El tiempo pasa y los proyectos quedan. Quedan en el papel. Es el caso, por ejemplo, de algo que aparece como muy sencillo, como la Estación Valencia de Merval, Quilpué, o la renovación de la Av. España, obra más compleja.
La lista de proyectos, de buenos proyectos, es larga y se pueden recordar muchos, como el que ahora se pone de actualidad: el Centro Interdisciplinario de Neurociencia de Valparaíso. Cumple ya ocho años y, nada de raro, llegue a los diez.
Iniciativa importante que logra una doble finalidad: por un lado situar a Valparaíso en el catálogo internacional de investigación científica avanzada, para lo cual la condición de centro universitario de la ciudad proporciona masa crítica; y por otro, se constituye en un foco revitalizador del patrimonial Barrio Puerto.
Su inquietud por el pausado avance de la iniciativa planteó el doctor Ramón Latorre, Premio Nacional de Ciencias, y director del futuro Centro ante el Concejo Municipal de Valparaíso. Señaló que el Consejo Regional aprobó un incremento en los recursos para levantar el inmueble que albergará al Centro, pero hasta ahora los dineros no llegan.
Denunció que ni siquiera hay licitación de obras.
Por su lado, el concejal Daniel Morales reafirmó la importancia del proyecto indicando que allí se podría recibir a cientos de alumnos de un altísimo nivel científico y "se posicionaría a Valparaíso como un polo universitario de renombre internacional". Considera el concejal "inentendible" que aún no se cuente siquiera con una licitación de las obras.
Sin ocultar su molestia por los planteamientos de Latorre ante el alcalde Jorge Sharp y el Concejo Municipal, el intendente regional, Gabriel Aldoney, manifestó que "ese es un proyecto que está en desarrollo", agregando que "estos caballeros deben dirigirse a quien corresponde y no sé si tendrán algún problema con el municipio, pero al Gobierno Regional ellos nunca han venido a decirme qué problema tienen... tienen mi número de teléfono".
Palabras de la autoridad que deben aprovecharse, pero que no restan al doctor Latorre el derecho a formular su inquietud en un organismo representativo como es el Concejo Municipal, que posiblemente poco pueda hacer al respecto, pero que es un espacio de expresión.
Al final del día lo que importa es que la iniciativa muestre signos de vida y que se cumplan con eficiencia, agilidad y transparencia los pasos que corresponden cuando se trata de inversión pública, conjurando la presencia del fantasma de la corrupción que ronda por los pasillos de la burocracia regional. El intendente tiene la palabra.