¡Basta ya, señor alcalde!
El denigrante espectáculo del último sábado en la Plaza Victoria es la última palada de tierra sobre la carrera política de Jorge Sharp.
La vergonzosa, indignante y, por sobre todos los adjetivos posibles, denigrante performance protagonizada por Las Indetectables en el evento por el Apruebo, convocado por el alcalde de Valparaíso Jorge Sharp y su movimiento Apruebo Transformar, pone a la ciudad en el centro de la atención política a nivel nacional e internacional y, pese a cualquier tardía condena o tibia argumentación, transforma al jefe comunal en un paria, lapidando sin más su explosiva pero zigzagueante carrera política.
Ya no se trata de mezclar las cosas. El Apruebo -opción tan válida como la que se le opone en el plebiscito del próximo domingo- poco tiene que ver con esto, que no es más que un simple y ordinario intento por apropiarse de una posición que nunca defendieron durante el Estallido Social, y menos para el Acuerdo del 15 de noviembre, además de sabotear cualquier cosa que haga el Gobierno.
Pero, dicho está, una cosa es la política, la miseria y las traiciones y otra tremendamente distinta es insultar a la población, pasando a llevar los derechos de los niños y niñas, además de mancillar la bandera chilena de una manera inenarrable. Nadie dice que el alcalde sabía lo que ocurriría sobre el escenario de la Plaza Victoria, como tampoco puede culpársele directamente de la devastación y degradación de Valparaíso. Pero existe un denominador común: siempre está cerca de quienes lo hacen, cerca de quienes quieren convencernos de que el país les pertenece y pueden hacer lo que se les antoje con él. Se llenan la boca con los derechos LBGTQ+ y luego denigran a las minorías con actos como el animado y celebrado por la periodista y concejala FA por Ñuñoa Alejandra Valle (la que solo unos días atrás decía, con la boca llena de espuma, que los portonazos se los hacen a los ricos). ¿Cómo alguien en su sano juicio permitió que ocurriera lo que ocurrió? ¿No daba el "ángulo" para ver una bandera saliendo de donde salió ni oír las barbaridades de los "artistas"?
Como sea, Valparaíso, en cuanto a ciudad y centro social, comenzó a apagarse hace mucho tiempo por factores que obviamente exceden la capacidad o incapacidad del alcalde Sharp. Hoy, sin embargo, cruzó una línea demasiado delicada, intransitable aún para muchos tanto o más extremos de lo que él dice o pretende ser. Repitiendo la idea: Jorge Sharp se convirtió en un paria. Con la tremenda irresponsabilidad de su acto, tiró por la borda sus genuinos planes de trabajar y reflotar Valparaíso en éste, su segundo período, faltó el respeto a la ciudadanía, degradó el sillón que ocupa y, de paso, quitó toda validez e interés a instancias como la Corporación para el Manejo del Sitio de Patrimonio Mundial porteño o alianzas con privados para la reactivación del Puerto. ¿Qué le queda? Ni el Gobierno, ni la delegada, ni el gobernador regional, menos el Congreso y el empresariado, querrán volver a verlo. Como bien dijimos, ya no se trata del plebiscito, de colores, o metáforas: el alcalde acaba de cometer un suicidio político que hace mucho tiempo se veía venir y el jurídico Nicolás Guzmán, sino escapa a tiempo y renuncia antes, debiera ir lustrándose los zapatos para el desfile que le tocará en Tribunales en defensa de su perdido jefe.
Por último, ¿no tiene Sharp amigos, familia o alguien que pueda decirle que esta vez sí que metió la cabeza al W.C.?