El caso Casa Italia y los intereses en juego
Acertada decisión de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso salvó de la picota del progreso un inmueble tradicional de Viña del Mar. Nelson Vásquez, rector de la PUCV, destacó la importancia del inmueble y el compromiso que asume la universidad para la restauración del edificio y su posterior utilización en actividades culturales y académicas.
En medio de las incertidumbres del destino de los valores patrimoniales, es nuevamente una universidad la que va al salvataje de un inmueble que estuvo amenazado por la picota del progreso. Es lo ocurrido con la Casa Italia, valiosa construcción levantada en 1916 en una superficie de 1.456 metros cuadrados, que en algún momento estuvo a punto de ser demolida para dar paso a un proyecto inmobiliario de dos torres que solo resultaba rentable para los propietarios del inmueble, pero que nada aportaba al tan castigado patrimonio de la ciudad.
En una primera instancia la construcción se liberó de ese destino gracias a que en 2017 fue declarada Monumento Histórico. Pese a ello, quedó en una suerte de limbo, abandonada y sin protección, lo que permitió su vandalización, ocupación ilegal y hasta un incendio con autorías nunca aclaradas.
Finalmente, llegó al rescate la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), que suscribió un acuerdo con los propietarios del inmueble, Casa Italia S.A., para la transferencia y venta de la tradicional construcción.
Nelson Vásquez, rector de la PUCV, destacó la importancia del inmueble y el compromiso que asume la universidad para la restauración del edificio y su posterior utilización en actividades culturales y académicas. Más allá de los intereses privados en juego y de las fallidas gestiones municipales por comprar el inmueble, hay que destacar la decisión de la PUCV, que se suma a otra decisión universitaria en la misma línea de rescate de los valores tradicionales de la Región. Así fue como la Universidad Técnica Federico Santa María adquirió y restauró el tradicional edificio de la fenecida Bolsa de Corredores de Valparaíso, también amenazado por el abandono.
Son dos universidades tradicionales de Valparaíso, privadas y con vocación pública, que muestran su vinculación con la ciudad y sus valores comprometiendo recursos humanos y económicos que tendrán como resultado rentabilidad social.
Tras este caso, que se puede repetir, son oportunas las declaraciones de Manuel Millones, presidente de la Comisión de Patrimonio del Consejo Regional. Recordó que "lamentablemente, la sola declaratoria de Monumento Histórico no protege la propiedad, por cuanto se hizo contra la opinión de los dueños".
Esa resistencia es lógica, pues la declaratoria no lleva apoyo ni beneficios para el bien con patente histórica. Mirado desde ese punto de vista, se trata más bien de una carga, situación que se advierte en muchos casos donde la preservación es costosa y no tiene mayor interés para los propietarios, que prefieren dar al bien un destino rentable.
Este punto, donde chocan intereses sociales, privados y económicos, es uno de los que debe abordar el proyecto de ley de patrimonio cultural que se encuentra largamente pendiente en el Congreso Nacional.