El plan de no levantarse nunca más de la cama
Tras el ajetreo de los compromisos para terminar el 2022, libros como "Mi año de descanso y relajación" o "Dónde estás, mundo bello" pueden resultar balsámicos.
El año parte lento. La modorra de los días festivos y su correspondiente algarabía, así como, en algunos, la ansiedad desatada al tener que pasar tantos días con la familia ("la fuente de la neurosis", según los psicoanalistas) crean la atmósfera propia para encerrarse a mirar el techo, vegetar, como en la novela "Mi año de descanso y relajación", de la estadounidense Ottessa Moshfegh. Con ese título se ríe de los libros de autoayuda mediante la historia de una joven de 26 años en Manhattan que decide pasar un año durmiendo gracias a los psicotrópicos.
La narradora languidece con la tele encendida y en su nube de químicos a veces realiza llamadas, compra cosas por Internet o recuerda por qué desea "hibernar": su único trabajo después de la universidad fue como asistente de una galería, donde a los millennials cultos de Nueva York "los oía decir estupideces sobre arte. Se lamentaban por el éxito de los demás. Creían que querían ser adorados, tener influencia, ser célebres por su genialidad, merecer que los venerasen, pero apenas se podían mirar en el espejo. Me daba la impresión de que todos tomaban clonazepam. Vivían casi todos en Brooklyn, otra de las razones por las que me alegraba de vivir en el Upper East Side".
Moshfegh nació en 1981, de modo que probablemente está mostrando a quienes la rodeaban a sus 26 años, personas de su edad que "se concentraban en 'ideas abstractas' y terminaban con problemas con el alcohol para tapar aquel autodesprecio que preferían llamar 'hastío existencial'", porque cuando discutían sobre un tema "se tomaban tan en serio a sí mismos (…) que parecía que se enfrentaban a una decisión en la que había tanto en juego que podía explotar el mundo".
Aparte de salir a comprar fármacos gracias a recetas de una psiquiatra de dudosa reputación, la bella durmiente posmoderna va al café de su cuadra, un lugar frecuentado por la clase obrera donde nadie cuestiona que entre en pijama. Allí, mientras la atienden, revisa los titulares de los diarios y se entera de que "una mina se había derrumbado en algún lugar de América del Sur".
Lena DUNHaM
De regreso al mundo del arte, tópico que parece ser una constante para quienes crecieron en este siglo, aparece la ya icónica Lena Dunham, quien escribió la serie "Girls", de HBO, en cuyo primer capítulo dice a sus padres, cansados de seguir manteniéndola, que será "la voz de su generación. O por lo menos una voz. De una generación".
La producción duró seis temporadas, un éxito que llevó a Dunham a armar el libro "No soy ese tipo de chica", donde cuenta cómo, efectivamente, se convirtió en la hermana mayor de las mujeres que hoy bordean los 35 años, profesionales, independientes y que encontraron aburrida "Sex and the city", donde la religión del grupo de amigas era el amor y la ropa. Dunham y sus secuaces frecuentan las tiendas de segunda mano, junto con, al igual que Moshfegh, citar al clonazepam.
La autora, asimismo, critica los talleres donde los guías "nos despojaban de nuestra perspectiva, nos enseñaban a escribir como los poetas que ellos admiraban, o, aún peor, como ellos". Tras la universidad, Dunham también enfrenta la cesantía hasta que ingresa a una tienda a vender ropa de niños carísima, "pero la ambición actúa de forma curiosa: se apodera de ti cuando menos te lo esperas y te obliga a avanzar", pese al buen sueldo pagado por mostrar tenidas de algodón orgánico. En un departamento, disfrazada con la ropa de sus amigas -que también trabajan en la tienda pese a ser especialistas en arte- graban "Desilusional Downtown", la precuela de "Girls".
Algunos capítulos sobreviven en YouTube, gracias al especial para el Museo Guggenheim que grabaron en 2009, riéndose de los ilustres y consagrados al presentar los premios de aquel año.
"Excepto a mi padre, a todo el mundo le encantó", apuntó la autora. El mismo entusiasmo del año 2022 con el estreno de la serie española "Autodefensa", en Filmin, donde Berta y Belén abordan algunos problemas de la siguiente generación, los centennials, es decir, los nacidos entre 1995 y 2001.
"Siempre te puede pasar más. ¿Una noche de fiesta cuando acaba? No acaba nunca porque siempre pueden estar pasando cosas. La vida es igual, en algún momento vas a tener que ir a dormir", afirma una mujer en un grupo de autoayuda. Berta responde "me da mucho miedo desperdiciar mi vida. (...) Que ahora no esté haciendo nada interesante con mi vida no me importa, pues el ahora en realidad pasa rápido, pero el futuro siempre es el espacio que hay que rellenar". Luego, de manera inexcusable, llegan a la terapia con ansiolíticos.
Amar en el campo
Una escritora que ubica firmes sus historias en la segunda década del siglo XXI es la irlandesa Sally Rooney, quien antes de cumplir 30 años publicó "Gente normal", cuya serie estrenó la BBC en 2020, justo cuando la mitad de la humanidad estaba en el confinamiento y necesitaba creer que el amor era posible, con sus luces y sombras a través de Marianne y Connell. Ella, de clase alta, es excluida en el colegio; en tanto él, hijo de la empleada de la casa de Marianne, es querido por todos a costa de su propia inseguridad.
Ambos migran desde la provincia a la capital, Dublín, donde el plano se invierte: Marianne es destacada en la universidad, aunque pronto descubre el precio de los halagos. En tanto, Connell mira a sus nuevos compañeros y experimenta "un sentimiento de aplastante inferioridad". Después se da cuenta de que "iban todos los días a la universidad a mantener acalorados debates sobre libros que no habían leído. (…) No son tontos, pero tampoco mucho más inteligentes que él. Sólo se mueven por el mundo de otra manera".
"Dónde estás, mundo bello" es la siguiente novela de Rooney, publicada a fines de 2021, donde uno de los escenarios principales es una casa a orilla del mar. En las primeras páginas, un hombre le dice a la recién llegada: "No es que se venga mucha gente a vivir aquí, en general. Gente que se va eso ya es más normal". La protagonista, quien a la vez es escritora, viene saliendo del hospital producto de una crisis nerviosa y, al trabajar, se pregunta "¿qué relación hay entre un autor famoso y sus obras famosas? Si yo fuese una maleducada, desagradable y hablara con un acento irritante como seguramente es el caso, en mi opinión, ¿afectaría en algo a mis novelas? Por supuesto que no. (...) No dejo de toparme con esa persona que soy yo misma y la odio con todas mis fuerzas. (...) Enfrentarme a este hecho hace que sienta que ya estoy muerta".
la novela "mi año de descanso y relajación" es una especie de bella durmiente gótica.
Por Valeria Barahona
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