El técnico wanderino Miguel Ramírez informó el martes que el club desistió de fichar a un nuevo zaguero, decisión que según la visión del DT no afectaría el rendimiento del equipo durante la segunda rueda del campeonato.

"Creo que con lo que tenemos vamos a solventar estos catorce partidos que quedan sin problemas", señaló "Cheíto".

Ese optimismo del entrenador no es compartido por el dirigente Ignacio del Fierro, representante de la Corporación Santiago Wanderers en el directorio de la sociedad anónima.

"Pienso que esta decisión pone en peligro la permanencia del club en Primera División", dice el profesor de educación física.

La postura del dirigente es apoyada por el histórico zaguero de Los Panzers, Manuel Ulloa, quien recuerda que "el rendimiento de la defensa wanderina es terrible, el promedio de goles en contra es de casi dos por partido, lo cual quiere decir que lo primero de lo que te tenías que preocupar era de arreglar la última línea".

La crítica inicial del expresidente de la comisión fútbol caturra pasa por la mala planificación que, según su punto de vista, realizó la dirigencia de la S.A.

"No puedes estar hasta el último día en que está abierto el libro de pases pensando si puedes sumar o no a un nuevo defensa, y la pandemia tampoco puede ser una excusa porque otros clubes que han pasado por lo mismo este año sí han sumado y reforzaron sus defensas", explica Del Fierro.

El "Profesor" Ulloa, por su parte, apunta a la poca capacidad que ha tenido Wanderers para corregir sus errores, pese a las posibilidades tecnológicas que existen hoy para trabajar durante la semana. Además, el campeón con el mítico equipo de 1968 señala que no le cuadran rendimientos como el del lateral izquierdo Bernardo Cerezo.

"Tiene garra, pero no aplicación, no creo que sean más los goles que ayuda a generar que los que nos marcan por su sector. Cuando sube, el back centro tiene que cubrirlo y se producen situaciones como la de Luis García, que ante Audax fue expulsado por las amarillas que recibió cuando fue a marcar en el sector donde debía estar Cerezo", señala.

Mario Soto, mundialista con Chile en España 82 y ex DT de Wanderers, apunta que "cuesta mucho hacer goles, por eso lo primero que se debe hacer es asegurar tu arco para que no te marquen, porque así tienes más posibilidades de sumar".

Con respecto a la negativa de la dirigencia verde de sumar un nuevo defensa, el otrora seleccionado nacional sentencia que "reforzar al equipo es una inversión, no un gasto. Entiendo que traten de mantener un equilibrio económico, pero te aseguro que bajar a Segunda División es más caro que traer un refuerzo para la zaga".

"No puedes estar hasta el último día en que está abierto el libro de pases pensando si sumas un nuevo defensa".

Ignacio del Fierro, Dirigente de Wanderers

"El rendimiento de la defensa es terrible, el promedio de goles en contra es de casi dos por partido".

Manuel Ulloa, Campeón con Los Panzers

"Bajar a Segunda es más caro que traer un refuerzo, cuesta mucho subir después y los ingresos son menos".

Mario Soto, Extécnico de Wanderers

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La fecha y el estadio donde se disputará el próximo Clásico Porteño siguen siendo una incógnita.

El partido está programado para el próximo 13 de diciembre en Playa Ancha, pero la seremi de Deportes cedió el Elías Figueroa ese fin de semana para la disputa de un Sudamericano de Rugby Seven, por lo cual Wanderers no puede recibir en Valparaíso a Everton ese día.

Las alternativas ante este problema son dos: que el Decano juegue el día en que está programado inicialmente el duelo en otra cancha; o que el encuentro cambie de fecha para resguardar la localía porteña.

La primera opción presenta una serie de complicaciones, pues los estadios ubicados en ciudades cercanas al Puerto no están disponibles. El Lucio Fariña se encuentra descartado porque el mismo día Unión La Calera recibe a O'Higgins y la gobernación de Quillota no tendría contingente policial disponible para dos partidos. En la capital el domingo hacen de locales la "U" con Iquique y la UC ante Palestino, situación que también complica por la disponibilidad de Carabineros. La única chance entonces sería trasladar el clásico a El Teniente de Rancagua.

Para cambiar la fecha del choque entre verdes y auriazules lo primero es tener un día disponible en medio de un calendario futbolístico muy apretado producto del receso por la pandemia. Lo siguiente es que ambos clubes estén de acuerdo en la fecha. Y ahí aparecen los problemas.

Wanderers le propuso a Everton trasladar el duelo al 23 de diciembre, pero en Viña del Mar no ven con buenos ojos ese movimiento. Las razones para la oposición oro y cielo tienen que ver con lo humano y lo deportivo.

Esa semana no está planificado que se juegue en días hábiles para permitirle a los jugadores celebrar la Navidad, por lo que fijar el clásico el miércoles complicaría al equipo que dirige el técnico Javier Torrente.

Además, en la sociedad anónima auriazul creen que puede haber un perjuicio deportivo: después del fin de semana del 26 y 27 de diciembre se jugará dos veces a la semana hasta el fin del torneo.

En la ANFP también podrían poner reparos al día que propone el Decano para reprogramar el Clásico Porteño, porque si Unión La Calera avanza de etapa esta noche en la Copa Sudamericana (enfrenta a Junior de Colombia) el club cementero pedirá suspender su duelo contra Everton del domingo, pues jugaría por el torneo continental a mitad de la próxima semana. Y ese encuentro que quedaría pendiente contra los oro y cielo solo podría disputarse el 23 de diciembre.