"Sería un error descartar toda la propuesta de la Convención solo porque el Rechazo ganó"
Intentando ser un aporte desde las ciencias sociales a la discusión constitucional en curso y al nuevo ciclo político que se viene, el Centro de Estudios de Conflicto y Cohesión Social (COES)- de la mano de la editorial Catalonia- presentó hace unas semanas el libro "Buscando un nuevo contrato social", en el que 29 reconocidos investigadores reflexionaron sobre el proceso constitucional en curso. Si bien es un libro que se comenzó a gestar antes del contundente triunfo del Rechazo en el plebiscito de salida, lo que sus autores buscan es avanzar hacia un acuerdo social más amplio y duradero.
La académica de la Universidad de Chile e investigadora del Coes, Natalia Castillo, es una de las coeditoras de la publicación en la que participan otros intelectuales como Javier Couso o Fernando Pairicán. En esta entrevista esta académica comenta los desafíos del nuevo proceso, cómo se pueden evitar los errores del pasado y cómo es que una Constitución mínima- lejos de ser un programa- puede ser la clave del éxito en un futuro plebiscito de salida.
-¿Qué debate buscan dar con este libro pensando en el fracaso del proceso anterior y que este nuevo que se inicia desde el Parlamento no repita los errores del pasado y garantice un acuerdo amplio que sea exitoso?
-Lo que intentamos hacer con este libro es presentar diagnósticos, propuestas y evidencia comparada en una serie de temas relativos a derechos e instituciones políticas, derechos sociales y modelo de desarrollo, que son debates que se mantienen plenamente vigentes en caso de un nuevo proceso. Los errores del pasado tuvieron más que ver con conducción y acuerdos políticos. En este sentido, creemos que el libro es un insumo valioso, intentando dar respuestas desde una serie de perspectivas al reequilibrio entre los poderes ejecutivo y legislativo, en la paridad de género, o el derecho a la educación, vivienda y seguridad social.
-¿Qué se puede rescatar del texto anterior sin darle una carga negativa al nuevo texto que se construirá?
-Hay mucho que se puede rescatar del texto anterior. Sería un error descartar toda la propuesta de la Convención solo porque el Rechazo ganó ampliamente.
-Son muchas las interpretaciones. Pero a ¿Qué respuesta llegaron ustedes sobre el fracaso de la convención en el plebiscito de salida?
-A nuestro parecer hay dos factores: uno fue el diseño institucional de tener voto obligatorio solo para el plebiscito de entrada, forzando el ingreso de votantes con preferencias posiblemente distintas de aquellas que eligieron convencionales en mayor de 2021. Hubo una gran falta de visión en entender que las condiciones entre ambas elecciones no serían permanentes. El otro punto tiene que ver con la convención propiamente tal, con alta presencia de sectores que desconfían de la política y que tenían demandas de movimientos particulares y no necesariamente visión de conjunto.
-Fue un debate que se dio posplebiscito entre los que piden que la nueva propuesta sea un marco más transversal y general, antes que identitario.
-Diría que más que una dicotomía entre constitución identitaria versus una transversal, buena parte del problema tiene que ver con el nivel de detalle que incluyó en la propuesta, en gran medida por la desconfianza respecto a los "poderes constituidos".
-¿Es posible una Constitución mínima sin perder de vista esa carga social que se le pide?
-Creo que se puede avanzar en marcos más generales de derechos - por ejemplo, incluyendo principios como la igualdad sustantiva - que permitan resguardar a grupos históricamente excluidos sin tener que nombrarlos a todos en el texto constitucional. De hecho, es posible que en un potencial nuevo proceso se acerque a una constitución mínima, que genere consenso y otorgue flexibilidad para que en el futuro nuevas demandas puedan tener respuesta al alero de la constitución.
- ¿Cómo ven las 12 bases constitucionales que se acordaron esta semana en el congreso? ¿son garantía de un acuerdo final amplio? ¿O son un límite para el trabajo de un nuevo órgano?
-Las bases acordadas, de mantenerse, pueden contribuir a un acuerdo en la medida que estos bordes se refieren a varias de las cuestiones más criticadas por quienes hicieron campaña por el Rechazo. Al zanjar algunas cosas, también hacen factible el trabajo de una convención en un período más breve, como se está planteando. Sin embargo, también se está limitando mucho la deliberación, en particular en el punto respecto a derechos y libertades constitucionales.
-¿Y se está limitando también la futura propuesta?
-Creo que se deja bastante espacio en cuestiones que son centrales, sobre todo pensando en dejar atrás los límites de la Constitución actual. Es decir, si el nuevo proyecto va a permitir el cambio y la inclusión de las mayorías sociales versus lo que hay actualmente, que es más proclive al statu quo. En ese sentido la Constitución mínima sería un espacio que abre oportunidades y posibilidades de avanzar en nuevas direcciones, sin ser un programa de gobierno y está bien que así sea.
-¿Qué riesgos se proyectan si es que la clase política no llega a un acuerdo transversal pronto y este debate se posterga bajo el argumento de que Chile tiene otras prioridades como la delincuencia o la inflación?
-La discusión sobre las prioridades como se pregunta en las encuestas no debiese ser central en esta discusión. Es claro que se requiere un cambio constitucional y sigue habiendo cierto consenso en eso. Avanzar no implica dejar de lado otras prioridades como la delincuencia o la inflación. Al contrario, mientras antes se logre acuerdo y el tema salga del Congreso, hay más espacio para otras discusiones. Si no se logra acuerdo, no solo se perderá una oportunidad histórica de reemplazar la Constitución actual, sino también me parece que puede afectar aún más la imagen negativa de los actores políticos. Nos daríamos cuenta de que no son capaces de lograr una de las cosas centrales que la ciudadanía espera de sus representantes: que se pongan de acuerdo.
-Sé que es temprano aún para diagnósticos categóricos pero ¿Qué lecciones sacaron ustedes sobre el ciudadano que se sumó con el voto obligatorio y se inclinó por el Rechazo?
-Todavía se necesita mucha más información al respecto, pero buena parte del votante que se incorporó con el voto obligatorio es un votante poco interesado en política, poco ideologizado, más bien pragmático. Es posible que estos sectores, preocupados por cuestiones del día a día, como la delincuencia y el costo de vida, no viera en la propuesta constitucional una solución a esos temas y la rechazara por una mezcla de castigo al gobierno, aspectos del borrador que no compartían y un rechazo al proceso en general.
"Es posible que un potencial nuevo proceso se acerque a una Constitución mínima que genere consenso y otorgue flexibilidad para que en el futuro nuevas demandas puedan tener respuesta".