El actor y director italiano Roberto Benigni acaparó ayer la atención mediática en el Festival de Cine de Berlín, conocido como la Berlinale, con "Pinocchio", filme en el que interpreta al carpintero creador del muñeco de madera, basada en un cuento que, en realidad, no es para niños.
"Soy el único actor del mundo que ha sido Pinocho y además Geppetto", afirmó entre gestos de alegría el actor la rueda de prensa que ofreció. Aludía a su anterior versión de la película, de 2002, que firmó como director y en la que interpretaba al "hijo" del carpintero.
Benigni convirtió su presentación en el evento en uno de sus habituales despliegues de vitalidad, entre calificativos de "bellísima aventura", para su cinta, y de "regalo del destino", el hecho de haber sido invitado a protagonizarla.
Dedicó guiños a los fotógrafos, aplaudió con efusión a sus compañeros de equipo y brindó ayuda técnica en el manejo de auriculares y micrófonos a su joven colega Federico Lelapi, el Pinocho humanizado de la película.
La película se estrenaba en la sección Berlinale Special, fuera de concurso. La presencia del actor, Óscar por "La vita è bella" en 1997, eclipsó al resto del equipo, incluido su director, quien con "Pinocchio" da un salto claro de género respecto a sus aclamadas "Gomorrah" (2012) o "Dogman 2019".
"Es un cuento también para adultos, basado en una gran novela", dijo Benigni, respecto al clásico de Carlo Collodi, publicado en el siglo XIX.
A la interpretación de los actores se suma la labor del equipo de maquillaje y efectos digitales de Mark Coulier.
El resultado es una nueva inmersión en la figura de ese muñeco que crea Geppetto, un carpintero más pobre que una rata y que cambia su única chaqueta, más chaleco, por un libro de texto para que su niño de madera vaya a la escuela.
El aprendizaje de Pinocho discurre por el camino conocido: el hada azul que le ayuda, el zorro y gato que le estafan, el captador de niños que se saltan la escuela y acaban convertidos en asnos, el vientre de la ballena donde recupera el camino a casa.
Nada es tan infantil: el niño de madera verá cómo le crece la nariz, si miente; pero también que ante la justicia conviene mentir, puesto que no hacerlo implica cárcel. Se resignará a ir una escuela donde el castigo físico es el pan de cada día. Y acaba siendo él quien atiende y marca el camino al viejo Geppetto.
"Pinocho es un bien chico", resumió Lelapi, el actor de 10 años que de muñeco de manera pasa a humano de carne y hueso. El hijo del "Bappo" Gepetto, cuyos rasgos recuerdan al Benigni de "La vita è bella", empeñado en esconder a su hijo el horror del campo de concentración nazi en que se encuentran.
El estreno mundial del "Pinocchio" de Matteo Garrone siguió a otra exhibición en el festival de Berlín de un filme destinado más claramente al mundo infantil. Fue la película de animación "Onward", dirigida por Dan Scanlon, una nueva producción de los estudios de animación Pixar.
Se proyectó, como la del italiano, en el apartado Berlinale Special, el viernes, el día siguiente de la apertura del festival.
El de Scanlon es un filme superpoblado de dragones, duendes y otras criaturas fantásticas, arrinconadas por la tecnología, los ordenadores y los teléfonos inteligentes. Instrumentos del diablo, que convierten el mundo mágico en que vivieron en un hábitat aburrido y gris.
Polémica por China
La jornada de ayer en el festival de cine también estuvo marcada por una polémica: la dirección de la Berlinale negó haber rechazado un filme del artista y activista chino Ai Weiwei por supuestas presiones de las autoridades de China, como ha asegurado el líder del movimiento democrático en Hong Kong Joshua Wong.
Las afirmaciones de Wong "carecen de fundamento", afirmaron fuentes del festival. El propio Ai había decidido de antemano presentar su proyecto en otro festival, por lo que no entró en la selección de obras para el certamen alemán, explicaron.
La respuesta del festival sigue a unas declaraciones de Wong al dominical del diario "Die Welt", en el que se pronunciaba a favor de boicotear la Berlinale por el supuesto bloqueo al filme "Vivos", en que Ai denuncia matanzas en México.
"Para mi está claro que Ai no ha sido aceptado en la Berlinale por su situación política", había afirmado Wong a ese diario.
El artista chino vivió exiliado en Berlín durante cuatro años, hasta que en agosto de 2019 decidió abandonar Alemania entre fuertes críticas a la política y la cultura de ese país, donde dijo sentirse aislado.
Ai había llegado a Alemania cuatro años antes, invitado por la Universidad de Bellas Artes, tras serle levantado el arresto domiciliario que le fue impuesto por las autoridades chinas por varios delitos.
Estos días se proyectó en la capital alemana su película "Censored", dentro de un ciclo previo a la gala de Cinema for Peace, que tiene lugar esta noche, en paralelo al discurrir de la Berlinale.
1997 Benigni protagonizó la cinta "La vida es bella", que ganó un Oscar como mejor película extranjera.
2002 ese año el actor protagonizó una película también llamada "Pinocchio", donde encarnó al celebre múñeco.