"El Ejecutivo se ha movido, pero la derecha sigue en proceso de dureza"
Críticas desde ambas veredas recibió el Gobierno luego de que la ministra del Trabajo, Jeannette Jara, anunciara esta semana el congelamiento de la tramitación de la reforma de pensiones hasta diciembre, aguardando el desenlace del nuevo proceso constitucional. Y aunque después se añadieron matices desde el Ejecutivo, asegurando que sí se podría avanzar en acuerdos antes del referéndum, lo cierto es que el mundo político en pleno no se mostró conforme con la postergación del proyecto más emblemático del Presidente Gabriel Boric.
Una excepción quizás ha sido el diputado Héctor Ulloa Aguilera (Indp. PPD), miembro de la Comisión de Trabajo y Seguridad Social, quien ha tenido un activo rol defendiendo los pilares de la reforma e impulsando, junto a la bancada a la que pertenece, un proyecto complementario que apuesta por incorporar un seguro de longevidad y el recalculo de la tabla de mortalidad, entre otros aspectos.
El parlamentario asegura concordar con los argumentos expuestos por la ministra Jara: "Ella ha llevado muy bien la discusión en materia laboral, confío en su criterio. Coincidimos en los aspectos grandes de la reforma y también en el diagnóstico de que la oposición está cerrada: ¿qué saca el Ejecutivo con ingresar las indicaciones para seguir su tramitación en particular, si el resultado lo sabemos de antemano? ¿Qué sentido tiene sino polarizar el ambiente? No podemos seguir escondiendo bajo la alfombra problemas sociales que siguen latentes; pero mientras no tengamos un acuerdo, el camino correcto es esperar".
- ¿Considera adecuado postergar la tramitación de un proyecto que lleva una década en el Congreso?
- Estoy de acuerdo con no ingresar las indicaciones por parte del Gobierno, mientras no exista un acuerdo. Creo que hoy estamos en un 'zapato chino', en un diálogo de sordos, donde la derecha no ha cedido un milímetro en su posición: que el 6% nuevo, a cargo del empleador, vaya íntegro a cuentas de capitalización individual. Hemos visto que el Ejecutivo ha bajado sus expectativas: de un 6% al seguro social, ya bajó a un 4%. Pero el problema es que necesitamos votos de buena parte de la derecha. Esta es una norma que requiere 78 votos, pero también -desde la mirada política- un sistema previsional no puede aprobarse por una mayoría circunstancial, por 1 o 2 votos. Eso me parece mucho más importante. Un sistema previsional debe ser robusto, dar certeza a los trabajadores, a los pensionados, a los privados que invierten; tiene que basarse en una mayoría que nos permita mirar con estabilidad el futuro de las pensiones
- Tanto en la oposición como en el oficialismo no comparten la idea de esperar. ¿No cree riesgosa la jugada?
- Creo que después de 40 años donde el sistema previsional nuestro ha estado anclado única y exclusivamente en el ahorro individual, esperar un par de meses para ver si tenemos seguridad social va a ser positivo, porque también va a dar certezas a cientos y miles de pensionados que requieren aumentar sus pensiones hoy día, no sólo a quienes jubilarán en el futuro (…) Coincidimos con la derecha en que la PGU hay que fortalecerla, el problema es que el mejoramiento a las pensiones no pasa sólo por eso. Ése es el 'desde', pero se necesita también un seguro social que aumente en forma significativa las actuales pensiones.
- Los ministros Marcel y Elizalde recularon sobre lo dicho por la ministra y entreabrieron la puerta a acuerdos sobre la reforma, previos al plebiscito. ¿Se podría ganar terreno de aquí a diciembre?
- Esta es una reforma técnica, cierto, pero también es política. Y siendo sincero, lo que observo en Chile Vamos, es que están prisioneros, mirando lo que están haciendo los republicanos. Es entendible, legítimo, pero es una camisa de fuerza. Creo que el resultado del plebiscito de salida puede significar, ojalá, que la derecha se libere un poco de la música que hoy está poniendo el Partido Republicano. Un eventual resultado adverso para la constitución de Kast podría significar oxígeno y deliberación para un buen sector de la derecha, y que nos permita llegar con ellos a un acuerdo.
- Ha dicho que los partidos de centroizquierda han debido tender los puentes para acuerdos con la derecha. ¿Considera que han tenido que suplir al Gobierno en ese rol?
- No lo dije como crítica al Gobierno. Creo que nuestra labor, como actores de centroizquierda, es tender estos puentes, sobre todo cuando hoy existen posiciones encontradas. El Ejecutivo se ha movido, pero la derecha sigue en proceso de dureza absoluta. Frente a esa posición tan irreductible ha sido imposible llegar a acuerdos, entonces lo que hemos intentado hacer ha sido recoger temas que son importantes y muy sentidos por la ciudadanía cuando se habla de un sistema de pensiones.
- ¿Se refiere a la propuesta que hicieron como Bancada PPD-Independientes? ¿Cómo éste dialoga con el actual proyecto en trámite?
- Hemos tratado de colocar variables en esta reforma, que hagan sentido a la ciudadanía, tratando así de tender puentes con cierta parte de la derecha. Por ejemplo, la distribución del famoso 6% adicional de cargo del empleador, donde propusimos un 2% al fondo individual, coincidiendo con la derecha porque también necesitamos aumentar la cotización del trabajador, que es baja. Pero, además, establecer un seguro social, una componente solidaria, porque no es posible que nuestro mal llamado sistema de seguridad social esté anclado única y exclusivamente al ahorro individual. Y lo novedoso es que otro 2% lo estamos cargando a un seguro de longevidad, que busca terminar con la tabla de mortalidad hasta los 110 años con que se calculan las pensiones, lo que nos parece injusto, arbitrario y fuera de toda lógica. Nuestra propuesta busca que las pensiones se calculen hasta los 85 años, y si la persona sobrevive esa edad, el monto de su pensión de sobrevivencia esté financiada con cargo a este 2%. Esto significará aumentar las pensiones en 17% para la mujer y en 14% para el hombre. Además, hemos intentado introducir la prohibición de que las AFP o futuras entidades de inversión repartan utilidades mientras los fondos que están a su recaudo obtengan rentabilidades negativas. No es posible que no tengan ningún incentivo para hacerlo bien.
- Su sector pide "legitimidad" para un nuevo sistema de pensiones. Pero, además de legitimar el sistema, ¿cómo se avanza en darle sostenibilidad en el tiempo?
- Efectivamente no solo necesitamos un sistema que otorgue mejores pensiones, sino que además se sostenga en el tiempo. Y para eso necesitamos aumentar el monto de la cotización, que en países OCDE promedia 18,6%: en Chile hoy estamos en un 10%. Evidentemente no podemos hacer un sistema sostenible y suficiente, en la medida que sigamos teniendo tasas de cotización tan bajas. Si a eso le sumamos informalidad laboral, lagunas previsionales, escasa fortaleza de nuestra legislación respecto del cobro de cotizaciones, que no son un problema directo de las AFP, sino problemáticas de nuestro propio sistema, estamos mal. Por eso debemos trabajar en aumentar la tasa y la densidad de las cotizaciones. Eso es fundamental. Luego, incorporar un principio de solidaridad en el sistema. Y finalmente atacar la informalidad laboral: necesitamos más cotizantes. Esos son los cuatro desafíos más importantes para que este sistema sea sostenible.
- ¿Cómo se cambia el switch de la ciudadanía respecto de incorporar solidaridad a un sistema de pensiones basado sólo en la capitalización individual?
- Es gran tema. Creo que hoy después de 40 años donde mi jubilación depende única y exclusivamente de mi ahorro, ese pensamiento se metió tanto en la mente que cuesta advertir las bondades de un sistema de seguro social, donde las pensiones aumentan por la vía de la solidaridad. Es difícil atender otra variable que pueda tener un sistema de pensiones. Pero la solidaridad no es algo nuevo en Chile. Hoy todavía se pagan pensiones solidarias de las antiguas cajas de previsión social. En ellas, la persona -independiente de los fondos que tenía, que no eran individuales, sino que iban a un seguro social-, recibía una prestación donde su jubilación se calculaba según el promedio de las últimas 36 remuneraciones imponibles. Eso significaba tasas de reemplazo cercanas al 80%. El otro factor fueron los retiros, que sin duda sirvieron de alivio en momentos duros, pero también acrecentaron la idea de que los ahorros eran míos y que nadie me podría impedir gozar de aquello que era sólo mío. 2
Coincidimos con la derecha en que la PGU hay que fortalecerla, el problema es que el mejoramiento a las pensiones no pasa sólo por eso. Ése es el 'desde', pero se necesita también un seguro social que aumente en forma significativa las actuales pensiones".
Marcelo López M.
reportajes@mercuriovalpo.cl
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La bancada en la que participa Ulloa presentó su propia propuesta de reformar previsional.