P. Boltei / F. Arbulú
El gran protagonista de la tercera jornada del Festival fue Alejandro Fernández. Con una serie de grandes éxitos, convirtió a la Quinta Vergara en un gran karaoke que demostró que gran parte de los asistentes que llegaron ayer al recinto iban a disfrutar de las canciones del músico de 51 años.
Y aunque en la previa a que comenzara el show, cada vez que se nombraba a Belén Mora se escuchaban pifias, se supo ganar a los asistentes, aunque no se produjeron las mismas carcajadas que las dos noches anteriores. y ya hacia el final de la actuación se empezaron a escuchar pifias.
"Me voy feliz", dijo, sin embargo, los animadores alargaron la despedida hasta que algunas personas empezaron a aleonar a la gente para que se llevase la gaviota de plata. Pero en el bis se comenzaron nuevamente a escuchar las pifias, y ella siguió con su rutina sin inmutarse. Pero el público no la quería seguir escuchando.
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La jornada comenzó con la celebración de los 63 años del Festival de Viña del Mar, que se cumplían ayer, para lo cual los animadores del certamen salieron desde la platea hasta el escenario entre los saludos del público.
Pocos minutos antes de las 22 horas, al son de la trompeta, con mariachis y una banda completa en el escenario apareció Alejandro Fernández cantando "Tantita pena", luego que la última vez fuese en 2015. Con un show mezclando sus raíces rancheras con las baladas cumplió con una presentación musicalmente impecable en instrumentación y calidad de su voz la que, pese a los malos augurios por una de sus últimas presentaciones en México, cumplió aunque sin arriesgar demasiado.
La jornada no escatimó en gritos. "Estuve", "Te olvidé" y "Tengo ganas de ti" -canción que interpreta junto a Christina Aguilera, quien se presenta mañana en el Festival- llenaron la noche de romanticismo. Y aunque el mexicano se llevó las dos Gaviotas, la primera polémica surgió cuando interpretó la ranchera "Mátalas", canción que fue criticada por la exministra Karla Rubilar en Twitter, y la segunda, cuando hizo una broma de pésimo gusto a Rubia, la despampanante modelo que le entregó los dos premios.
"La primera vez dijiste que te temblaron las piernas, ¿qué te tiembla ahora?", le preguntó Martín Cárcamo, quien jamás esperó la respuesta que le daría el artista: "Algo que está entre las piernas" (ver recuadro).
A pesar de ello, Fernández enamoró a los asistentes a la Quinta Vergara con "Qué voy a hacer con mi amor", "Qué lástima", "Caballero", y su nuevo single "Inexperto en olvidarte", entre otras, para recibir la Gaviota de Plata a las 22.50 y cantar "Me dediqué a perderte", "Como quien pierde una estrella", clásicos que todos corearon anoche. "Estaría feliz", dijo el mexicano al hablar de qué pensaría su padre - el fallecido Vicente Fernández-, del cariño del público, antes de recibir la Gaviota de Oro. Tras un mix de éxitos finalizó con la tradicional ranchera que popularizó su padre "El rey", seguido de "Se me va la voz".
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En su debut en el escenario de la Quinta Vergara, Belén Mora comenzó tímidamente a encantar a los asistentes. Con una broma sobre la equivocación de entrar al camarín y que había llegado a uno lleno porque estaban los hijos de la animadora María Luisa Godoy inició la comediante su actuación.
No fue una rutina de carcajada fácil, pero el público le dio tiempo para que se afirmara. Fue así como comenzó con el tema de la pandemia, y las estupideces que hizo, cómo se acompañaba de la televisión y hasta que era capaz de asesorar legalmente a todos porque se veía todos los programas de Carmen Gloria Arroyo.
Fue en ese momento que enganchó con el tema de su embarazo: "Me embaracé no por amor, sino de ociosa", para comenzar una rutina centrada en el parto y la maternidad. En una historia sobre un paseo de curso se comenzaron a escuchar pifias, ni cantar a Alejandro Fernández la salvó.
Tras llevarse una obligada gaviota, se despidió: "Me voy con el mejor de los recuerdos", sin obtener la de oro. Al cierre de esta edición