El peso económico del Festival de Viña
Junto a Corfo y la Corporación de Turismo, el municipio participará en un estudio para medir el impacto turístico del certamen internacional.
Por primera vez, el Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar será sujeto de un estudio acabado para medir su real influencia en la economía turística de la Ciudad Jardín. Desarrollado por la Corporación Regional del Turismo y en el marco del plan "Valpomedido: Servicio de medición de impacto turístico de eventos masivos culturales", el proyecto cuenta con la ayuda de Corfo y recursos del Fondo de Innovación para la Competitividad, del Gobierno Regional de Valparaíso. En simple, la iniciativa usará encuestas y entrevistas en profundidad, tanto a asistentes del evento viñamarino como a personeros vinculados a rubros del espectáculo, las artes y los emprendimientos asociados, para obtener información sobre las dinámicas económicas que surgen en torno al principal evento de la comuna. El objetivo fundamental es obtener una radiografía profunda sobre cómo se mueve el interés de los usuarios y consumidores cuando ocurre un espectáculo de estas características, con 12 mil asistentes promedio cada noche, por casi una semana completa. Conocer la procedencia de esos asistentes, su gasto promedio, los servicios que usan con más frecuencia durante cada jornada, la cantidad de residuos que producen y la forma cómo interactúan con las comunidades presentes en los barrios de alcance directo permitirá a las autoridades trabajar nuevas estrategias de organización, prever a futuro impactos específicos que se podrán mitigar con tiempo o nuevos atractivos que puedan encadenarse de forma virtuosa con el espectáculo musical más potente que tiene la Región. Tiene razón Etienne Choupay, director regional de Corfo Valparaíso, cuando plantea que los resultados de esta medición entregarán a las autoridades valiosas herramientas para tomar decisiones importantes, tendientes a "mejorar el turismo y la calidad de vida de las personas, desde el punto de vista económico, social y ambiental". Sin embargo, para obtener sus mejores resultados el proceso deberá traspasar las barreras propias de una actividad que se organiza principalmente en Santiago -los canales responsables suelen ser herméticos sobre cómo abordan la concesión del Festival-, con decisiones que muchas veces responden a las necesidades de audiencias y públicos más cercanos a la Región Metropolitana, incluso del extranjero, que de Viña del Mar. Contar con información precisa sobre el impacto del Festival en la zona permitirá a las autoridades locales tomar mejores decisiones, pero estas también deben permear al resto del evento y a los ejecutivos televisivos involucrados.
La propia alcaldesa viñamarina, Macarena Ripamonti, esboza, al comentar la iniciativa, que surge aquí una oportunidad para que el Festival de la Canción pueda transformarse en un polo de reactivación económica capaz de multiplicar los impactos que tiene sobre la ciudad durante los días de febrero en que Viña y su certamen internacional concentran la atención musical de todo un continente. Dependerá del equipo municipal que asuma el desafío, de las autoridades regionales de Corfo y la Corporación de Turismo que esta promesa pueda materializarse en beneficio de Viña del Mar, sus habitantes y emprendedores, o, como puede temer cualquier conocedor de iniciativas previas similares, pase a decorar la pared de oportunidades perdidas.