El PC y su poder en La Moneda y en la calle
Los comunistas no lograron un puesto de mando en el tema del orden público y seguridad, pero consiguieron un escritorio dominante sobre regiones y comunas. Mostrando su poder en el corazón del Ejecutivo, capturaron una posición privilegiada y bastante menos expuesta que la Subsecretaría del Interior y Seguridad Pública.
Sus dichos, en minutos, sacaron a Nicolás Cataldo de la lista de nuevas designaciones ministeriales. Desde la oposición recordaron las duras expresiones del militante comunista contra Carabineros y con ese antecedente su presencia en la Subsecretaría del Interior resultaba impresentable, justamente en tiempos de crisis de seguridad.
Sus defensores argumentaron posteriormente que Cataldo ha cambiado su modo de pensar. Es posible, pero en la oposición y también en los recovecos del oficialismo se sostiene aquello de que moro viejo nunca fue buen cristiano. Pero Cataldo no fue cancelado y devuelto a su escritorio del Ministerio de Educación. Retorna ahora no controlando la seguridad pública, sino que controlando la abultada billetera de la Subsecretaría de Desarrollo Regional (Subdere). El presupuesto que maneja esa importante dependencia oficial es de $144.469 millones y está destinado principalmente a canalizar recursos a regiones, en un diseño de gobiernos anteriores que busca descomprimir el agobiante centralismo.
Así, en concreto y en terreno, Nicolás Cataldo debe relacionarse con gobernadores y alcaldes y conocer sus proyectos de inversión locales y posibles financiamiento. ¿Será objetiva la Subdere en sus asignaciones o actuará mirando primero la camiseta de los solicitantes? Una duda razonable que inquieta no solo a la oposición.
Lo señalado deja en claro que la designación no es un "premio de consuelo" para Cataldo y menos para el partido comunista. Así, el PC, expresando su molestia por la abortada nominación inicial de su camarada, mostró su poder y logró una posición privilegiada y bastante menos expuesta que la Subsecretaría del Interior y Seguridad Pública, donde los disparos llegan de todos lados, incluyendo fuego amigo.
Al lograr esta importante posición, el Presidente Gabriel Boric debió remover a Miguel Crispi (Revolución Democrática), quien pasó al segundo piso de La Moneda. Molestia en su colectividad después de la baja de Giorgio Jackson y de la subsecretaria de la Niñez, Rosa Faúndez. El realismo político indicaba que el PC tiene historia y pesa bastante más que RD.
Pero ese sector menoscabado no está dispuesto a guardar silencio. Un dirigente acusa que "el que grita más fuerte se lleva premios, y eso no está bien". La queja será planteada formalmente al Presidente.
Pero lo que no está nada bien es el apoyo que el exconvencional y exdiputado Hugo Gutiérrez y el alcalde de Recoleta, Daniel Jadue, ambos comunistas, dan a las violentas manifestaciones estudiantiles que desde hace días afectan a Santiago. "Nuevamente los jóvenes haciéndose cargo de la responsabilidad de los viejos", dijo Gutiérrez. El alcalde de Recoleta, en tanto, tras acciones judiciales contra los violentistas, sostuvo que "medidas represivas a la vieja usanza no nos conducen a ninguna parte".
Y así los comunistas mientras muestran su poder en La Moneda, también mantienen sus apuestas en la calle.