A 30 años de Ex Corde Ecclesiae
La Constitución Apostólica que sustenta a las universidades de la Iglesia tiene ideas con plena vigencia para el mundo actual. "Darle sentido y significado a un hombre que vive un mundo de cambio acelerado es no sólo tarea de las universidades católicas, sino de todos los planteles de educación superior".
Este mes se cumplen 30 años de la publicación del documento Ex Corde Ecclesiae ("Sobre las universidades católicas"), del Papa San Juan Pablo II, la constitución apostólica que describe la identidad de las instituciones de educación superior católicas como instrumentos indispensables de la Iglesia, así como detalla su rol en las sociedades donde realizan su quehacer. Para conmemorarlo, junto con la presentación de un libro digital, el rector de la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso (PUCV), Claudio Elórtegui, participará con sus pares de los planteles católicos chilenos de un conversatorio, donde pondrá de relieve los alcances del texto apostólico que, pese al tiempo transcurrido, asoma con una vigencia sorprendente.
En la introducción del documento vaticano, promulgado en 1990, es posible leer la defensa que hace San Juan Pablo II de las universidades como centros que persiguen "la ardiente búsqueda de la verdad y su transmisión desinteresada a los jóvenes y a todos aquellos que aprenden a razonar con rigor, para obrar con rectitud y para servir mejor a la sociedad". Allí, el Pontífice también expone la necesidad de que el trabajo universitario nunca pierda de vista a ese ser humano inserto en un "mundo de progresos tan rápidos en la ciencia y en la tecnología", con "descubrimientos científicos y tecnológicos" que conllevan "un enorme crecimiento económico e industrial".
Darle sentido y significado a un hombre que vive en un mundo de cambio acelerado es, por cierto, no sólo tarea de las universidades católicas, sino una misión ineludible hoy para todos los planteles de educación superior, marcados en Chile por el doble desafío de proponer caminos de solución y reconstrucción del país frente a la pandemia del coronavirus y ayudar a clarificar las opciones, ideas y peligros que surgen del proceso constitucional en marcha. La propia Ex Corde Ecclesiae propone que "con el fin de afrontar mejor los complejos problemas de la sociedad moderna", los planteles universitarios deben apostar por la colaboración, "a nivel regional, nacional e internacional". Dicho ánimo colaborativo podrá extenderse, precisa en su artículo 5, a los programas de gobiernos o los proyectos que lleven adelante organizaciones nacionales e internacionales, en la medida que vayan "en favor de la justicia, del desarrollo y del progreso". En el conversatorio que este jueves, a las 18.30 horas, sostengan el rector Elórtegui y representantes de la Pontificia Universidad Católica de Chile, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso, Duoc UC, Universidad de los Andes, Universidad Santo Tomás, Universidad Finis Terrae, Universidad Alberto Hurtado y Universidad Adolfo Ibáñez, podrán surgir ideas que iluminen más allá del alcance de la Iglesia en nuestro país.