"La fuerza y la violencia del estallido social se manifestaron ahora en términos de votos"
Luego de los sorprendentes resultados del fin de semana, quedó en evidencia que la mayoría de quienes se atrevieron a hacer proyecciones y a apostar a números en la elección de la Convención Constitucional se equivocaron. Fueron pocos los que advirtieron que no era posible anticipar nada, porque este era un proceso inédito y no existía base alguna como para elucubrar sobre porcentajes o escaños. Axel Callís fue uno de ellos.
El sociólogo, experto electoral y director de Tuinfluyes.com, se atrevió solo a decir que podría haber un desfonde de los partidos tradicionales. "Exageré en una columna diciendo que los independientes podían llegar al 50% y resulta que estuvieron cerca de esa cifra. Es sorprendente", dice.
- ¿Cuál es la principal conclusión que se puede sacar luego de los resultados del fin de semana?
- Uno de los principales problemas que hay en la investigación electoral y en general en la academia es la imposibilidad de conocer los mapas de lo que está pasando. Y es el mismo problema que están viviendo el Gobierno y la elite, aunque no me gusta llamarla así. No conocen cómo funciona Chile. Entones, se engañan con encuestas. Yo mismo me dedico a hacer encuestas, pero como las hago, sé lo que no pueden hacer. Conozco los límites técnicos de las encuestas, por lo cual yo no podía hacer una encuesta de constituyentes. Esto, porque a lo más voy a saber quién es más conocido, pero con eso no me basta para tener toda la ecuación sobre la mesa. El domingo quedó demostrado que no es un tema de conocimiento, es un tema de las listas, de estar en el lugar correcto… operan una serie de variables que hacen imposible que uno pueda adelantar los escenarios. Tiene que ver con el conocimiento de las personas y del territorio. Por eso está la imposibilidad de hacer pronósticos. Nosotros hace como cuatro meses incorporamos en nuestra medición a la Lista del Pueblo, por ejemplo. Sabíamos que les estaba yendo muy bien cuando supimos que se cerró el tema de las firmas y ellos pudieron conseguirlas muy rápido. Más rápido que otras listas que tenían recursos y gente famosa. Entonces, dijimos "aquí está pasando algo". Las encuestamos y salió con alguna adhesión que luego se tradujo en votos. Todo eso la política tradicional no lo ve, no está viendo a las personas, no las lee y eso le pasa al Gobierno con las demandas sociales.
- Que las elites no conecten con las demandas de la población es algo conocido.
- Exactamente, hace tiempo que están desconectados, la gente está desconectada. Pero el problema no es que les falte información, es que tienen lentes que están equivocados para ver la realidad. Siguen manejando categorías muy tradicionales como izquierda-derecha, moderado-conservador, cosas que ya no dan cuenta del nuevo Chile. Eso diría que son los principales aprendizajes. Antes se decía que si vota poca gente le va bien a la derecha y a la Concertación, cuestiones que fueron válidas en el 94, pero que ahora no tienen valor.
- ¿Qué es lo que más le sorprendió?
- Los principales bloques políticos nunca han bajado del 90% de la votación en total, sumando Chile Vamos, Concertación, Frente Amplio. Dije, hace unas semanas, en una columna que por primera vez hay una elección donde la ciudadanía puede hacer algo distinto y dije que el desfonde era que hubiera un 50% de independientes. Pero como algo impensado. ¡Y llegó al 44%! Lo otro que me sorprendió mucho fue el voto informado de la gente. Esta cosa de que fue a votar menos gente, pero más informada. Muchos de los que votan siempre, se restaron. Esencialmente lo que pasó es que la gente que no entendía bien los cargos como gobernador, con una papeleta gigante, dijeron "no, esto no es para mí". Como que les quedaba grande esta elección. Entonces, ¿qué pasó? Fue a votar la gente que tenía clara la película, seis millones de personas. Es gente que sabía por quién votar por alcaldes y constituyentes y, evidentemente, se produjo este síndrome virtuoso que cuando te sobra un voto te dejas llevar por tu esencia. Y saltó el lápiz para los candidatos que están en el Frente Amplio y el Partido Comunista.
- Usted había dicho que lo más probable es que la derecha mantuviera un apoyo cercano a su 35% histórico, pero estuvo lejos de pasar.
- En el fondo, lo que pasó es que se repitió el resultado del plebiscito. Fue matemático. La derecha sacó 21%, que es lo mismo que sacó el Rechazo. Se plebiscitó la elección de constituyentes.
- Fue menos gente a votar, pero está la sensación de que la conformación de la Convención es más cercana al Chile real.
- Claro. En términos de variedad de personas, esta Convención Constitucional se parece extremadamente al país. Hay mujeres y hombres más o menos en proporción parecida. Las edades, las etnias, los orígenes sociales, el poco peso de los partidos tradicionales. Es muy parecido a Chile y eso es bueno.
- ¿Sirve la elección de constituyentes para proyectar la próxima presidencial?
- Sí, de todas maneras. Aunque a la presidencial va a votar más gente desinformada, el votante tradicional. Porque el voto del Presidente es un voto más simple, que eliges una persona de entre 4 o 5. No tienes una "sábana" donde hay más personas que disputan un cargo que no sabes muy bien lo que va a hacer. Por lo tanto, va a ir mucha más gente a votar y, entre comillas, se va a diluir un poquito el voto. Yo creo que va a moderarse un poquito para las presidenciales.
- ¿Y las parlamentarias?
- Es la misma gente, pero para que se pueda proyectar tendría que haber una oferta parlamentaria que fuera equivalente a los constituyentes. Que por ejemplo La Lista del Pueblo levantara parlamentarios.
- ¿Es probable, con los resultados que obtuvieron?
- Claro, porque tienen una buena marca y tienen organización, que es la gracia que hicieron, porque lograron juntar firmas y se organizaron rápidamente.
- El hecho de que los constituyentes pudieran agruparse en listas permitió el ingreso masivo de ellos a la Convención. ¿Será posible que esto se abra para las otras elecciones?
- Yo creo que los políticos nos van a dejar esta opción en la Constitución, porque es una amenaza para ellos.
- En la elección de gobernadores se dio mucho que hubiera casi cuatro cuartos.
- Claro, porque ya no están los bloques tradicionales. No corren los tercios ni la mitad, esos se disolvieron. Cuando tienes el mapa desencajado y tienes 70 listas de independientes, ya te sublevaste. El elector está sublevado y una vez que tienes el lápiz en el independiente, buscas al siguiente. Se produjo un efecto virtuoso de tratar de buscar candidatos que fueran como sintonizados de la misma manera.
- Hasta hace poco se daba por "muerto" al Frente Amplio, pero reaparecieron con fuerza. ¿Por qué fue esto?
- Primero, porque los candidatos eran bastante buenos. Lo otro es que la alianza con el Partido Comunista y Jadue está, entre comillas, traspasando. Con Karina Oliva a nivel de gobernadores (en la Región Metropolitana) o con Irací Hassler (en la Municipalidad de Santiago) se produce un efecto virtuoso que tiene que ver con tener un candidato más consistente desde el punto de vista de los públicos a los cuales llegan. La gente decía "no quiero votar por la derecha" y se produjo un voto de rechazo. Por eso fue un voto muy informado, porque evitaron poner el lápiz donde estuviera el rechazo y el Gobierno.
- ¿Cuánto pesó la crisis económica en esta elección?
- Pesó mucho, porque hay una crisis económica muy grande. Por eso digo que el tercer retiro mató al Gobierno. Porque el Gobierno no tiene la sensibilidad para darse cuenta de lo mal que están las personas encerradas. Encerradas, pobres y sin poder trabajar. Me gustó la frase que este fue un estallido electoral. La fuerza y la violencia del estallido social se manifestaron ahora en términos de votos.
"Hay una crisis económica muy grande. Por eso digo que el tercer retiro mató al Gobierno, porque el Gobierno no tiene la sensibilidad para darse cuenta de lo mal que están las personas encerradas, pobres y sin poder trabajar".