"En medio de los incendios, que en La Moneda se preocupen de bajar mi candidatura es síntoma de distorsión"
Pese a mirar con desconfianza el nuevo proceso constituyente, el pasado lunes Pablo Maltés, pareja de la diputada Pamela Jiles, le confirmó a la dirigencia del PPD que aceptaba el cupo electoral que le ofrecieron para competir por la Región de Valparaíso. Una decisión que, según cuenta Maltés, cayó mal en los círculos oficialistas, incluso en La Moneda, quienes influyeron en su bajada de última hora.
-¿Es verdad que el PPD le ofreció un cupo y usted lo aceptó?
-Acepté ser candidato como un gesto de caballerosidad hacia Natalia Piergentili. Mi consideración fue más humana que política.
-¿Cómo lo contactaron de la lista Todo por Chile?
-Dos días antes de la inscripción, cuando se separaron definitivamente las listas del llamado Socialismo Democrático, y Natalia Piergentili anunció que ella iría como candidata, me pidieron acompañarla en su lista por la Región Metropolitana. Les expliqué que no me parecía adecuado entrar en un proceso que no ha considerado a la ciudadanía, una cocina de los partidos políticos a espaldas de la gente, pero ellos me insistieron durante el fin de semana.
-¿Cómo fue esa conversación con el PPD?
-Me hicieron ver que habían dado una batalla muy importante por ampliar su electorado y no desaparecer. Que habían resistido presiones internas y externas, de (Gabriel) Boric incluido. Que Natalia estaba sola y apremiada desde distintos flancos.
-¿Fue por eso que aceptó?
-Siento aprecio por Pepe Toro, joven y valioso dirigente del PPD, también por Marco Antonio Núñez y por la propia Natalia. Muchas veces hemos actuado unidos con la bancada PPD en el Congreso, muy productivamente, hay una relación política y humana que para mí por lo menos es importante.
-¿Hubo otras consideraciones?
-Ellos apelaban a los 280 mil votos que obtuve en la elección de gobernador, a mi condición de independiente y a la necesidad de ampliar su electorado en un momento en que se sentían muy golpeados. Luego Marco Antonio me llamó y me propuso acompañarlos en Valparaíso, que es donde trabajo, conozco a mucha gente que quiero, y vivo cuatro días de la semana. Acepté gustoso y ellos se activaron de inmediato.
Presiones para "bajarlo"
-¿Por qué lo bajaron?
-Después de las 10 de la noche un dirigente del PPD, que me pidió reserva de su nombre, me avisó que habían llamado a Natalia desde La Moneda para que me bajara.
-¿Es verdad que hubo presiones de la DC?
-Esa misma noche hablé con Alberto Undurraga, presidente de la DC, una persona honorable y correcta, que me aseguró que ellos jamás me vetaron. La DC y el PR estaban enterados y conformes con mi candidatura en el pacto.
-En el oficialismo no cayó bien su nombre y, al parecer, en La Moneda tampoco ¿Qué nos dice de las presiones que se hicieron para bajarlo?
-En medio de la tragedia de los incendios, con una dramática crisis económica y de seguridad, con gente muriendo, que en La Moneda estén preocupados de bajar mi candidatura es un síntoma de la distorsión gubernamental. Hay ahí una actitud antidemocrática, una intervención indebida en un partido de Gobierno, pero sobre todo un diagnóstico político errado e infantil: no entender que el mayor enemigo del Presidente está en sus filas. No ha necesitado de nuestra ayuda para alejarse de la ciudadanía y llegar a una desaprobación del 70 por ciento.
-¿Ve en ellos un atrincheramiento?
-Tal vez deberían preocuparse de la incapacidad del Gobierno para sumar, al punto de haber perdido en diez meses la mayoría social y política que se necesita para gobernar. Y después andan rogando por los votos para salvarse de las acusaciones constitucionales.
Críticas al proceso
-Usted que ha sido crítico del nuevo proceso ¿Dónde ve sus principales falencias
- El Gobierno transformó nuevamente el proceso constitucional en un plebiscito a su gestión. Hay que preguntarse cómo percibe la ciudadanía -el pueblo que va a votar- esta intervención del Presidente en el acuerdo, en la división de las listas oficialistas, en forzar un nuevo proceso sin plebiscito de entrada, en subir y bajar candidatos, cuando debería estar preocupado del horror cotidiano que vive la población.
-¿Qué elementos debió tener el "Acuerdo por Chile" para ganar legitimidad?
- Me parece que los partidos políticos no tenían las facultades legales ni morales para asumirse como poder constituyente. Los "bordes" son una camisa de fuerza impuesta por esas cúpulas políticas que suplantan a la soberanía popular, fraguada además a puertas cerradas, sin actas, sin siquiera un plebiscito de entrada. Si sumas la Comisión de Expertos y el Comité de Admisibilidad, digitados ambos por las cúpulas partidarias, tienes una Comisión Ortúzar aumentada, con tres cerrojos para evitar que se exprese la democracia. Ni qué decir de la paridad de cartón y el impedimento para llevar listas independientes de los partidos. Solo profundiza la brecha entre la élite y la ciudadanía que, inexorablemente, va a mostrar su disconformidad, esta vez con voto obligatorio.
- ¿El nuevo proceso va al fracaso?
- La clase política moverá todo lo que tiene para conservar el sistema tal cual, sin participación ciudadana y sin compartir la enorme riqueza que disfruta el diez por ciento del país. Boric se entregó y sólo le interesa que se apruebe alguna Constitución, cualquiera, la que sea, para ponerle su firma. Pero en el camino restó en vez de sumar, perdió la mayoría social y la mayoría política, quedó a merced de la derecha, del capital financiero, de la banca, de las AFP, y sin posibilidad de hacer ninguna transformación real. Si la única lista de gobierno, la que Girardi llamó "lista del indulto", reforzada ahora por el PS, saca menos del treinta por ciento el 7 de mayo, sería una derrota terminal.
-¿Cuáles son sus proyecciones?
-Me parece que la sorpresa pueden darla los Republicanos y el PDG, los únicos que exigieron plebiscito de entrada. Creo que ahí se concentrará votación porque la gente los percibe fuera de la política tradicional. Con voto obligatorio, la ciudadanía irá masivamente a votar contra quienes los han olvidado.
"Acepté ser candidato como un gesto de caballerosidad hacia Natalia Piergentili. Mi consideración fue más humana que política".
"Me parece que la sorpresa pueden darla los Republicanos y el PDG, los únicos que exigieron plebiscito de entrada".