"No hay unidad monolítica en la Constituyente; habrá que buscar entendimientos"
Autor de "La derecha en la Crisis del Bicentenario" (2015) y "Octubre en Chile" (2019), entre otras obras, revisa los resultados de las mega elecciones, el nuevo mapa político de la zona, y la crisis que experimenta el país, una de aquellas que ocurren cada 100 años, según sostiene.
"Sigue siendo cierto que hay que buscar entendimientos, porque no hay una unidad monolítica de dos tercios en la Constituyente, menos aún con esta dispersión de independientes", sostiene el abogado, filósofo y columnista Hugo Eduardo Herrera, profesor de Derecho en la Universidad Diego Portales y académico de la Universidad de Valparaíso.
Dice que lograr dos tercios "significa que hay que sentarse a hablar con gente que piensa distinto de uno en materias fundamentales" y le quita dramatismo al tema de la Constitución, en el entendido que su texto va a fijar un marco general, y las discusiones más álgidas tendrán que resolverse en el proceso político.
El académico y autor, entre otras obras, de La derecha en la Crisis del Bicentenario (2015) y Octubre en Chile. Acontecimiento y comprensión política: hacia un republicanismo popular (diciembre 2019), revisa en esta entrevista los resultados de las elecciones del domingo 16, el nuevo mapa político de la zona, y especialmente la crisis social, política e institucional que experimenta el país, una de aquellas que ocurren cada 100 años, subraya, porque las personas no se sienten representadas.
Terremoto en el sistema tradicional
- ¿Cuál es su lectura sobre los resultados del proceso electoral del domingo 16?
-Fue como un mazazo en varios sentidos, como un terremoto, un movimiento profundo para el sistema político tradicional. Pensando en la Convención, la ex Concertación, la centroderecha, incluso en parte los partidos del Frente Amplio (FA) fueron afectados por la irrupción masiva de candidatos independientes. Para ver una derrota de la centroderecha tan grande como esta, uno tiene que remontarse a 1965, cuando desaparecieron los partidos Liberal y Conservador y fundaron el Partido Nacional. Claro, esto no tiene las mismas dimensiones, yo creo que es más fácilmente remontable ahora, pero es una derrota maciza que deja al sector muy complicado de cara a las definiciones que vienen.
- ¿Ratifica el distanciamiento entre los anhelos de los sectores populares y medios, por una parte, y la institucionalidad, los discursos de los partidos y las elites políticas por otra, como lo ha venido planteando?
- Es un conflicto que tiene antecedentes históricos en Chile. Hoy son clases medias emergentes más los postergados de siempre los que no encuentran espacio en el sistema político, económico y social, y se desafectan o se enojan. A comienzos del siglo 20 pasó más o menos lo mismo. Todo el sistema político entró en crisis porque, más que bandos, había desconexión entre las elites, sus discursos e instituciones, y la situación popular. Creo que la irrupción de independientes, más allá de que estén más cargados a un sector que a otro, no es una mala señal, porque la Constitución es una parte central del sistema político y necesita volver a producir legitimidad.
- Si bien se veía venir el desastre de la derecha por los costos políticos que le endosó la actuación del Gobierno, algunos apostaban por la centroizquierda. ¿Qué le pasó a ese sector?
-Yo creo que la centroderecha tiene un problema, que es el del discurso, pero la centroizquierda, además de tener un discurso que funcionó en el Chile de los años 90, diseñado para ese contexto y que fue en su momento -hay que reconocerlo- no sólo exitoso, sino hegemónico, se quedó en esa época, no se actualizó; los cuadros jóvenes se fueron al Frente Amplio y se quedó sin renovación generacional. Cuando la camada más joven es la de Carolina Tohá y Claudio Orrego, hay un problema de sintonía grave.
- También se constata la falta de apoyo a la lista Movimientos Sociales Constituyentes, que de 69 candidatos sólo eligió tres. Quedaron fuera dirigentes de la Mesa de Unidad Social, que convocaba a las protestas de 2019, como la presidenta de la CUT, el líder de No más AFP y la presidenta de la FECh.
- Esas dirigencias a mi parecer tienen dos problemas. Uno es su discurso radical, excluyente y odioso. Otro, que también están afectados por el tema generacional, porque son dirigentes antiguos en general. Creo que efectivamente hay mucha rabia con el sistema, por los abusos en los distintos niveles, pero eso no significa necesariamente comprarse el diagnóstico de un Luis Mesina, personaje también bastante discutible. ¿Quiénes tuvieron éxito en ese sector? Dirigentes con más territorialidad, con discurso político más bien flexible y comparativamente más jóvenes.
VISIÓN POLÍTICA Y DOS VALPARAÍSO
- ¿La administración de la UDI fue responsable de la pérdida de Viña del Mar por la derecha?
- Sí, totalmente. No conozco el detalle completo, pero creo que el esquema Reginato-Maldonado fue funesto, porque no había una concepción política de la municipalidad en un tiempo en que había que pensar políticamente las cosas, y lo que existía era una mera operación bien discutible. Y está el problema de que ese trabajo tampoco estuvo acompañado de colaboración con sectores juveniles, universitarios, no hubo integración de gente que pudiera renovar lo que se estaba haciendo. En Valparaíso fue un poco distinto, creo que no hubo espaldas para derrotar a Sharp y su gente.
- ¿Y qué le parece la reelección del alcalde Jorge Sharp a pesar del agravamiento del deterioro del plan de la ciudad tras el estallido de 2019?
- Creo que esto viene a confirmar que hay dos Valparaíso, el del plan y el de los cerros. En el plan están las oficinas, los comercios, que están muy deteriorados; se cierran negocios, profesionales como los abogados trasladan sus oficinas masivamente a Viña, ya no quedan colegios. Valparaíso en términos comerciales, culturales, en lo que es el plan, está en un deterioro gravísimo y sin embargo sale Sharp. Pienso que la explicación es que hace bien su trabajo en los cerros, que es otro Valparaíso, con otras dinámicas, y donde está el voto. Entonces da lo mismo que se arrase el plan, como está efectivamente arrasado, y que la municipalidad sea negligente con ese sector, porque los votos están arriba.
Mirada a las presidenciales
- ¿Cree que alguno de los bloques tradicionales que resultaron derrotados se pueda recomponer de cara a la presidencial y las legislativas o son carreras corridas?
- Yo creo que no. Por una parte, esto es un mazazo que nadie vio venir, pero la política no cambia tan rápido. Y las últimas elecciones dan otro resultado, entonces yo creo que esto podría tener otra vuelta, un capítulo distinto en las elecciones presidenciales y las parlamentarias. Por de pronto, los partidos están advertidos: la estrategia no funcionó y hay que elaborar una distinta. No es que no estén en crisis, pero yo creo que podrían recuperar algo de terreno, más aún cuando los independientes no tienen cuadros de repuesto, por así decirlo, para ir a las parlamentarias. Entonces, ahí corren con ventaja los incumbentes.
- ¿Y cómo observa el escenario de las presidenciales?
- Creo que las presidenciales están bien abiertas. Si bien es cierto que la izquierda debería tener la primera opción, yo no lo veo tan fácil. No obstante que Jadue tiene simpatía personal y es muy inteligente, su partido es un lastre, así como lo es Piñera para Chile Vamos. El PC tendría que multiplicar su votación por 11 para que Jadue pudiera salir elegido presidente, pero no está fuera de rango del 5%. No veo que el país esté en un ánimo así, más aún cuando se ve a Camila Vallejo celebrando a Lenin.
- ¿Y Gabriel Boric, que finalmente logró juntar las firmas que requería para inscribirse?
- Boric es joven, inteligente y -más allá de su error de visitar al exfrentista- ha mostrado en momentos decisivos, como el 15 de noviembre, que toma posición de Estado y distingue la política coyuntural o más partisana de los momentos en que hay que pensar en el país, y yo creo que eso lo favorece incluso respecto de Jadue y el PC, que no hay que olvidar que se restó del acuerdo del 15 de noviembre y se subió por el chorro en esta pasada, porque no estaba de acuerdo con este proceso. Hoy día se ve más fuerte Jadue, pero creo que en la carrera larga Boric tiene más opciones.
- ¿Qué pasa con Pamela Jiles, que algo debe haberle afectado la derrota de su pareja, en que apostó mucho capital político?
En Viña del Mar, el esquema Reginato-Maldonado fue funesto, porque no había una concepción política de la municipalidad en un tiempo en que había que pensar políticamente las cosas, y lo que existía era una mera operación
bien discutible".
Valparaíso en términos comerciales, culturales, en lo que es el plan, está en un deterioro gravísimo y sin embargo sale Sharp. Pienso que la explicación es que hace bien su trabajo en los cerros, que es otro Valparaíso, con otras dinámicas, y donde está el voto".
"
"