Bien superior: la ministra Repetto a la Suprema
En los tiempos en que las y los ciudadanos necesitan recuperar la confianza en las instituciones, sería incomprensible y un error garrafal no aprobar la nominación de la jueza María Angélica Repetto. Gianni Rivera Foo, Exgobernador Marga Marga
La Corte Suprema es fundamental para el buen desarrollo de nuestra democracia. Así lo ha sido en nuestro país desde el retorno de la democracia, dejando atrás días oscuros y tenues. En los años en que gobernaba la dictadura militar, el máximo tribunal tuvo un papel lamentable en torno a la defensa de los derechos humanos. Sólo basta revisar los miles de recursos de amparo que se negaron para que se compruebe lo anterior.
Con la llegada de la democracia vimos esfuerzos notables, llevados a cabo por el Presidente Patricio Aylwin y el ministro de Justicia Francisco Cumplido, primero para ampliar el número de los ministros de la Corte Suprema, y luego, para motivar el recambio de jueces con el fin de lograr un equilibrio justo, coherente y sano para la democracia. Que nadie interprete lo que no es, acá nadie pide una Corte politizada sino más bien que tenga sentido con la sociedad actual.
Todo este esfuerzo, en que han participado muchas y muchos, ha sido puesto en riesgo por el gobierno del Presidente Sebastián Piñera, y extrañamente por el ministro Hernán Larraín, quien se ha caracterizado por ser parte de los consensos y siempre estar llano a los acuerdos.
Al caerse la postulación de la ministra Dobra Lusic, el Ejecutivo levanta la postulación de la jueza de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, María Angélica Repetto, para el puesto en cuestión. Es claro y notorio que el Gobierno no ha generado consensos ni diálogos con la oposición, práctica habitual en estas situaciones, pero también saludable y necesaria, más aún cuando se trata de un juez o una jueza para la Suprema. En base a aquello, es absolutamente entendible la molestia y el reclamo de los senadores que alzan la voz.
No obstante lo anterior, la ministra María Angélica Repetto tiene todas las condiciones y atributos para ocupar dicho cargo, ya sea por su brillante formación profesional cómo estudiante de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso egresando como la mejor alumna, como también por su sólida, impoluta y destacada carrera judicial. Cabe señalar además que nunca en nuestro sistema parlamentario, un o una postulante al Tribunal Supremo han sido expuesto a tantos niveles de participación como la ministra Repetto, creándose incluso una plataforma para que las y los ciudadanos opinaran y preguntaran por la postulante a la Corte Suprema, sorteando con éxito todas estas etapas.
El error del Gobierno en llevar las conversaciones y relaciones con el Parlamento, no puede ser el motivo para que se deje de promover a ciudadana y ciudadanos destacados y necesarios para el país.
En vista de todo lo anterior, no queda más que pedir a los senadores que han manifestado dudas en torno a apoyar la postulación de la jueza, que efectivamente aprueben su nombramiento, ya que ella no sólo prestigia al Poder Judicial sino que también a las mujeres que, muchas veces, han sido desplazadas, y así engrosar la lista junto a María Antonia Morales, Margarita Herreros, Gabriela Pérez, Sonia Araneda, Rosa María Maggi, Rosa del Carmen Egnem, María Eugenia Sandoval, Gloria Ana Chevesich, Andrea María Muñoz y Ángela Vivanco, entre otras.
En los tiempos en que las y los ciudadanos necesitan recuperar la confianza en las instituciones, sería incomprensible y un error garrafal no aprobar la nominación de la jueza María Angélica Repetto a la Corte Suprema, por lo mismo, es una oportunidad para el Senado de recuperar la confianza perdida en la comunidad y así reconocer a una gran jueza.