El silencioso avance de los contenedores
Tras las Fiestas Patrias no pasó desapercibida la repentina aparición de contenedores en la costanera de Valparaíso, en el tramo que va de Rodríguez a Edwards e incluso con perspectivas de llegar hasta General Cruz, acumulando cuatro pisos de los mismos, en lo que muchos anticipan como el precio a pagar por el Paseo del Mar del sector Barón, negociado por el alcalde Jorge Sharp y La Moneda, por intermedio del ministro de Vivienda Cristián Monckeberg y, en apariencia, la EPV.
Si la explicación es que nadie previó que el largo feriado impediría despejar el Terminal 1, llevando sus contenedores a las zonas extraportuarias y la ZEAL, y que ello será remediado a la brevedad, la coordinación portuaria deja mucho que desear en esta ciudad, más aún si tomamos en cuenta que en el verano los contenedores coincidirán con la temporada de la fruta y de los cruceros. ¿Dónde está la mesa tantas veces prometida?
En segundo término, el citado paseo hoy cubierto por contenedores, construido bajo el gobierno de Ricardo Lagos Escobar en 2005, inaugurado y vuelto a cerrar al año siguiente, pareciera ser la primera opción para instalar allí una zona de acopio para los contenedores del Terminal 1 de TPS y el futuro Terminal 2 de OHL. Ahora, ¿qué contempla exactamente el acuerdo Piñera-Sharp sobre este punto en particular? Aparte del punto 5 del polémico primer mapa del proyecto para el sector de Barón, filtrado a la prensa por la EPV, en el cual se deslizaba tímidamente "acopio de containers propuesto" sobre la costanera, ¿no sería razonable exigir transparencia total sobre la nueva geografía portuaria del sector tras la construcción del ya aprobado T2?
Más allá de proyectos alternativos como el Terminal San Mateo y las patriadas del concejal Daniel Morales, cuya porfía ya raya en la ternura, se echa de menos un pronunciamiento municipal al respecto, tanto de parte del alcalde Jorge Sharp
-quien ha guardado un religioso y sospechoso silencio, al igual que en el tema del carnaval de los Mil Tambores-, como también de sus respectivos secretarías y departamentos, tan presentes en otros temas de mediana y menor importancia.
Nadie, salvo el ya mencionado concejal Morales y el obstinado dirigente civil Jorge Bustos, puede argumentar ilegalidad o inutilidad alguna por parte del proyecto Terminal Cerros de Valparaíso, pero la sociedad porteña sí puede exigir conocer todos los detalles del mismo, como también el porqué de la omisión municipal respecto del tema planteado en estas líneas.
En la otra vereda, la del intendente Jorge Martínez, quien desde el Duoc Cousiño, la Fundación P!ensa y la UNAB acuñó el pegajoso slogan de "muralla china" para la futura franja de contenedores y fue un furibundo detractor del T2, la posición ya fue blanqueada: no está de acuerdo ni le gusta el proyecto, pero él está para seguir las instrucciones del Presidente Sebastián Piñera. ¿Será mucho esperar algo similar de parte de las principales autoridades de la ciudad puerto?