LA TRIBUNA DEL LECTOR
POR CHRISTIAN CORVALÁN RIVERA, PRORRECTOR, UNIVERSIDAD DE VALPARAÍSO
Más vale prevenir que lamentar
Uno de los elementos centrales en la construcción del Estado moderno es la función de seguridad, entendida esta desde múltiples ángulos, siendo el más básico el de la seguridad personal, es decir, la reducción de la posibilidad de ser atacado violentamente por otros. Este anhelo es uno de los fundamentos para el poder que el pueblo otorga al Estado para que este detente el monopolio de la fuerza y lo use en su protección.
El martes de la semana pasada se dio en nuestra comuna un singular hecho: el desarrollo de un denominado "funeral narco". Un funeral es una acción propia de toda comunidad, la que se congrega para despedir a un ser querido y acompañar a los deudos, una acción muy humana que, en sí, no reviste ninguna condición compleja. Sin embargo, este tipo de sepelios conlleva una complejidad mayor y, en algunos casos, requiere de acciones de seguridad extremas. Tal es así, que nos pudimos enterar de una taxonomía de dichos funerales, incluyendo graduaciones de ellos, aunque no es de conocimiento público que implicaría cada categoría.
Respecto de aquel ocurrido el martes, sólo sabíamos que el cortejo fúnebre recorrería varias arterias de Playa Ancha con muestras de fuerza de los asistentes. Estas ya se han visto en otras regiones. Las propias autoridades policiales alertaron de la complejidad, así como de la baja capacidad de proyectar el desarrollo de mismo.
En este escenario, las autoridades educacionales del sector de Playa Ancha debían tomar decisiones: en las comunidades educativas existía preocupación, tensión y, por supuesto, la ansiedad que se produce ante una acción que, claramente, interrumpe el normal desarrollo de sus actividades. En particular, en nuestra institución tratamos de avanzar en decisiones colegiadas, discutidas y consensuadas, teniendo como norte el bien común institucional. En ese marco se tomó la decisión de suspender las actividades, a partir de las 13.00 horas, de manera de no exponer a estudiantes, profesores y funcionarios a situaciones de riesgo, difíciles de gestionar si se daba alguna de las complicaciones ya conocidas en estos actos.
Esta medida suscitó críticas, dando la idea de una forma frívola en que las instituciones enfrentaban esta situación, por lo que la suspensión era a todas luces una mala medida.
En este contexto, es importante dar cuenta de las acciones que se han venido desarrollando desde hace tiempo por las instituciones de educación superior, que trabajan en conjunto con las policías para enfrentar diversos problemas que nos aquejan en materia de seguridad. Así, hemos liderado el programa "Valparaíso estudia seguro", desarrollando talleres al interior de los establecimientos y campañas de sensibilización. De la misma forma, hemos integrado activamente el comité de seguridad ciudadana regional, que lleva adelante la Delegación Presidencial Regional, y allí hemos sido testigos de las diferentes problemáticas que enfrenta la región en este ámbito, donde sobresale el déficit en la dotación policial y la falta de material rodante para enfrentar correctamente este complejo problema.
El actuar de nuestras instituciones ha sido responsable, comprometido y participativo y, por ende, no es antojadizo o frívolo, muy por el contrario, las decisiones se toman a partir del conocimiento de los problemas regionales y del aprendizaje colectivo en los espacios de participación. Luego, frente a situaciones particulares como la de este funeral, lo más prudente fue la decisión que se implementó. Por eso, recordando a de Rotterdam y sus refranes, "más vale prevenir que lamentar" parece como nunca muy oportuno.
Finalmente, más allá de la polémica por la decisión, las instituciones seguiremos sumando esfuerzos de manera persistente, tanto en nuestros espacios propios como en aquellos a los que somos invitados, para trabajar de manera conjunta en este complejo problema social que tanto nos golpea y que, en el caso de Valparaíso, afecta a una de las características identitarias, la de ciudad universitaria, cuya mantención requiere de condiciones de seguridad permanentes.