Cartas
Fraternidad
En 1950, el escritor y poeta Luis Oyarzún se preguntaba: ¿Cómo se puede amar una vida que es un puro vacío, mecanización y tristeza? Su referente no era tan solo el Londres de su época ni tampoco las consecuencias de la guerra, sino que se desplegaba hacia la forma de vida de los ciudadanos en general, al progreso y su bienestar, e incluso al estilo de organización de las ciudades. En el fondo, se dio cuenta que faltaba el resorte metafísico de la vinculación con el prójimo, persona a persona.
En un, al parecer, progreso ascendente, donde el capitalismo sostiene la bandera de la libertad y el socialismo de la igualdad, bien valdría la pena aunar en un equilibrio virtuoso ambas realidades necesarias en el gozne de la fraternidad. Si la vida para el ciudadano de a pie se ha vuelto tortuosa, muy poco ayuda el espectáculo político. Es verdad que la vida no se agota en la política, pero, entre otras cosas, pone los márgenes de convivencia. Y lo político debe ayudar, como reflejo, a esa convivencia ciudadana.
La fraternidad es algo que la religión desea, impulsa y promueve; el gusto de reconocer al otro de tal modo que no pierda valor la persona ni su visión de mundo. La modernidad tiende a descartar a algunos, a volverlos irrelevantes, a distanciarnos entre nosotros.
En la próxima Convención, Dios quiera se "respeten las diversas cosmovisiones, culturales o estilos de vida que coexisten en la sociedad" (Fratelli tutti) y que dan significado vital a las personas. Aceptar la posibilidad de ceder algo por el bien común y respetar los principios de las personas es una responsabilidad de todos. La fraternidad nos urge; la vinculación de modo absoluto con el prójimo, una tarea.
P. Alejandro González H. Cura
Colaboración
La semana pasada nos dejó el biólogo, filósofo y escritor Humberto Maturana, y en una de sus muchas frases célebres dijo: "Si fuese líder de un partido político y el gobierno es otro, yo no me llamaría la oposición, sino la colaboración". Hoy, todo muestra cuán lejos están los políticos de un real propósito compartido que nos resguarde y proyecte a todos en el país. Estamos ad portas de una elección fundamental para nuestra convivencia. Ojalá escojamos colaboradores.
Pablo Fuenzalida Socio fundador de la consultora laboral Dinámicas Humanas
Sistema previsional
No tengo lagunas, mes a mes ahorrando en APV, todo esto en una AFP que ha invertido exitosamente mis ahorros, lo que me permitirá tener una vejez tranquila, con una tasa de reemplazo de un 72% respecto a mis últimos sueldos, la cual sería muy superior si las tablas de expectativas de vida no perjudicaran a las mujeres.
Invito a todos los que horrorizados ven cómo se destruye nuestro sistema previsional a defenderlo, independiente de que retiren sus ahorros previsionales por temor a la expropiación, pues nuestro ahorro previsional debe quedar en manos de quien lo ha hecho muy bien, y enrostrémosle a todos nuestros honorables que en 30 años no han hecho la pega, por lo que no vengan ahora a rasgar vestiduras.
Necesitamos que nuestro Congreso legisle respetando nuestra Constitución, con una reforma previsional que aumente la edad de pensión, que suba la tasa de cotización con propiedad sobre ella y dando solución a lagunas previsionales. Por último, que se mejore el pilar solidario con cargo al Estado y no a costa de nuestras cotizaciones. Y como en pedir no hay engaño, ver la manera de premiar el ahorro cuando se trata de las mujeres.
Ximena Ramírez Chamorro
Tercera edad
En las últimas semanas se han conocido historias lamentables de adultos mayores: el caso del señor que lleva 20 años jubilado, pero que a diario debe viajar más de 100 kilómetros para ir a trabajar porque su pensión es insuficiente; y la situación de la señora de 100 años a la que se le negó el ingreso a un supermercado por no contar con su permiso de desplazamiento.
Sabemos que la pandemia ha afectado a cada uno de los hogares chilenos, que existen serios problemas económicos y sociales en muchas familias; sin embargo, hemos olvidado a las personas mayores. Si bien ha habido medidas del Gobierno que privilegian y resguardan especialmente la salud de este grupo etario, cabe preguntarse: ¿son suficientes?, ¿se entrega una apropiada cobertura a sus necesidades?, ¿es responsabilidad absoluta del Estado velar por su protección?
Desde 2017, Chile incorporó a su ordenamiento jurídico la Convención Interamericana sobre la Protección de los Derechos Humanos de las Personas Mayores, contrayendo una serie de obligaciones en la materia, como fortalecer y propender a la igualdad, protección, inclusión y libertad de las personas mayores en la sociedad, pero no es menos cierto que los primeros llamados al acompañamiento de este grupo somos nosotros, el núcleo familiar. Esto se hace evidente especialmente en estos tiempos complejos, en que el confinamiento lleva a la gente mayor a una soledad mucho más profunda, donde la tecnología, que libera y comunica a gran parte de la sociedad, a ellos los limita.
Javiera Fernández Académica de la carrera de Derecho UDLA Sede Viña del Mar
Enfermedades "huérfanas"
Mucho se ha hablado sobre lo que debiese abordar la nueva Constitución. Y un tema que no puede ser olvidado es el acceso digno a la salud, específicamente de aquellos pacientes que hoy sufren una enfermedad de alto costo.
Actualmente vemos cómo cientos de chilenos no pueden acceder a tratamientos oportunos. Esta situación es aún más dramática para las personas que padecen patologías raras. Incluso hay quienes pertinentemente denominan a estas enfermedades como "huérfanas", ya que parecen estar totalmente abandonadas por parte del Estado.
La Ley Ricarte Soto ha sido un gran aporte para miles de chilenos. No obstante, nadie debería quedar indiferente al sufrimiento de personas que deben poner sus esperanzas en bingos y rifas para poder acceder a un medicamento.
Como Asociación Nacional Chilena de los Amigos de la Infancia apoyamos a niños que padecen Fenilcetonuria, una enfermedad metabólica que impide la ingesta de proteínas y que expone a los pacientes a irreversibles afecciones neurocognitivas y psiquiátricas.
A pocos días de una de las elecciones más importantes del último tiempo, queremos hacer un llamado a quienes aspiran a redactar la nueva Constitución para que no se olviden de estos pacientes, que consideren el acceso digno a la salud como una prioridad y le entreguen a todos aquellos que sufren una enfermedad poco frecuente la oportunidad de una vida digna.
Eugenio Bruce Director ejecutivo Asociación Nacional Chilena de los Amigos de la Infancia