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Escombros de la invasión rusa

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La guerra nos dice de qué madera está hecha la Rusia actual y en qué tipo de régimen ha devenido. La guerra ha desenmascarado a Putin y lo ha desnudado. O bien, Putin se ha autodesenmascarado lanzando la primera guerra a gran escala en Europa desde la derrota de los ejércitos nazis en 1945".

A un año de la invasión rusa a Ucrania la guerra de algún modo se ha normalizado: ya no ocupa los titulares de la prensa o de la televisión nacional como ocurrió en febrero de 2022. Algunas de las noticias que hemos visto en Chile han girado en torno a los avances o retrocesos de los bandos en conflicto, los bombardeos de Rusia sobre ciudades ucranianas, la nueva inseguridad geopolítica global, y los efectos económicos -también en Chile- del conflicto.

Con todo, hay un aspecto más profundo que nos muestra la guerra. Nos dice de qué madera está hecha la Rusia actual y en qué tipo de régimen ha devenido. Dicho con otras palabras, la guerra ha desenmascarado a Putin y lo ha desnudado. O bien, Putin se ha autodesenmascarado lanzando la primera guerra a gran escala en Europa desde la derrota de los ejércitos nazis en 1945. Las imágenes de charcos de sangre y cadáveres de civiles -que en total suman, según la ONU, más de 7.000 víctimas- repartidos en las calles de Bucha, las fosas comunes en la misma localidad o en Isjum, los bloques de departamentos residenciales (en Kiev, Jarkov, Cherson, Dnipro etc.) atravesados por misiles o bien convertidos en cerros de escombros. Las imágenes de la ciudad de Marinka, completamente demolida y sin ninguna edificación en pie, nos retrotraen al fantasmagórico aspecto de Nagasaki e Hiroshima después del ataque con bombas atómicas en 1945. Todos estos sitios -en el futuro probablemente sitios de memoria- hablan en silencio el lenguaje de Vladimir Putin y de la ideología que lo sustenta.

Todo esto nos lleva a la pregunta por los motivos que llevaron a Putin al lanzamiento de una guerra criminal, guerra que -vale la pena hacer la distinción- contrasta con la "guerra justa", es decir de defensa de su soberanía y libertad, en la que se encuentra empeñada Ucrania. El intento de invasión del país vecino, no debe opacar la evolución interna de Rusia en los últimos años: el recrudecimiento de la autocracia hacia la dictadura sin matices. Ahí están Nawalny, Skripal, Politkovskaya, las Pussy Riots, la ONG por los derechos humanos Memorial, y en general la oposición rusa. El hecho de los cientos de miles de jóvenes enviados al frente de batalla a morir como carne de cañón y la huida de más de 250.000 rusos en la última ronda de movilización parcial en octubre de 2022 hablan por sí mismos. Para entender las ideas que rondan en las cabezas de los autócratas rusos hay que remontarse al traumático derrumbe de la Unión Soviética y al vacío y caos en la época postsoviética de Yeltsin. Ese vacío lo supo llenar Vladimir Putin con una ideología de progresiva exaltación nacional, que se presenta a sí misma como antítesis de la cultura postheroica occidental. El lema "Abajo con los valores occidentales, Rusia tiene su propio camino" resume el ideario.

Como bien señala el refrán, Putin enfatiza que no sólo defiende intereses propios, sino también valores propios. Esta cosmovisión del "mundo ruso" enfatiza la singularidad de la cultura rusa -la lengua, la religión, los valores-, siendo esta una originalidad tan profunda que no sólo se diferencia de la cultura occidental moderna, sino que se le opone. "Russki mir" es una ideología de la totalidad y de la alteridad de lo ruso, en la que confluyen las concepciones metafísicas de la autocracia y de la religiosidad ortodoxa rusa. En la óptica de la fundación Russki Mir (fundada en 2007), Putin y sus ideólogos (Duguin etc.), "Occidente" sería una civilización decadente y por tanto despreciable. Este punto es central para entender la invasión a Ucrania, puesto que parte del arsenal de justificaciones -contradictorias entre sí- para la guerra es que Rusia no sólo entiende que está combatiendo contra Ucrania y el "régimen nazi" ahí, sino que está en una batalla contra Occidente: en palabras de Putin contra el "satanismo" occidental. El "mundo ruso" sería, en cambio, una civilización inmaculada y pujante, cuya pretensión expansionista se fundamentaría en la idea de defender y unificar a las minorías rusas repartidas en diversos países. De ahí la aspiración a la constitución de un "santo rus" compuesto por Rusia, Bielorrusia y Ucrania.

Mientras Rusia siga intentando imponer su yugo en Ucrania a punta de misil, del frío y de la oscuridad, y del asesinato de población civil, Putin seguirá pavimentando el camino de autodesenmascarmiento y de autodesmontaje. Condenando a Rusia al vilipendio internacional. Salvo, claro está, por la ambigüedad oportunista de China, India, Turquía y recientemente Brasil. Un despropósito sin matiz: en vez de poner en alto el nombre, la supuesta bondad y superioridad del "mundo ruso", lo ha dejado abajo. Muy abajo. 2

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Evacuación preventiva por tsunami

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¿Donde está el problema? En que hay un lapso en el cual no tenemos toda la información

para saber con certeza si el terremoto fue lo suficientemente grande para generar un tsunami pero, si lo fuera, el tsunami ya viene en camino. Nos enfrentamos por lo tanto a la necesidad de tomar una decisión sin mucha información".

Dentro de poco se cumplirá un nuevo aniversario del terremoto y tsunami del 27F. En un país en el cual frecuentemente nos vemos afectados por eventos naturales que pueden ser desastrosos, como incendios, erupciones, sequías, terremotos y tsunamis, estos aniversarios nos llaman a reflexionar sobre lo que hemos aprendido de ellos.

En ese sentido, hemos visto mucho progreso. Tecnológicamente, la red de monitoreo que mantiene el Centro Sismológico Nacional se ha hecho más robusta, ampliando tanto en cobertura como en el número y tipo de sensores usados.

El Sistema Nacional de Alarma de Maremotos ha progresado técnicamente así como en la cobertura de la red de estaciones de mar. Y SENAPRED, ex ONEMI, también ha avanzado en términos de sus procedimientos, ampliando los medios de difusión, y el uso de tecnología como el SAE.

Si bien ha habido dificultades, el saldo de todo este progreso y el fortalecimiento de los protocolos entre estos distintos servicios ha sido un claro avance respecto de 2010. Finalmente, nosotros como población, hemos comprendido y asumido la responsabilidad de atender a los mensajes emitidos y, en general, esto ha contribuido a la efectividad del sistema.

Sin embargo, hay un elemento que he observado que ha ocasionado cierta confusión, y que es necesario explicar. SENAPRED ha tenido que recurrir varias veces a llamar a la Evacuación Preventiva ante Tsunami, para luego cancelar dicha acción. Para algunas personas esto puede ser visto como un error, pero no es así. Por el contrario, se trata de una medida de precaución ante la falta de datos, y creo que es bueno explicar el porqué existe, y por qué hay que considerarla.

Un terremoto ocurre cuando hay un desplazamiento relativo en algún lugar de la corteza terrestre. Este movimiento genera ondas que viajan a través de la corteza y el interior de la tierra, que son las que sentimos como el movimiento. Una analogía serían las vibraciones que uno siente al arrastrar una mesa sobre el piso. El movimiento relativo ocurre en el contacto entre las patas y el piso, pero uno siente la vibración en las manos. Esas ondas viajan a gran velocidad, de hasta 5 km por segundo. Son rápidas, pero se demoran casi un minuto y medio en viajar desde Concepción a Santiago, por ejemplo. Esto es lo que permite que existan sistemas de alerta temprana de terremotos, como en México, país en el que los terremotos que se originan en la costa oeste de ese país son detectados y se puede avisar que llegarán, dentro de unos pocos segundos, a Ciudad de México.

Si bien esto puede ser una ventaja, también es un problema, especialmente en Chile, que es un país muy largo y angosto. El problema está en que los sensores sísmicos están ubicados preferentemente en el continente. Es necesario esperar cierto tiempo para que la mayor cantidad de sensores lo registren, y así poder medir qué tan grande fue la magnitud del terremoto. Además, es necesario esperar que el terremoto termine, lo que suele durar más de un minuto para terremotos relativamente grandes. Esto significa que debemos esperar un cierto tiempo, de algunos minutos, para poder realmente saber qué tan grande fue el terremoto.

Pero el tsunami se genera al mismo tiempo que el terremoto. Si bien las ondas de tsunami viajan algo más lento, la distancia que tienen que recorrer para llegar a la costa frente a donde se generó el terremoto puede ser muy corta, lo que significa que llegarán en muy pocos minutos.

¿Donde está el problema entonces? En que hay un lapso de tiempo, en el cual no tenemos toda la información para saber con certeza si el terremoto fue lo suficientemente grande para generar un tsunami pero, si lo fuera, el tsunami ya viene en camino. Nos enfrentamos por lo tanto a la necesidad de tomar una decisión sin mucha información.

Hay una alternativa, y es la que debemos manejar todos. Para las personas que están en la costa, si sienten un terremoto que dura mucho (mas de 30 segundos) o no los deja mantenerse en pie, deben evacuar.

SENAPRED usa esa misma idea. Si dos o más informadores expertos dentro de una región sienten que el terremoto supera la Intensidad de Mercalli VII, es posible, pero no está confirmado, que se haya generado un tsunami. Ellos informan esto, y se toma la decisión de la evacuación preventiva en esa región. Luego, con el paso del tiempo, el CSN y SHOA tienen finalmente los datos para evaluar técnicamente. Pero esa decisión de evacuar preventivamente no es un error, sino una manera de prevenir la pérdida de vidas. 2

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