Correo
Pandemia
¿Cuántos chilenos estarán en riesgo si surge un rebrote de covid-19 como en China y Estados Unidos? ¿Cuántos chilenos sufrirán las consecuencias, estén en isapres o Fonasa? La respuesta es muchos, demasiados. Este problema que podría afectar al país es tan grave que ya se deberían estar tomando medidas urgentes para prevenirlo, pero, al parecer, hoy el Gobierno no estaría haciendo lo suficiente.
¿Habrá algún asesor del Presidente que le sugiera armar una fuerza de tareas (no una comisión de estudios)?
José Luis Hernández Vidal
Crecimiento, una prioridad
En su reciente informe, la Comisión Nacional de Evaluación y Productividad (CNEP) notificó que la Productividad Total de Factores (PTF) anotó una profunda caída de entre 3,4% y 3,6% en 2022. Lamentablemente, desde el 2000 se constata una desaceleración sostenida de la productividad, con una contribución al crecimiento promedio anual de solo 0,1%. Como consecuencia, nuestra capacidad de crecimiento potencial hoy apenas se empina por sobre el 2%; en otras palabras, si hacemos las cosas bien y utilizamos eficientemente nuestros factores productivos, podemos aspirar a un crecimiento de 2% -es decir, en términos per cápita, aspiramos a un magro crecimiento de 1%-; nuestro techo es, hoy por hoy, muy bajo, qué duda cabe.
A este ritmo tardaremos 35 años en duplicar nuestro actual nivel de PIB, es decir, en un futuro muy lejano. Pero la necesidad de mejorar la calidad de vida y de ampliar los derechos sociales es hoy, no en 2058.
¿Qué hacer? Se precisa de una señal clara de que el crecimiento es una prioridad, lo que implica proponer una agenda de reformas que apuntalen nuestra capacidad de crecer a largo plazo. En este contexto, sería muy positivo partir por una profunda modernización del aparato estatal.
Rodrigo Montero Decano de la Facultad de Administración y Negocios Universidad Autónoma de Chile
Sendos
El uso de "sendos" revela un grado poco habitual de dominio del español. Sin lugar a dudas, estamos frente a un hablante culto. Escarbemos un poco.
¿Qué le parecen estas frases? a.- Ayer asaltaron una farmacia y la bomba de bencina vecina, los sendos atracos los cometió una misma banda. b.- Los asaltantes eran tres jóvenes que portaban sendas pistolas. c.- Me puso sendo cuchillo en la garganta. d.- El partido Demócrata Cristiano presentó sendos proyectos de ley. e.- Chile ha firmado sendos tratados con Canadá.
¿Qué me dice? Los ejemplos no son muy ejemplares. a.- No es aceptable, mejor es "ambos atracos". b.- Está impecable. C.-, d.- y e.- exigirían un sujeto plural.
El significado de "sendos" es "uno para cada uno de las personas o cosas mencionadas", se usa en plural, así que descarte "c" de inmediato. "Sendo cuchillo" se usa en algunas zonas como equivalente a "un cuchillo inmenso" ("manso cuchillo"). No es bien visto este uso. Evítelo para no caer en un desprestigio irreparable. No está a su altura.
"Sendos" es un adjetivo distributivo. Uno para cada uno. El caso más claro es el de un sujeto plural de dos o más personas y el "sendos" le asigna lo mismo a cada una de ellas: "Los hermanos tenían sendas novias" significa que cada uno tenía la suya. "Montes y Monckeberg presentaron sendos proyectos de ley": cada uno presentó un proyecto. En "b" cada asaltante llevaba una pistola.
"Sendos" no equivale a "ambos" como parece ser el caso de "a". Descarte ese uso. En d.- y e.- no aparece el carácter distributivo por ninguna parte.
Si tiene problemas con "sendos", no se amargue. La distribución es el problema nacional más acuciante.
Dr. Leopoldo Sáez Godoy
Lenguajes del arte
Hoy en día, abrir un diario, escuchar o ver noticias resulta una experiencia triste y preocupante. Los actos de violencia parecen cada vez más frecuentes y ello nos lleva a pensar que hemos perdido, en gran medida, nuestra capacidad de soñar y luchar por un mundo en el que todas y todos, humanos y no humanos, tengamos cabida, sin temor a que alguien nos dañe física o moralmente.
El ser humano es un animal valórico que define los ideales que de una u otra forma conducen su vida. Es en esta forma que hacemos de nuestras vidas algo significativo, con sentido profundo. Cuando intentamos expresar y comunicar ideales tales como la belleza profunda y vital que vemos en la naturaleza y a la que decidimos respetar y promover, la bondad que queremos sentir y evidenciar en nosotros y en todos los otros animales humanos, o la libertad que todos y todas tenemos para ser lo que auténticamente queremos ser en tanto no dañemos a otros seres del planeta, nos damos cuenta que las palabras de todos los días se quedan chicas, cortas.
Es como si el ideal no calzara adecuadamente en esas palabras cotidianas. Allí aparecen los lenguajes del arte: son esos lenguajes metafóricos como la literatura, las artes visuales, la música y la danza que dicen y expresan con profundidad subjetiva esos valores que queremos destacar y promover en nuestras vidas. Cuando el lenguaje artístico construye obras de arte, como decía George Santayana (1936), celebra la vida.
Verónica Romo Directora Magíster en Educación y Arte, Universidad Central de Chile
Desprolijidades
Gracias a la seguidilla de desprolijidades del Gobierno, ahora entiendo la entonces tan demandada educación de calidad (incluido lenguaje) solicitada por nuestras actuales autoridades.
Anthony Covarrubias Castro
Responsabilidad
Soy de las personas que cree que si al gobierno le va bien, a los chilenos nos debiera ir bien. Últimamente, se ha usado mucho el término "desprolijidad". La Real Academia Española lo define como "descuido o falta de esmero". Ciertamente, todos podemos cometer descuidos. Mas, no todos tienen la misma trascendencia. ¿Qué pasa cuando las faltas de esmero se hacen cada día más comunes y las cometen quienes nos gobiernan o nos representan? Sin el objeto de hacer un festín político por las desprolijidades que seguimos contemplando; me surgen algunas preguntas: ¿Hasta dónde podemos normalizar los descuidos? ¿Quién se hace responsable? ¿Cómo se enmiendan? ¿Quién decide cuándo se da por superada una crisis o se le baja el perfil? Los ciudadanos esperamos un poco más.
P. Felipe Lizama Silva