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ENTREVISTA. miquel barceló, ingeniero industrial y asesor del distrito V21 de Viña del Mar:

"El proyecto está alineado con lo que hacen hoy las ciudades más dinámicas del mundo"

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Claudio Ramírez

Uno de los referentes en materia de distritos de innovación en el mundo es el 22@ de Barcelona, que a principios de este siglo comenzó a transformar cerca de 200 hectáreas abandonadas de la ciudad condal en un centro productivo innovador con espacios modernos para la concentración estratégica de actividades intensivas en conocimiento.

Entre sus artífices se cuenta el ingeniero industrial, consultor, economista y escritor español, Miquel Barceló, que incluso fue su presidente entre 2004 y 2007. Hoy es el asesor del distrito V21 que se lanzó oficialmente este año en el sector de El Salto, en Viña del Mar, y sobre el cual tiene cifradas grandes expectativas.

"Me parece una iniciativa magnífica y por otra parte está alineada con lo que hacen hoy las ciudades del mundo más dinámicas desde el punto de vista económico, del conocimiento y social. Hoy existe una gran ebullición de ciudades porque el distrito innovador no es transformar un sector, sino que definir un modelo de ciudad", comenta Barceló que hace un lustro estuvo en la zona realizando un estudio sobre las industrias creativas y culturales.

- ¿Cómo nació su relación con el distrito V21?

- Yo ya llevo tiempo en contacto con el distrito porque tuve el privilegio de colaborar con un gran arquitecto que se llamaba Luis Alonso y que nos dejó hace unos meses. Él hizo la preparación del master plan del distrito en El Salto, Viña del Mar. Como nos conocíamos de Barcelona me pidió que hiciera un primer análisis de la base de conocimiento existente, por tanto ahí empecé a conocer de la iniciativa. Luego, el distrito 22@ de Barcelona, donde estoy en el Concejo, organizó un seminario webinar en plena pandemia dirigido a ciudades de Latinoamérica y allí participaron varias ciudades, entre ellas Viña del Mar y conocí a las personas que lo están promoviendo. De hecho nos tocó hacer un diagnóstico de las ciudades y yo hice el de Viña del Mar.

- ¿Y en base a ello, le pareció un lugar adecuado para hacer un distrito de innovación?

- Yo creo que sí y por varias razones. La primera por la voluntad que parece que hay en el pacto público privado, que es una condición importante. Luego pienso que, en general, la Región de Valparaíso tiene un activo importantísimo en su sistema universitario y esa es una de las bases fundamentales porque de lo que se trata es de diversificar la economía hacia sectores de alto valor añadido, ocupar personas de talento y en ese sentido la región las reúne.

Capital humano

-¿Hubo algo en particular que le llamó la atención?

- . Cuando fui recogiendo información de distintos aspectos tanto de estructura económica como de la base de conocimiento, quedé muy impresionado por el hecho de que en la región hay 130 mil estudiantes de educación superior que representan un 11% del total de Chile lo que es un dato importantísimo. Además, cada año salen del sistema universitario unos 20 mil egresados que en su mayoría tienen que ir a trabajar a otras partes, a Santiago e incluso a otros países (...) el reto es crear las condiciones en torno a una actividad económica que permita ocupar a ese capital humano y hacerlo con criterios de equidad y equilibrio social, en este caso en la ciudad de Viña del Mar empezando por la transformación del polígono de El Salto.

- ¿Y ve similitudes entre lo que pasó en Barcelona y Viña del Mar?

- Yo empecé mi historia de mi vinculación con esos procesos de transformación urbana hace más de 20 años en Barcelona cuando un grupo de ciudadanos profesionales convencimos al alcalde de aquella época Joan Clos, del Partido Socialista y que tenía mayoría en el ayuntamiento, de que una zona industrial degradada de la ciudad había que transformarla en espacio para una nueva actividad económica. A partir de allí ese modelo se ha ido perfeccionando y aplicando en diversas ciudades del mundo. Lo que yo observo es que a través de esa experiencia, los procesos, sobre todos los iniciales son distintos y que responden a agentes diversos, pero que al final los casos de éxito se crean bajo un consenso social, político, de las fuerzas sociales y de las instituciones del territorio.

- ¿Cuál es el elemento clave para que un distrito finalmente tenga éxito?

- Un elemento clave en el éxito de un distrito de innovación es el pacto público privado, es decir, con solo la administración pública no hay capacidad de inversión y desarrollo. El 22@ ya ocupa más de 1 millón y medio de metros cuadrados con más de 100 mil trabajadores y la inversión fundamentalmente ha sido privada, por tanto, ese pacto es fundamental y en distintos niveles, pero también a nivel de acuerdos y promoción del proyecto.

Diversificar economía

- ¿Ahora, cuáles pueden ser los beneficios no sólo para la comuna, sino que para la región?

- Viña del Mar es la Ciudad Jardín y es conocida por el turismo, por sus festivales de música, etc. Hay un acuerdo sobre la necesidad de proceder a generar iniciativas que lleven a la diversificación productiva porque la especialización en un sector, en este caso en el turismo, plantea amenazas importantes y lo vivimos en el caso del covid. Yo hace tres años que trabajo en un proyecto similar en las islas Baleares, en Palma de Mallorca, y allí tanto el gobierno local como el regional se han planteado la necesidad imperiosa de diversificar y estamos en un proyecto muy avanzado. Por lo tanto el primer beneficiario es el equilibrio económico. El desarrollo de actividades económicas de alto valor añadido va a ocupar una parte importante de esas 20 mil personas que son egresan del sistema universitario.

Empleo

- ¿Y en cuanto a empleo?

- Si generamos en el distrito innovador 50 mil puestos de trabajo, que no sería descabellado pensar en esa cifra, podemos crear 50 mil o 100 mil más en el sector servicios. Entonces, el beneficiario al final es el ciudadano que no tiene que migrar y buscar puestos de trabajo calificado en otras partes. El habitante que depende de un servicio estacional como el turismo ante una eventualidad como el covid puede tener problemas graves.

- ¿Y como parte todo ese proceso?

- En una primera etapa hay que partir de lo propio, las universidades, las empresas, los coworkings que son la base de partida. A partir de allí personas cualificadas desean ir a esos lugares donde puedan desarrollar su proyecto de vida personal y familiar, y eso en Barcelona ha sido un boom. El distrito 22@ es hoy el motor económico de la ciudad. Antes del covid, cada año 6 mil profesionales de toda Europa llegaban para vivir y trabajar en empresas tecnológicas. Por lo tanto, los beneficios se reparten en toda la estructura social.

"Personas cualificadas desean ir a esos lugares donde puedan desarrollar su proyecto de vida personal y familiar, y eso en Barcelona ha sido un boom".