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El punto de partida para el éxito de la Ley REP

Isidro Pereda , Isidro Pereda
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En Chile, estamos ad portas de la puesta en marcha de la Ley de Responsabilidad Extendida del Productor y Fomento al Reciclaje (Ley REP N° 20.920), una política pública ambiental que contribuirá, sin duda, a prevenir la generación de residuos y fomentar la reutilización de ellos. También donde es necesario reflexionar, pues esto significa que será una revolución a nivel nacional.

De acuerdo a la encuesta Cadem "Percepciones y actitudes de los chilenos y chilenas frente al reciclaje", publicada el año 2022, un 80% de los consultados dijo no haber escuchado, visto o leído nada de esta norma y, sin embargo, para poder cumplirla, la ciudadanía tiene que cambiar de hábitos de separación de envases y embalajes en sus cocinas y baños, es decir, dentro de sus casas, lo que implica un desafío y un gran esfuerzo comunicacional a nivel gubernamental, comunal y, por supuesto, privado. En el caso de los envases y embalajes, en septiembre de este año entra en régimen el cumplimiento de las metas de recolección y reciclaje de la Ley REP, que establece el deber de las empresas de hacerse cargo de los residuos que generan en la etapa posconsumo a través de sistemas de gestión como ReSimple.

Nosotros estamos llegando de manera gradual a todo el territorio nacional con la convicción de que vamos a hacernos cargo de que las personas reciclen más y mejor y que este esfuerzo que estén llevando a cabo adentro de la casa, de separar sus residuos, no sea en vano, sino que, efectivamente, se recicle. Pero no será fácil, considerando que hoy las estadísticas no son optimistas: según cifras oficiales, sólo el 4% de la población recicla, mientras la generación de residuos va al alza (en promedio 1,13 kilos de desechos produce cada persona).

Frente a este panorama, se vuelve urgente empujar acciones que encaminen aquellos cambios en el comportamiento de las chilenas y chilenos con el fin de incentivar el reciclaje. En este sentido, los sistemas de gestión tendremos un papel preponderante en la ejecución de campañas de sensibilización de la población respecto de la importancia de reciclar, de la correcta forma de hacerlo y que esta práctica puede ser muy simple.

De igual manera, necesitamos más colaboración para el éxito de la Ley REP. Estamos trabajando con una red de municipios con los que ya hemos firmado convenios para establecer las condiciones y alcances de colaboración recíproca entre las municipalidades y ReSimple, tales como: Iquique, Calama, Copiapó, Renca, Providencia, Santiago, Curicó, Chillán, Concepción, Hualpén, Villarrica y Punta Arenas. Esperamos que más municipios se unan a esta cruzada para ganarle a la basura, reciclando los residuos de envases y embalajes y así contribuir a un desarrollo más sustentable para nuestro país. La ley de fomento al reciclaje es de todas y todos.

Regiones de segunda categoría

Los dolores locales ya no le importan a nadie. Ni a La Moneda ni al Piso 19 de la Intendencia, Gobernación, Delegación o cómo se llame.
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La muerte de Mía, una lactante de dos meses, en el Hospital Claudio Vicuña de San Antonio, la semana pasada, por una neumonía derivada de un virus sincicial y sin tener acceso a una cama pediátrica UCI, pareciera indignarnos más por estos días tras conocerse que el hoy exsubsecretario de Redes Asistenciales, Fernando Araos, mintió al decir que se había consultados en todas las clínicas cercanas. El resultado fue que ese día, con la pequeña al borde de la muerte, solo se ofreció una impracticable cama UCI pediátrica en Arica a más de 2 mil kilómetros de distancia, cuando la Clínica Las Condes de la Región Metropolitana sí contaba con disponibilidad a sólo una hora y media de trayecto en ambulancia.

A tanto llegó la negación oficialista que la salida de Araos se produjo sólo horas después de que el personero visitara el nuevo Hospital Claudio Vicuña, cuya rapidez en las obras se debe precisamente al fallecimiento de la niña, que bien podría darle el nombre al recinto, sin desmerecer los méritos de don Claudio Vicuña Guerrero, exministro del Interior de Balmaceda, intendente de Valparaíso y, curiosamente, electo Presidente de la República sin poder asumir por el triunfo de la Revolución de 1891. Sería su viuda, Lucía Subercaseaux quien donó los dineros para la construcción del nosocomio, que entró en operaciones en 1930 y que hoy ya cumplió su vida útil.

La historia, empero, ya no le importa a nadie, habida cuenta de que todo parece haber comenzado con las actuales autoridades, los primeros en levantar el dedo contra la dictadura (Aylwin, Lagos y Bachelet, al parecer, no existieron) y cuya superioridad moral resultó tan frágil como la desinteresada y poco militante campaña del Colegio Médico para la crisis sanitaria de la pandemia durante la anterior administración.

Lamentablemente, el proceso de descentralización se ha entrampado en nuestra región por dos motivos: el primero, que en La Moneda no quieren ceder un ápice de poder (que de eso se trata todo esto) y, segundo, que nuestro gobernador regional dedicó buena parte de su gestión a pelear con el oficialismo y la delegada presidencial.

Así es bastante difícil conseguir camas o lo que sea.

Sobre la experiencia

Bernardo Donoso Riveros , Profesor emérito PUCV
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Es muy frecuente que hablemos de la experiencia cuando nos referimos al dominio que una persona tiene en el hacer algo, derivado de las veces que lo ha practicado y ha demostrado su eficacia en el actuar. Así, si tengo un conocimiento, por muy calificado que sea, puede ser pura teoría dominada por la constancia en los estudios. Sin embargo, falta un largo trayecto para ser experto o reconocido como el que sabe los fundamentos teóricos y además ha repetidamente hecho la demostración real del actuar. La confusión en que podemos caer puede tener consecuencias. Desde luego, no desmerece al conocimiento y los estudios brillantemente cursados y los certificados logrados en sólidos exámenes de grado. Se trata de algo diferente, del valor agregado y reconocido de la práctica feliz.

La experiencia del artesano derivada de la constancia en la repetición, del aprendizaje del error y de la prueba, de la aceptación del mentor que ayuda a tallar su propia maestría para aquel momento sublime en que se expondrá al mundo su dominio y será reconocido como tal. Esto puede ser una situación muy repetida en la experiencia humana, en los ámbitos más diversos. Por eso hay academias que analizan casos desde múltiples ángulos para intentar hacer carne anticipadamente la experiencia de los otros en la solución de temas y circunstancias complejas. Posiblemente hay facilitadores de este proceso. Por ejemplo, la prudencia y la humildad del auténtico sabio. Lo contrario sería actuar desde la soberbia convicción del "yo sé, yo puedo, yo soy capaz, yo conozco de esto, yo he leído, yo demostraré que esto ahora será diferente". Quién puede tirar la primera piedra, de un sentimiento que alguna vez en la vida pudimos tener.

La imprudencia tiene costos que se manifiestan en una gama de resultados que incluso pueden adquirir un lugar en la historia local de una circunstancia. ¿Significa esto que quedamos impedidos de experimentar? No, pero sin perder la perspectiva y profundidad de la dimensión. También es una invitación a abrir los sentidos, para ver y oír mejor al mundo, a incorporar la historia de casos análogos para acelerar la falta de experiencia. A la introspección que puede acompañar el alma por buenos senderos. "La experiencia es la madre de las ciencias" se dice popular y sencillamente para relevar su valor de la actividad humana. Imaginen las experiencias de Odiseo en su navegación de vuelta a casa. Ese que es el viaje humano tiene todos los momentos que nos toca vivir. Sabemos entonces de muchas cosas, incluso de los cantos de las sirenas.

Los pueblos que respetan la adultez miran a la experiencia para caminar hacia el futuro. Los pueblos, que, a su vez, valoran la juventud depositan en ellos el futuro tallado como el artesano ya descrito. Las manos de viejos y jóvenes tomadas fortalecen la construcción de la tarea encomendada, pues todos tendrán su tiempo para ser rechazados o elevados como constructores de la sociedad. La paciencia todo lo alcanza, todo pasa, todo llega. El sentido común de los pueblos tiene ojos de buenos lectores, esas lecturas se hacen evidentes, sorpresivamente algunas veces, para ser comprendidas por las mentes abiertas sin doblez.