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ENTREVISTA. Gonzalo ibáñez (ind.-rn), candidato al Consejo:

"Iremos a la pelea por una Constitución sensata, razonable y bien hecha"

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Sebastián Mejías O.

Gonzalo Ibáñez Santa María cuenta, a sus 77 años, con una destacada trayectoria en el mundo del derecho, en la academia y la política, como parlamentario por el extinto Distrito 14 -de Concón y Viña del Mar- durante dos periodos consecutivos. Esta capacidad política la intentará aprovechar, si es que resulta electo, en un proceso del que no estaba tan convencido.

Ibáñez prefería mil veces la Constitución actual, a la que considera el verdadero motor del desarrollo económico del país.

- ¿Por qué aceptó la petición que le hizo Renovación Nacional de participar como independiente en la elección de mayo?

- Tiene que ver con mi trayectoria, soy doctor en Derecho por la Universidad de París y fui parlamentario durante ocho años. Todo eso fue una motivación para participar en este proceso, pero, a la vez, es una fuente de responsabilidad. Si estoy preparado para esto, tengo que dar la cara y asumir la tarea como corresponde.

- ¿Necesitará de experiencia esta nueva oportunidad constitucional?

- Es cierto que en este proceso se necesitan más conocimientos y más experiencia. Ciertamente, diría que el momento de escribir una Constitución es para convocar a gente con experiencia y, resumiéndolo en una palabra, a veteranos. La sabiduría y la experiencia adquirida serán fundamentales para poder proyectarlas sobre la Constitución e impedir que el proceso se desboque como pasó con el anterior.

- ¿Comparte la convicción de Chile Vamos de redactar una nueva y buena Constitución?

- Mire, esto lo diré por mi carácter independiente y porque no estoy sometido a la disciplina parlamentaria de un conglomerado. Si voté Rechazo en el plebiscito fue porque esperaba que se cerrara esta discusión y siguiera vigente la Constitución actual. De hecho, sigo pensando que lo más razonable era seguir con la Constitución actual que ha recibido centenares de modificaciones y que ha sido un sólido respaldo al desarrollo chileno.

- Pero el sector al que representará manifestó la necesidad de cambiarla

- Si esa decisión ya está tomada, iremos a la pelea por una Constitución sensata, razonable y bien hecha. Ese debe ser el desafío no solo de Chile Vamos, sino de todo el mundo político chileno. Ahora, yo no creo que los partidos Comunista, Socialista o la DC puedan, si son fieles a sus principios, aportar algo que valga la pena.

- ¿A qué se refiere?

- Que creo que con los sectores de izquierda, incluso con esos llamados de centroizquierda, tenemos que tener mucho cuidado. Son los mismos que nos quisieron llevar, con la propuesta constitucional anterior, a una situación muy lamentable. Sin embargo, debemos llegar a un acuerdo, obviamente. Espero que haya sido una experiencia muy contundente para la izquierda y la centroizquierda el Rechazo del 4 de septiembre. Eso me da la esperanza de que realmente podamos llegar a acuerdos en cosas sensatas, que nos permitan proyectar a Chile hacia el futuro.

- ¿Siente más cercanía con Chile Vamos o con el Partido Republicano?

- Yo admiro mucho la trayectoria de José Antonio Kast y creo que es una muy buena iniciativa. Me siento muy identificado con varias de las ideas del Partido Republicano. Que yo esté con cupo de Renovación Nacional no me hace contrario a Republicanos ni mucho menos. Si estoy con RN es porque tengo los suficientes puntos de contacto con ellos y por el recuerdo a mi padre, Pedro Ibáñez, fundador del partido.

- ¿Cuál será su reivindicación fundamental en el Consejo si consigue un cupo?

- Lo importante de este proceso es mantener la política económica que tanto éxito le dio a Chile. Si queremos redefinimos a Chile como un Estado social de derechos, las palabras pueden significar cualquier cosa. Lo que interesa es que signifiquen un desarrollo social para las personas y eso implica un reconocimiento a la política de las últimas décadas, como es el principio de subsidiariedad. Si dejamos la subsidiariedad a un lado, simplemente este país volverá al subdesarrollo.

"Sigo pensando que lo más razonable era seguir con la Constitución actual que ha recibido centenares de modificaciones y que ha sido un sólido respaldo al desarrollo chileno".

ENTREVISTA. marcelo schilling (PS), candidato al Consejo:

"Es necesario convencer a los demás, no someterlos como en el proceso anterior"

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Sebastián Mejías O.

Fue el vicepresidente del Partido Socialista, Camilo Escalona, el que convenció al exdiputado por el Distrito 6, Marcelo Schilling, para presentarse como candidato en la elección de mayo. A sus 73 años, y con vasta experiencia, cree que representará de buena forma el anhelo general por seguridades que tiene la ciudadanía.

- Tras el fracaso de la Convención se discutió acerca de la inexperiencia de sus integrantes. ¿La ciudadanía se decantará por la voz de la experiencia en esta elección?

- Tengo la impresión que la experiencia va a ser importante en este proceso, principalmente porque la ciudadanía está buscando seguridad en todos los planos, incluyendo que el proceso constitucional dé por fin resultado. Se sabe que la experiencia es un valor importante en política y en el arte de gobernar.

- Así como el PS lo eligió a usted, Chile Vamos también presentó a experimentados políticos, como Gonzalo Ibáñez y Edmundo Eluchans

- Mire, yo compartí con Edmundo Eluchans (UDI) en el Congreso y es una persona de talante dialogante, una persona con la que se puede conversar y tratar de llegar a acuerdos. Lo mismo con Gonzalo Ibáñez (Ind.-RN), que si viene de la familia de don Pedro Ibáñez, lo más probable es que esté inspirado por su mismo ánimo constructivo para la búsqueda de soluciones, no por el fanatismo y la ideología.

- ¿El proceso anterior falló por la falta de expertos y de experiencia política?

- En el proceso anterior había muchos expertos. Monckeberg, Fernando Atria, el señor Bassa, todos ellos son expertos. Creo que el déficit del proceso anterior fue político. A veces una idea puede ser muy novedosa, pero no sirve de nada si no ha sido internalizada por la sociedad. Lo importante es convencer a los otros, no someterlos como en el proceso anterior, ese es el estilo de hacer política que los chilenos piden.

- ¿Ve ese ánimo de consenso en su sector también?

- Espero que el ánimo que predomine sea de entender que, para Chile, el carecer de una Constitución legítima y ampliamente compartida se está volviendo un problema estructural, que no solo afecta el sistema político y el cómo se gobierna. Pronto este problema va a impactar el funcionamiento de la economía y, en consecuencia, si no lo resolvemos bien, se traducirá en más problemas sociales, cesantía o decrecimiento.

- ¿Es la advertencia que le haría a los que resulten electos?

- Quienes finalmente resulten electos tienen que tener claro el servicio que deben prestarle al país, que es solucionarle este problema estructural, la carencia de una norma fundamental compartida ampliamente por los chilenos.

- ¿Una nueva Constitución puede devolverle legitimidad a la política?

- Pienso que sí, porque el principal problema del sistema político está en el marco normativo que lo regula. Si emergieron fuerzas nuevas como el PDG fue por la incapacidad de los partidos tradicionales de dar respuesta oportuna a los problemas. La nueva Constitución deberá habilitar al sistema político, Ejecutivo y parlamentario, para dar respuesta a los problemas y no que la gente se quede con la sensación de que domina la negligencia.

- ¿Cree que este proceso tendrá demasiados límites?

- El ideario del Partido Socialista está muy representado en las doce bases constitucionales, partiendo por la definición de Estado social y democrático de derecho, que es una aspiración que tenemos desde hace décadas. Es lo que nos llevará a la consagración de derechos universales y a la obligación del Estado de cumplirlos. Así como está garantizado el derecho a la propiedad privada, que es algo que debe seguir así, hay que agregar otros derechos sociales.

- ¿Qué derechos sociales habría que rediscutir?

- Hay que extender el derecho a la salud, educación, a la vivienda. Tenemos un drama habitacional, con un déficit de 600 mil viviendas. Debemos garantizar el derecho a vivir en un medioambiente sano, libre de contaminación y de peligro. O el derecho social garantizado a una economía sana y sin colusión ni sin fijación artificial de precios. La controversia se va a dar cuando definamos que estos bienes públicos sean provistos por el Estado o por privados.

"Tengo la impresión que la experiencia va a ser importante en este proceso, principalmente, porque la ciudadanía está buscando seguridad en todos los planos".