EN LA VIÑA DEL SEÑOR El rinconcito de la consentida
POR GABRIELA CHOMER GABRIELA CHOMER
En los últimos días todos se preguntan cuál es el verdadero motivo del ultimátum de la alcaldesa de Viña del Mar, Macarena Ripamonti, contra el Presidente de la República Gabriel Boric, a propósito de la votación del Consejo de Ministros sobre el proyecto Las Salinas.
La jefa comunal viñamarina llegó a decir en una improvisada conferencia de prensa en las afueras del municipio: "Queremos que Viña del Mar crezca, que este terreno sea saneado, que exista justicia ambiental, pero no así. En marzo, el Presidente de la República Gabriel Boric firmó el Acuerdo de Escazú, que tiene dos grandes dimensiones: la justicia ambiental y la participación ciudadana, dos cosas que hoy no están incorporadas y que debe resolver el Comité de Ministros en menos de 72 horas. (...) Yo le quiero decir al Presidente y al Comité de Ministros que si firmaron como gobierno el tratado de Escazú para hacer justicia ambiental realmente, tienen que tomarlo en consideración y aplicarlo a la hora de resolver en menos de 72 horas este conflicto ambiental; si no, además de perder nuestra confianza, que todavía la tenemos en usted, Presidente, y ministros, nos están dando cuenta de que eso fue un acto para demostrar gestión rápida y liviana en sus primeros días de gobierno y no de justicia real y de consideración con la naturaleza".
Quien secundó a Ripamonti fue el gobernador regional, Rodrigo Mundaca, muy cercano a la alcaldesa. El gobernador comulga bastante con Revolución Democrática, el partido de Ripamonti, y desde la salida de Janna Sakalha de la municipalidad viñamarina, la relación parece haber alcanzado un segundo aire.
Pero el motivo real iba mucho más allá de los intereses por Las Salinas, sino que se basa en la molestia por la salida de uno de los fundadores de RD, Miguel Crispi, de la Subsecretaria de Desarrollo Regional (Subdere), en la última remodelación del gabinete, por parte del Presidente Boric, dejando esa repartición en manos del militante comunista Nicolás Cataldo -quien había fracasado en su arribo a la Subsecretaría del Interior-, lo que dejó al partido de Ripamonti no solo fuera del Palacio de La Moneda y del comité político, sino también de la principal repartición que entrega el financiamiento a los gobiernos regionales y comunales, lo que significa un golpe durísimo en la línea de flotación del partido.
Desde la tienda de Giorgio Jackson han expresado fuertes molestias por la salida de Crispi, todas ellas en privado y en off the record, pero han dejado entrever que lo ocurrido no puede pasar inadvertido.
Desde esa lógica se explica la molestia de Ripamonti, ya que el municipio que ella dirige necesitará activamente del apoyo de la Subdere para enfrentar los desafíos financieros comunales. Sin Crispi como su aliado, y con la llegada de Cataldo, se complica el escenario para la jefa edilicia.
Se debe agregar, asimismo, que para Mundaca el nombramiento en la Subdere también es un golpe duro, ya que él había generado una complicidad con Crispi y ahora el escenario cambia por completo para él y para la futura candidata a senadora, la diputada Carolina Marzán, a quien el gobernador regional está apoyando activamente, ya que se especula que el Partido Comunista tomó la decisión de levantar la candidatura a senador por esta Región de su principal líder, el mismísimo Guillermo Teillier.
Así, teniendo a Cataldo en la Subdere y a Teillier como candidato a senador por la zona, las probabilidades de Marzán parecieran debilitarse, sumado a que Mundaca ya tiene un nuevo rival político: el diputado socialista Nelson Venegas, quien también anunció que desea ser candidato a senador por la zona. De hecho, para fortalecer su imagen, optó por convertirse en rival de Rodrigo Mundaca, tal como dijo en estas mismas páginas, cuando acusó al gobernador de hacer política "a punta de camiones aljibe".