Alimentos en descomposición, además de daños en maquinaria y artículos de escritorio fueron parte de las consecuencias que generó una falla en la motonave "Antonio", de la empresa Transmarko. Visto de esa manera, quizás no sea tan grave lo ocurrido en las bodegas de dicha embarcación, sin embargo, esa carga iba con destino al Archipiélago de Juan Fernández para satisfacer las necesidades de los habitantes de ese territorio insular. ¿Qué pasa ahora? Deberán esperar un nuevo viaje que les lleve víveres en buen estado y se pueda reponer todo lo dañado en la última travesía que zarpó desde Quintero.
Entendible, entonces, es el malestar del alcalde de esa comuna, Leopoldo González, quien acotó que "según la versión del capitán, se reventó una manguera de enfriamiento que alimenta a la pluma del buque. Aún así, me extraña que no se diera cuenta de la situación. El barco igual zarpó, entraron al Archipiélago con este problema, llegó a la isla, donde se sacó la mercadería, y nadie sabía nada", agregando que "siguen saliendo cargas mojadas y aún quedan paquetes. No sabemos cuánto es la pérdida total, pero sí es cuantiosa".
El jefe comunal llamó a buscar a los responsables de este daño e investigar las causas del problema o la eventual poca fiscalización. Frente a esto, el seremi de Transportes, Gerard Oliger, aseguró que el año pasado se realizaron 14 fiscalizaciones al Servicio Marítimo de Transporte de Carga Valparaíso - Isla Robinson Crusoe y que en lo que va de 2019 se han ejecutado tres inspecciones.
Más allá de responsables, que claramente deben ser buscados y evaluar multas a la empresa involucrada, aparece impresentable que un servicio licitado por el Estado presente este tipo de dificultades, sobre todo, considerando que los afectados son personas que viven en un territorio aislado y que dependen casi exclusivamente de la carga que llega cada cierto tiempo a la isla, en este caso, 15 días.
Se deben, necesariamente, tomar todas las medidas para que hechos de esta naturaleza no vuelvan a ocurrir, para así no afectar la vida de aquellos que por opción u obligación viven en esos lugares de Chile. Ya son bastantes las complejidades que deben soportar esos chilenos como para agregar otras que a todas luces pueden ser prevenidas. La autoridad política debe tomar cartas en el asunto que permitan resguardar la correcta entrega de víveres y materiales, en este caso la Seremi de Transporte.
Puede que este hecho llegue a ser calificado como un caso aislado dentro de la importante labor que se realiza desde el continente con la isla, sin embargo, se insiste en que el contexto y a quienes afecta no permiten hablar de "hechos aislados", sino de contingencias que tienen que ser necesariamente evitadas y, por sobre todo, deben ser mejoradas, para así cumplir como país con nuestros territorios insulares.