Más seguridad en la cadena logística
La Cámara Marítima y Portuaria propuso la creación de una instancia público-privada para analizar un plan concreto de mejoras. Mejorar las condiciones de seguridad en este ámbito requiere numerosas inversiones públicas y un esfuerzo estatal de largo plazo.
En un texto corto y enfático, la Cámara Marítima y Portuaria (Camport) de Chile hizo un llamado al Gobierno a mejorar la seguridad de los recintos portuarios y las carreteras, con el objetivo de reinstalar el tercer turno de transporte de carga. El regreso de esta modalidad -24 horas, los siete días de la semana- permitiría una revitalización del intercambio comercial, así como un incremento sustancial de las oportunidades laborales, en un rubro que fue duramente golpeado en los últimos años, primero por el estallido social y luego por la pandemia.
El tema no se acota en los espacios de carga y descarga de los terminales. La seguidilla de decomisos realizados por la Policía Marítima y la PDI en los últimos años, en coordinación con el Ministerio Público, ha revelado el intenso tráfico de sustancias ilícitas que ocurre a través de nuestros puertos, al punto que para varios organismos internacionales, algunos terminales chilenos juegan un rol estratégico en el negocio de los carteles internacionales de droga.
"El país necesita mejorar en forma ágil y eficiente la seguridad y el control del tráfico de sustancias ilícitas", advierte Camport, que plantea como sistema de trabajo un esquema de cooperación público-privada, que pueda proponer un plan de acción, medidas concretas y compromisos mutuos. En verdad, la colaboración mutua entre todos los actores del sistema logístico, sean instituciones estatales o empresas privadas, es la única solución real para los problemas que vive el sector, cuya complejidad ha crecido en los últimos años. Para conocer el futuro de la propuesta será clave la señal que entregue el Gobierno a través del Ministerio de Transportes, el Servicio Nacional de Aduanas y las empresas portuarias, porque mejorar las condiciones de seguridad en este ámbito requiere numerosas inversiones públicas y un esfuerzo estatal de largo plazo, que exige a las autoridades la capacidad de mirar más allá de la próxima elección o su propia vigencia.