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Una visión distinta del problema es la que entrega el doctor en Historia y académico de la Universidad Adolfo Ibáñez (UAI), Fernando Wilson. De acuerdo con el docente "por principio es un acomodo de males menores", argumentando que "el tema de la interrupción de las campañas es una transacción que implica, por un lado, reducir el gasto que es un factor determinante; pero por otro lado, en esta elección y particularmente para los constituyentes es un pesadilla, porque el nivel de conocimiento que ellos tienen en términos de funcionamiento general, ya de por sí es extremadamente bajo".
En esa misma línea, explica que "extender el plazo es una pesadilla, porque todos los mecanismos a través de los cuales se puede hacer campaña son a través de sistemas virtuales, que primero, en buena medida, implican inversión en técnicos y especialistas, programadores, diseñadores de páginas, webmasters, etc. Y por el otro lado, llegan a un público muy específico, que además, para peor, es el público que en general tiende a votar menos, como sectores juveniles. Por lo tanto, entramos en un ámbito donde el nivel de la sorpresa o del riesgo en el que incurren los competidores, los candidatos, es tremendo".
Pero eso no es todo, ya que Wilson advierte que "ellos (candidatos constituyentes) ya enfrentaban un proceso tremendamente complicado y no descartaría que una buena cantidad de candidatos, quizás con mucho entusiasmo, pero viendo que la cosa se va a hacer insoportable, simplemente abandone la carrera; es decir, su nombre va a figurar en el voto, pero que no harán ningún tipo de acción de campaña, ni ahora ni en la reanudación y que simple y sencillamente el sistema corra, asuman una suerte de derrota por default, que es también un mensaje muy complicado. Esto marca la progresiva pérdida de entusiasmo en términos de lo que representa el momento constituyente".
¿congelar también los depósitos?
Como una forma de acortar la brecha entre los candidatos, el académico de la Universidad de Chile y director de Espacio Público, Eduardo Engel, aseguró en La Tercera que "contribuye más a nivelar la cancha que se suspenda la recepción de aportes hasta un mes o dos semanas antes de la nueva fecha de votación", una postura que comparten los analistas y que habría acercado un poco más los gastos y presencia de las candidaturas.
Marco Moreno, por ejemplo, afirma que "parece de toda lógica que eso debiera ser una cuestión central, porque hoy en día los datos muestran que hay un pacto que está recibiendo la mayor cantidad de recursos y de donaciones privadas. Otra cosa son las donaciones estatales, que van en función de los votos que obtengan los candidatos; pero estamos hablando aquí de los aportes privados, que están regulados por la ley y si se mantuvieran, si se pudiera seguir haciendo aportes, la brecha entre el oficialismo y la oposición o las candidaturas independientes se profundizaría todavía más".
En tal sentido, el académico de la UCEN enfatiza que "debiera detenerse este aporte privado, porque eso marca un mal precedente y querría decir que, en realidad, aquellos que tienen más recursos, los empresarios, los privados que invierten en esas candidaturas, van a hacer que los aspirantes defiendan los intereses de quienes han sido los principales aportantes de esas campañas. Se produciría una distorsión, esta cierta asimetría que también se da en términos de financiamiento".
Por su parte, el analista Felipe Vergara asevera que esa medida "es bastante más ecuánime, o sea las cuentas vistas que se habilitan para esto, las cuentas RUT, se bloquean, no reciben más aportes ni de entrada ni de salida. Porque puede ser que muchos recursos ya estén dentro de las mismas cuentas que da el Servel -que entrega una tarjeta especialmente para esto-, que podrían bloquearse y deduzco que es también con tecnología de mayor complejidad; no se pueden aceptar los recursos ni tampoco se pueden sacar (...) pero si no están disponibles, ni siquiera hipotéticamente, el candidato va a tener que ajustar sus recursos. Yo me atrevería a decir que es una buena opción, no es decidora, sí, lo sabemos, pero empareja un poco la competencia".
Fernando Wilson, en tanto, si bien adhiere en parte a esta idea, plantea que "aquí también existe un problema, y que se nota en las últimas encuestas como Pulso, en la cual mucha gente manifiesta que va a participar, el 86% dice que va a votar, pero la realidad nos indica que eso es una mentira. Regularmente se indica que entre el 85% y 90% de la gente expresa que vota, incluso señala que votó, pero en la realidad tenemos los números que tenemos: 50% a 52% en el mejor de los casos".
"Es objetivamente preocupante que teniendo una participación baja, se deslegitime la Convención Constituyente; ahora, eso en términos prácticos no debería tener un impacto real, en términos de que los grupos que se oponen, que son básicamente grupos de ultraizquierda o anarquistas, no tienen la representatividad suficiente, son grupos comparativamente pequeños. Y al final del día la legitimidad viene dada por las reglas del juego, la sucesión del proceso que viene desde el 15 de noviembre y termina con el plebiscito de salida", apunta Wilson.
Ideas para ajustar a la suspensión
Frente a la paralización de las campañas, los candidatos tendrían que poner énfasis en su creatividad y buscar otras formas de llegar a la gente. En ese sentido, Felipe Vergara considera que "tienen que buscar un nicho de votantes y enfocarse exclusivamente en ellos y eso es mucho más barato. Con $15 mil puedes destinarle aportes por redes sociales a una población específica de Valparaíso, un cerro en determinado -por ejemplo- y abocarse a él con todo, tratar de saber si con esos votos tú sales electo; pero si quieres llegar a todos los cerros, nos vas a tener ni plata, ni tiempo, ni posibilidades de lograrlo. Ahí está la esencia, hay algunos que se tiran con todo, porque tienen recursos para llegar a todos, pero quienes tienen pocos recursos, enfóquense donde está su público, su audiencia".
Sobre este punto, Vergara asegura que "concentrarte más allá de eso es perder plata, porque no te van a escuchar: a modo de ejemplo, me escribió alguien del Partido Republicano que iba de candidato; para mí eso es ofensivo, pero él pagó para que me llegara ese mensaje. Entonces, si tú cuentas con tan pocos recursos, optimiza bien dónde quieres llegar, para que se puedan aprovechar de manera eficiente. Pero eso no lo están haciendo bien. He observado que los candidatos están disparando de chincol a jote y ahí pierden plata finalmente".
Marco Moreno apunta a un mayor vuelco hacia el territorio digital, considerando que este "está menos regulado". "Evidentemente vamos a pasar de los casa a casa a las reuniones por Zoom, ya no van a poder haber citas multitudinarias, ni paseo de los candidatos, sino que la campaña electoral va a ser completamente atípica; por lo tanto va a tener este carácter de mucha fuerza en lo telemático, especialmente con la estrategia del microtargeting, que en el fondo lo que se hace es identificar determinados grupos o nichos de votos. (…) Vamos a ver una intensa disputa en el territorio digital, dadas las restricciones sanitarias que no sólo tienen que ver con la postergación, sino que también con la manera en que se tienen que hacer las campañas.", puntualiza el académico.
Fernando Wilson, en cambio, ve complejo que los aspirantes puedan revertir los perjuicios: "ellos ya tenían una situación extraordinariamente complicada, particularmente los de izquierda, en el sentido de la dispersión, por la enorme cantidad de listas que tiene ese sector. Yo creo que esto puede ser el golpe mortal, en términos de que tras suspender por un mes, con el peak de la pandemia, para luego reanudar por dos semanas antes de la elección, la verdad es que es muy difícil que se pueda hacer algo; sobre todo porque la fijación de marca de mi lista en un voto que va a ser gigantesco, con algunas circunscripciones con hasta diez listas de independientes aparte de las tres listas de coaliciones políticas mayores. La verdad es que es un proceso muy complicado". 2
Los candidatos tienen que buscar un nicho de votantes y enfocarse exclusivamente en ellos, y eso es mucho más barato".
Si se pudiera seguir haciendo aportes, la brecha entre el oficialismo y la oposición o las candidaturas independientes se profundizaría todavía más".
No descartaría que una buena cantidad de constituyentes, viendo que la cosa se va a hacer insoportable, simplemente abandone la carrera".
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