"Cometen un grave error los que creen que trayendo un candidato que compita con Sharp van a solucionar los problemas de Valparaíso"
Como ideólogo de la autodenominada alcaldía ciudadana y asesor de gabinete del alcalde de Valparaíso, Jorge Sharp, a Rodrigo Ruiz Encina (Transformar Chile) le cuesta sentirse opositor al Gobierno, porque sabe que "las condiciones actuales para gobernar son muy complejas" y lo que le ocurre a Gabriel Boric "le puede pasar a cualquiera".
Aun así, su principal crítica es que al Ejecutivo le ha faltado "capacidad de convocar a la gente", que no es lo mismo, advierte, que "mantener tres o cuatro cosas o hacer cuatro o cinco cambios cosméticos, pequeños y menores".
- El movimiento Transformar Chile, liderado por el alcalde Jorge Sharp y del que usted es ideólogo, ¿en qué posición se ubica respecto al Gobierno?
- Yo no soy vocero de Transformar Chile, pero no es muy pertinente que nos definamos como progobierno u oposición. Y si bien el Gobierno tiene algunas inspiraciones positivas, yo me distancio porque no veo un proyecto democrático y de carácter participativo.
- ¿Se ha dejado de lado la agenda de transformación? ¿Cómo lo explicaría?
- Me parece que el enfrentamiento de condiciones que hacen muy difíciles el acto mismo de gobernar, como la crisis económica y una situación política inestable, ha llevado al oficialismo a priorizar la agenda de estabilización en desmedro de la de transformación. También se ha terminado cediendo a un espacio concertacionista que no era parte del ADN original de estos proyectos.
ADN concertacionista
- Para muchos, es la ex-Concertación la que le da al Gobierno cierta estabilidad.
- Es verdad que el ADN concertacionista le otorga estabilidad al Gobierno, pero a costa de un proyecto de más justicia. Una cosa es incluirlos y otra es quedar atrapados en su capacidad directiva y, así, el Gobierno se va apartando de sus expectativas de campaña. Hoy día la gente sigue deseando más justicia y no está encontrando en el oficialismo ese camino.
- ¿No cambiaron las prioridades de los chilenos en el último tiempo? ¿No se ha vuelto más conservador el sentido común en el último año?
- Creo que hubo una manipulación muy fuerte que asoció la transformación social al caos y, a partir de eso, se generó una cultura del miedo, de fondo autoritaria y no democrática. De ahí que la retórica republicana y derechista tuviera en la última elección más condiciones para concitar el voto de la población acosada por los temores, el miedo, la sensación de inestabilidad. Pero no creo que esa gente esté mayoritariamente vinculada al tipo de programa o de relato que ofrece el Partido Republicano.
- ¿Cómo se revierte esa mayoría republicana en los próximos desafíos electorales?
- Va a depender de lo que haga el oficialismo. El Gobierno todavía tiene tiempo y oportunidad para avanzar en una forma más clara y menos temerosa en una agenda no sólo de transformación, sino democrática y que convoque a esa mayoría de la población que no tiene un ideario de izquierda, pero vive las injusticias cotidianamente.
- ¿El Gobierno está siendo demasiado temeroso?
- Pasa que se perdieron esos jóvenes frenteamplistas que ofrecían la posibilidad de volver a soñar y salir del estado de aletargamiento en que nos dejó la clase política. El Frente Amplio debe recuperar el deseo que alguna vez tuvo y las promesas que se hicieron.
Desafíos municipales
- Así como es crítico del Gobierno y de los "jóvenes frenteamplistas", ¿es crítico de los proyectos municipales que el Frente Amplio lidera en la región o ve similitudes con la gestión Sharp?
- Bueno, no son iguales, pero creo que en la política municipal, en general, es mucho más transversal la disposición a lo participativo. En ese sentido, los gobiernos locales del Frente Amplio y los de Transformar Chile difieren mucho menos que en otras instancias de gobierno. No tengo una visión crítica de los municipios frenteamplistas y creo que están buscando, igual que nosotros, avanzar en una lógica participativa y de apertura a la ciudadanía.
- Si desde el PS hasta la derecha, cada vez que una autoridad habla de Valparaíso señala que la ciudad está abandonada y en decadencia, es por algo, ¿no?
- Es que ese tipo de diagnóstico y eslóganes ya se mencionaron en la campaña anterior y fracasaron estrepitosamente. Parece ser que la solución no pasa por sacar a Jorge Sharp de la alcaldía ciudadana. Al contrario, la solución de Valparaíso, que tiene efectivamente muchos problemas, cualquiera que esté en la municipalidad lo sabe y seríamos los últimos en tratar de esconderlos, pasa por construir una alternativa de desarrollo de mediano plazo.
- ¿A qué se refiere?
- Me refiero a lo que nosotros hemos venidos proponiendo, respecto del tema portuario y de cómo se genera una riqueza efectiva en el territorio, que permita mejorar las condiciones de vida y de habitación de las porteñas y los porteños.
- ¿Los que pretenden en el oficialismo competir contra Sharp el próximo año, tienen posibilidad de destronarlo?
- Cometen un grave error los que creen que trayendo un candidato que compita con Jorge Sharp van a solucionar los problemas de Valparaíso sin cambiar efectivamente la lógica en que hoy día se gestiona un territorio y se gobierna lo local.
- ¿La alcaldía ciudadana está en deuda con algunas de sus promesas iniciales?
- A la alcaldía ciudadana le falta mucho, en Valparaíso nos ha costado implementar varios de nuestros sueños iniciales y el estado real del territorio demanda todavía mucho más trabajo. Aun así, creo que es un muy buen proyecto que ha tenido muchas dificultades, como la pandemia, el estallido y la revuelta, una crisis económica.
Malestar ciudadano
- El movimiento de Jorge Sharp, Trasformar Chile, está integrado por varios exconvencionales constituyentes. ¿No fue la Convención, en parte, responsable del momento de inestabilidad política en que nos encontramos hoy?
- Pienso que la Convención fue la institución republicana más democrática que ha tenido este país en los últimos cuarenta años y la que mejor representó al pueblo de Chile, así como a los pueblos, en plural. Ni el Congreso ni el actual Consejo Constitucional van a ser tan democráticos ni representativos como fue la Convención.
- Pero falló y la gente no se sintió tan representada.
- Si falló fue porque la democracia también es un lugar en disputa. Hay fuerzas en nuestra sociedad a las que no les interesa que se viva la democracia, porque efectivamente era un texto que implicaba transformaciones estructurales que le iban a doler a muchos sectores de la sociedad.
- ¿Lo convence el nuevo proceso?
- Este es un proceso que partió desconectado con la ciudadanía y, por ende, es difícil concebirlo como democrático. Un proceso constituyente real debe ser de transformación, porque si no las sociedades no se entregarían a esa tarea y se quedarían con la Constitución anterior.
"Es verdad que el ADN concertacionista le otorga estabilidad al Gobierno, pero a costa de un proyecto de más justicia. Una cosa es incluirlos y otra es quedar atrapados en su capacidad directiva".
"Se perdieron esos jóvenes frenteamplistas que ofrecían la posibilidad de volver a soñar y salir del estado de aletargamiento en que nos dejó la clase política".
"La solución de Valparaíso, que tiene efectivamente muchos problemas, (...) pasa por construir una alternativa de desarrollo de mediano plazo".