altas del mundo.
¿Faltó coordinación entre las autoridades de ambos países en cuanto a la decisión preventiva de cerrar la ruta considerando las alertas meteorológicas cada vez más precisas? En la emergencia actuaron el Ejército y Carabineros, que atendieron la situación por el flanco chileno.
La historia de cortes de esa ruta, de rodados con consecuencias fatales y la destrucción de infraestructura como el Ferrocarril Trasandino, es larga y debería significar un permanente estado de alerta ante las condiciones climáticas en altura, muchas veces de cambios casi instantáneos.
La reciente crisis obliga a un análisis en conjunto de autoridades chilenas y argentinas para que estas situaciones, donde hubo riesgo para la vida humana, no se vuelvan a repetir.