DEBATES & IDEAS Gestión de escasez, no ideología
POR RODRIGO SANHUEZA BRAVO, DIRECTOR GENERAL DE AGUAS DEL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS DIRECTOR GENERAL DE AGUAS DEL MINISTERIO DE OBRAS PÚBLICAS
La correcta gestión de los recursos hídricos es una materia compleja de abordar debido a la diversidad de componentes a considerar, tales como jurídico, técnico, político y socioambiental. La cuenca del río Aconcagua no es ajena a esto y es necesario explicar la tarea mandatada por ley que estamos realizando desde la Dirección General de Aguas del Ministerio de Obras Públicas, con el fin de gestionar la escasez de aguas en este sector de la región de Valparaíso.
¿Se puede dudar del déficit hídrico en el valle del Aconcagua? Revisemos datos de la estación fluviométrica Aconcagua en Chacabuquito, que mide uno de los principales aportes superficiales a la cuenca desde 1936 y está ubicada en la jurisdicción de la Junta de Vigilancia de la 1ª Sección del río Aconcagua. Para el período 2001-2011, el caudal promedio en dicha estación era de 33,59 m3/s, mientras que en los últimos 10 años ha sido de 16,95 m3/s. Es decir, casi 50% menos, replicándose el mismo fenómeno en otras estaciones y en las aguas subterráneas. Esto se traduce en que, durante los 14 años de escasez sumado al cambio climático, existe una menor cantidad de agua disponible para los usuarios.
En la misma línea, el embalse Los Aromos -que abastece de agua al Gran Valparaíso- en junio de 2022 se encontraba a 22% de su capacidad, por lo que el 14 de junio de 2022 la DGA instruyó la redistribución de las aguas. Esto respondió a la solicitud del 2 de marzo del mismo año realizada por la Superintendencia de Servicios Sanitarios, que solicitó a la DGA mantener la orden de redistribución en la cuenca del río Aconcagua si los usuarios no llegaban a acuerdo, ya que según señalaron posteriormente, "en caso de no alcanzar el volumen objetivo en el embalse Los Aromos para enfrentar la temporada 2022-2023, habría discontinuidad de suministro para parte de la población del Gran Valparaíso, con todos los efectos adversos sanitarios y de funcionamiento de la ciudad que eso significa".
Cabe recordar que, el acceso al agua potable y saneamiento es un derecho humano esencial e irrenunciable que debe ser garantizado por el Estado y en los artículos 5° y 5°bis del Código de Aguas establece que siempre prevalecerá el uso para el consumo humano.
Finalmente, y luego de múltiples análisis, se determinó que se necesitaba mediante gestión de la DGA alcanzar un volumen embalsado de 24 millones de m3 antes de iniciar la temporada de mayor demanda de riego para evitar un eventual racionamiento, manteniendo también un caudal pasante para minimizar la afectación a las labores agrícolas y preservación ecosistémica asociada al humedal de la desembocadura del río. Lo que se logró en septiembre del 2022.
Tanto en sede administrativa como judicial, la DGA ha sido ampliamente respaldada en su actuar. Al menos cinco sentencias favorables sobre órdenes de redistribución a recursos de protección interpuestos por la Junta de Vigilancia de la 1ª sección del río Aconcagua, otro fallo de la Corte Suprema y el dictamen la Contraloría General de la República del 4 de mayo de 2022, confirman que la redistribución de las aguas instruida por la DGA debe realizarse en función a la disponibilidad total del cauce y de los derechos de aprovechamiento de aguas de todos los usuarios, de acuerdo a lo establecido en el art. 3 del Código de Aguas sobre el principio de unidad de la corriente de la cuenca.
La gestión de la escasez y las atribuciones de la DGA para enfrentarla, tiene su cimiento en el art. 314 del Código de Aguas, que nos faculta a suspender las atribuciones de las Juntas de Vigilancia por no cumplir lo ordenado por la autoridad, o bien, ante la falta de acuerdo. Luego de innumerables reuniones, nuevas instrucciones de acuerdo a caudales de deshielo, preacuerdo con la autoridad y la mutua solicitud de suspensión de funciones por parte de la 1ª y 2ª sección de la Juntas de Vigilancia, la DGA resolvió suspender las atribuciones de ambos directorios, ya que tenemos el deber de priorizar el consumo humano y velar por la armonía entre los distintos usos productivos del agua y la preservación ecosistémica. Asimismo, estamos trabajando coordinadamente con el Ministerio de Agricultura en un plan de obras para ejecutar en la zona en el corto, mediano y largo plazo.
Esto no es ideología, es gestión de la escasez hídrica que realizamos en base a argumentos lógicos, técnicos, jurídicos, con los pies en terreno y de cara a la ciudadanía.