Bruxismo: causas y efectos del involuntario hábito de apretar
PÚBLICO. El 20% de las personas padece esta alteración, que es tres veces más común en mujeres que en hombres. Los niños y jóvenes que sufren acoso también figuran entre los más expuestos.
El estrés, la tensión emocional, la angustia, la depresión y los trastornos obsesivo-compulsivos, entre otras alteraciones, no solo generan cansancio, insomnio, desórdenes alimenticios, deficiencias en el sistema inmune o malestar general. También pueden dar origen a una patología difícil de diagnosticar, pero que cada vez es más común y cuyas consecuencias son tan diversas como sus causas: el bruxismo.
En efecto, la acción involuntaria de apretar o hacer rechinar los dientes, sin un propósito funcional, es un hábito que comparte cerca del 20% de las personas a nivel mundial, siendo tres veces mayor entre las mujeres que entre los hombres.
En los últimos años, sin embargo, esta cifra se ha incrementado en forma significativa, al punto que diversos estudios internacionales dan cuenta que alrededor del 50% de los adultos en edad laboral reconoce sentir dolor en su dentadura, cabeza o cuello por apretar sus dientes en exceso, en forma inconsciente y constante.
Es más, una investigación cuyos resultados fueron publicados en 2017 por la reconocida revista científica Journal of Oral Rehabilitation advierte que la prevalencia de esta mala práctica puede llegar al 65% entre los adolescentes y jóvenes universitarios que son víctimas de algún tipo de acoso y hasta el 80% en niños que experimentan abuso verbal o bullying en la escuela.
"En general se acepta que los factores psicogénicos son los que más influyen en la aparición del bruxismo. Pero hay algunos medicamentos -en particular los antidepresivos- que de igual manera predisponen a esta alteración. En paralelo, se investiga si ciertas ondas cerebrales involuntarias contribuyen a aumentar la actividad de los músculos que mueven la mandíbula, detonando así esta parafunción que en la actualidad sufren indistintamente los niños, jóvenes y adultos", argumenta el cirujano dentista Walther Meeder Bella, profesor y director del programa de especialidad en Trastornos Temporomandibulares y Dolor Orofacial que imparte la Facultad de Odontología de la Universidad de Valparaíso.
Nocturno y de vigilia
En cuanto temporalidad, existen dos tipos diferentes de bruxismo: el nocturno y el de vigilia.
El primero -el más diagnosticado- se manifiesta durante el sueño profundo, con una duración de hasta 30 minutos por episodio. Al estar dormido, el afectado casi nunca es consciente de que aprieta o rechina sus dientes, pero su comportamiento suele ser detectado por su compañero de cama o de habitación.
El segundo, en tanto, ocurre durante la fase temprana del adormecimiento y lo sufren más los adultos jóvenes, ya que está asociado a cuadros acotados de estrés por trabajo.
Asimismo, de acuerdo con la intensidad y el movimiento, el bruxismo es definido a la vez como de "apretamiento" o de "frotamiento".
El doctor Meeder explica que estos signos en los dientes no siempre están presentes con claridad ni dependen estrictamente de la intensidad y duración de los episodios. Algunos, incluso, suelen ser confundidos con lesiones no cariosas provocadas, por ejemplo, por un cepillado traumático u otros malos hábitos orales como son el comerse las uñas o masticar objetos.
Síntomas
La actividad permanente de la musculatura de la masticación, que es la responsable del bruxismo, produce además de la típica sensación de presión en los dientes dolor facial, de cabeza y también en el cuello. Adicionalmente pueden aparecer síntomas auditivos como zumbidos y dolo de oído.
"En general es difícil saber quiénes bruxan, ya que por tratarse de un hábito involuntario que ocurre durante el sueño muchos pacientes -sobre todo los jóvenes- no manifiestan síntomas inmediatos. Pero es importante consignar que, de acuerdo con nuestros registros, aproximadamente la mitad de las personas que consultan por algunos de los signos asociado presentan cefaleas y, luego de ser tratados, un importante número de ellas logran disminuir su malestar. Lo propio ocurre con el dolor cervical, que también se asocia al bruxismo y que es referido frecuentemente al despertar por las personas", acota el especialista de la Facultad de Odontología de la UV.
Tratamientos
Por ser una alteración de origen psicogénico, los odontólogos suelen primero derivar a sus pacientes diagnosticados con bruxismo a un psicólogo o psiquiatra. Más todavía si estos también padecen una enfermedad de base, como psoriasis, lupus, artritis, fibromialgia u otra afección neurológica.
"En estos casos resulta fundamental derivar a este tipo de pacientes con el respectivo especialista", afirma el doctor Meeder.
A veces, el cuadro se supera en poco tiempo con técnicas de relajación y acciones terapéuticas de autocontrol. También con indicaciones sobre cómo llevar una vida más saludable y medidas de "higiene del sueño", ya que un porcentaje importante de los afectados duerme poco o mal.
"Pero si éste persiste lo mejor es iniciar una terapia ortopédica, que implica el uso de dispositivos (placas) oclusales, para bajar la carga del bruxismo sobre las estructuras bucales. Para combatir el dolor, aplicar frío o calor en las áreas afectadas ayuda bastante. Y en los casos severos lo anterior va acompañado del suministro de fármacos y hasta de electroterapia, en los casos agudos", asegura el cirujano dentista de la Universidad de Valparaíso.