A 140 años del Combate Naval de Iquique
Kenneth Pugh , Senador por la Región de Valparaíso
Muy pocos saben o recuerdan que el único civil que participó a bordo de la corbeta "Esmeralda" en el épico y glorioso Combate Naval en la rada de Iquique, entonces peruana, era Juan Agustín Cabrera Gacitúa (1850-1917), un ingeniero civil que Telégrafos del Estado había enviado al norte a reparar el cable de telégrafo submarino que las fuerzas chilenas habían cortado.
Este sistema de enlace digital submarino fue inventado por los ingenieros británicos para permitirle comunicaciones globales a la Reina Victoria, la soberana del imperio de mayor extensión sobre la faz de la tierra. Usando nuestro cobre y la gutapercha, un aislante natural obtenido de un arbusto de malasia. Los cables de telégrafo submarino cruzaban los océanos para conectar los puntos más importantes del planeta, transportando digitalmente a baja velocidad las solicitudes de cotización, las órdenes de compra y de pagos. Navegando sobre estos cables estaban los veleros y vapores, transportando la carga en quintales y fardos. Esta fue la globalización 1.0, que en Chile comenzó con la llegada del vapor a Valparaíso en 1822, a bordo del "Rising Star" ("Estrella Naciente"), inventada por Cochrane, financiada por el gobierno de O'Higgins y la travesía entre Valparaíso y Quintero narrada por María Graham.
Hoy, ha comenzado la globalización 4.0. Conceptualmente lo único que ha cambiado es la velocidad y volúmenes en que ocurren los acontecimientos. El modelo sigue siendo el mismo, un cable de fibra óptica de gran velocidad para transferencia de datos y barcos portacontenedores con grades capacidades de carga. Chile y Valparaíso en particular se encuentran preparados para enfrentar este nuevo proceso de transformación -ahora de forma digital y segura- tenemos una posición geográfica privilegiada y talento digital demostrado y comprobado. Sólo debemos entender que ha llegado el momento de zarpar de este nuevo puerto digital, para abrir las nuevas rutas comerciales del siglo XXI que se hacen bajo y sobre el mar.
La Armada de Chile debe sentirse orgullosa de mantener viva esta tradición de innovación y emprendimiento, desde su nacimiento a la actualidad, promoviendo y protegiendo los intereses marítimos y del Estado, donde este lo requiera, con hombres y mujeres talentosos que están dispuestos a dar la vida por la patria, tal como lo hizo Prat y 143 compatriotas más, para nunca ver nuestro pabellón arriado ante el adversario o la adversidad. Ellos se encuentran preparados para emprender el desafío de las grandes naciones que navegan hacia el desarrollo, con un innovador programa nacional de construcción de fragatas, y participar de la creación e integración con los nuevos ecosistemas de conocimiento e innovación de las regiones. También al igual que Prat y su dotación inmortal, se encuentran preparados para defender la infraestructura crítica costera e infraestructura crítica submarina, tal como lo son los cables de fibra óptica, usados hoy en día, de los cuales depende la conectividad de los chilenos y de la humanidad.