Comportamiento local en cuarentena
La estimulante respuesta inicial de la población al confinamiento genera optimismo. Pero no es la hora de relajar los controles y fiscalizaciones. Es la hora de seguir por la misma senda, esto es exagerar la fiscalización de la cuarentena en Viña del Mar, Valparaíso y San Antonio, e incluso acelerar el proyecto que endurece las penas a los infractores.
La extraordinariamente responsable respuesta a la cuarentena de los ciudadanos de Viña del Mar y Valparaíso, que redujo la movilidad en un 65% (en Santiago alcanza el 30%), lo que fue incluso motivo de felicitación por parte del nuevo ministro de Salud, Enrique Paris, habla, primero, de la seriedad con la cual la población -al menos en este inicio- se ha tomado las medidas de restricción y, segundo, del buen trabajo realizado por el gobernador provincial, Gonzalo Le Dantec, el jefe de la Defensa Nacional, Yerko Marcic, la Armada y Carabineros de Chile.
Para sostener esto, aislar a la comunidad y conseguir trazar de mejor manera los contagios, es indispensable que la ayuda económica y alimenticia llegue a los que más lo necesiten cuanto antes. Como bien dijo el senador Ricardo Lagos Weber en entrevista con este mismo medio, "la única vacuna conocida es 'quédate en la casa' y para eso se necesita plata".
Hubo, cómo no, ciertas incomodidades, como los kilométricos atochamientos en la avenida España y el Troncal Sur por el masivo desplazamiento de trabajadores hacia Valparaíso y su respectivo control sanitario por parte de las autoridades.
Al respecto, quizás sea necesario atender las palabras del alcalde de Quilpué, Mauricio Viñambres, quien hizo un llamado a los empleadores a no citar físicamente al trabajo más que a los empleados estrictamente indispensables. De la misma forma, llaman la atención los más de 300 mil permisos solicitados durante las primeras horas de la cuarentena, una cifra indudablemente excesiva para los objetivos que plantea el confinamiento, por lo que el propio ministro Paris apeló ayer al "esfuerzo individual" e incluso el "patriotismo" de la población para no circular por las calles si no es en caso de emergencia.
Sin fallecimientos en las últimas 24 horas y con 250 nuevos contagios, es el minuto de continuar por la misma senda, esto es exagerar la fiscalización de la cuarentena en Viña del Mar, Valparaíso y San Antonio -e incluso acelerar el proyecto que endurece las penas a los infractores, como plantea Paris- para así conseguir reducir sideralmente los índices que hoy preocupan a toda la Región.
Con todo, existe otra preocupación mayúscula: el fantasma de una segunda oleada, como ya ha sido advertido en Beijing y otras ciudades del planeta. Ya la historia nos dice que la gripe española tuvó más de una etapa, siendo la segunda la más letal y con tiempos muy similares al del coronavirus: una inicial, de marzo a junio de 1918; y la segunda, entre octubre y diciembre, que lamentablemente causó el 75% del total de los fallecimientos.