"Es probable que los recursos sean insuficientes y que lo público no dé abasto"
El presidente de la Cámara Regional de Comercio de Valparaíso, José Pakomio, si bien valoró la relevancia que en la propuesta de Constitución se da a lo público a la hora de garantizar los derechos sociales que reclamó la ciudadanía en el estallido, cree que la nueva carta magna trae consigo una balanza desequilibrada, con una desconfianza excesiva hacia lo privado.
-¿En qué artículos ve un desequilibrio hacia lo privado en comparación con lo público?
-Uno de los artículos que se inclina por favorecer el sector público es el que dice relación con el Derecho a la Salud y a la creación de un Sistema Universal de Salud. Si bien todos los expertos coinciden en que la continuidad de clínicas e Isapres dependerá de la ley, de aprobarse el proyecto constitucional sin ajustes, podría desencadenar la desaparición de las aseguradoras privadas y, por ende, perjudicar al sector y también a los usuarios que verían mermada su capacidad de elegir.
-¿Qué riesgos trae consigo una balanza desequilibrada entre ambos sectores?
-Una Constitución que carece de equilibrios puede derivar en muchos problemas en la práctica. En el papel, garantizar derechos de la mano del sector público es ideal, es esperanzador, pero lo importante es poder cumplir todos los compromisos adquiridos. Por ejemplo, se espera que el Estado vele por una serie de materias, pero es probable que los recursos sean insuficientes y que la infraestructura pública no dé abasto para atender todas las necesidades de la población y, allí, el rol del privado es clave.
-Hay quienes plantean que no se formenta la colaboración público-privada.
-La colaboración público-privado es clave para cualquier país. Así como en temas de viviendas, en materia como pensiones, educación, salud, entre otras, se deberían contar con alternativas a la opción estatal. Nosotros apelamos por el fomento a la inversión privada y a la capacidad de la ciudadanía por elegir cuál alternativa le acomoda más. En esa línea, la nueva Constitución si bien le entrega muchas responsabilidades y atribuciones al sector público, casi no especifica las garantías que tendrá el sector privado, dejándolo relegado a la discusión parlamentaria.
-¿Hay una confianza excesiva en el rol del Estado y de lo público?
-Efectivamente, la propuesta de nueva Constitución tiene una clara inclinación por atribuirle un rol más activo al Estado, lo que es positivo para dar respuesta a las demandas que se dieron a conocer durante el estallido social. Sin embargo, lamentamos que el modelo propuesto en el borrador no garantice la participación de privados y que su integración en diversas materias dependa de las condiciones y requisitos que establezca la ley. La amplia interpretación ha generado una incertidumbre que pensábamos se acabaría con la presentación del texto, pero se mantiene.
-¿Por qué cree que hay desconfianza hacia el mundo privado?
-La ciudadanía ve con desconfianza las inversiones privadas cuando éstas son interpretadas como un beneficio propio, como una mera empresa con fines de lucro. Sin embargo, se omite la relevancia que tiene la presencia del sector privado, no solo para equilibrar la balanza entre aquello que no puede ser cubierto por el sector público, sino también porque promueve las inversiones y genera empleos, impulsando que la economía crezca y que el país se desarrolle. Sabemos que la suspicacia que produce el sector privado puede deberse a las malas prácticas que, lamentablemente, algunas empresas han tenido a través de los años, pero como CRCP sabemos que esta realidad nos demanda una nueva forma de hacer negocios, donde no solo se trate de generar beneficios económicos, sino también mejorar condiciones sociales.