"La melancolía de los contribuyentes"
Jenaro Prieto
La Pollera
206 páginas
$ 12 mil
Jenaro Prieto
La Pollera
206 páginas
$ 12 mil
Un especialista en el mundo onírico es Sidarta Ribeiro, neurocientífico brasileño autor de "El oráculo de la noche: Historia y ciencia de los sueños" (Debate). En este libro entrega una perspectiva del lugar de los sueños en la evolución del hombre.
Jenaro Prieto (1889-1946), tan conocido por sus crónicas como por su novela "El socio", vuelve con una nueva compilación: "La melancolía de los contribuyentes: Crónicas de ciudadanos y oficinas" (La Pollera). Son sus trabajos periodísticos en el Diario Ilustrado, en el cual colaboró por décadas en la primera mitad del siglo XX. Allí desplegó su ojo sobre la idiosincrasia chilena, a la que retrató con humor, genialidad, con varias ilustraciones de la época y también obras de teatro.
La edición estuvo a cargo de Claudia Darrigrandi, académica e investigadora en la Facultad de Artes Liberales de la Universidad Adolfo Ibáñez y especialista en crónica latinoamericana y en la obra de Prieto. Acá ella entrega algunas claves sobre el libro.
-¿Qué es un dandi? ¿Por qué Jenaro Prieto era uno de ellos?
-Por una parte quieren distinguirse, ser diferentes y molestar, pero al mismo tiempo llamar la atención de su comunidad. Prieto, dentro de su actuar político como columnista, hostiga, reacciona frente a las cosas que están pasando. Es un pesado, está en desacuerdo con todo, en ese sentido es un dandi.
-¿Qué significaba fumar pipa para el cronista?
-La barba y la pipa de Jenaro Prieto son muy representativas, son un sello propio. Los periodistas eran hombres públicos. Los periódicos eran espacio de debate, en el diario impreso y en la misma sala de redacción. El Diario Ilustrado era un espacio de sociabilidad, tenía comedores, casinos y bibliotecas. Iban a comer los políticos con los periodistas. El mismo Prieto fue diputado del Partido Conservador. Fumar pipa era para diferenciarse de los otros periodistas, se presentaba como un intelectual, que está fumando y está pensando. "Fumar es un suicidio permitido", escribe.
-Prieto escribió mucho tiempo en el Diario ilustrado.
-Era protegido de los directores. Calzaba con la línea del diario, conservador y católico. Es el diario del partido al que pertenece, el medio social al que se vincula. Por otro lado, en su crónica está muy presente lo literario, el humor, la sátira. Jenaro Prieto estaba muy informado también del mundo político. Pero también de lo que pasaba en la ciudad, los cronistas urbanos escriben de lo que tú y yo podemos ver.
-¿Qué hace que sigamos leyendo a Jenaro Prieto?
-Por un lado es irónico, hace reír, es muy gracioso, pero casi políticamente incorrecto, también. Lo seguimos leyendo más allá de los temas. Por otro lado, hay ciertas temáticas que siguen vigentes. Prieto escribe de la viruela y nosotros -ahora- podemos pensar y comparar en lo que pasa con el COVID y este carnet de los vacunados. Por último, es un documento muy rico de una época en desaparición.
-El cronista amaba la oficina. ¿Cómo imaginas que se llevaría con el teletrabajo?
-Pésimo. Era un conservador. Ciertos cambios no le caían bien, como en los temas de género, como el divorcio. Pensando en las masculinidades tradicionales, era el hombre proveedor. Dudo que habría aprendido a ocupar Zoom. Habría escrito desde su casa con mucha frustración.
"El Socio", la novela más famosa de Jenaro Prieto, se ha adaptado seis veces al cine.
Por Cristobal Gaete
archivo
1-¿Cómo sueña la gente en Pandemia? - La capacidad de los humanos de tener sueños y compartirlos nos dio ventajas en la evolución. En este momento sentimos una tensión tan grande por la pandemia, hay gente que está sufriendo y desarrolla pesadillas traumáticas que necesitan terapia. El simular amenazas en las pesadillas es adaptativo mientras uno pueda al día siguiente cambiar la conducta y mejorar el resultado. Pero cuando uno está atrapado, como en mi país (Brasil) que no hay vacunas, o las personas que recibieron la primera vacuna no tienen para la segunda, hay mucha incertidumbre.
2-Algunos desestiman sus sueños por carecer de lógica, ¿qué invitación harías?
-La primera invitación es tratar de acordarse de los sueños. Parece casi imposible para los que se alejaron de ellos, pero es algo tan natural como respirar y comer. Es quedarse quieto en la cama en la mañana y dejar que la memoria más tibia se fortalezca y uno pueda ir reconstruyendo el sueño e ir tirando el hilo de la memoria. Al principio será un párrafo, después una página, después muchas páginas que tienen que ver con la vida. Cuando empiezas a tener este material recolectado, escrito, puedes mapear tu propia mente.
3 -¿Cómo integrar el sueño con la producción de la vigilia? -Los sueños pueden ayudarnos a producir en vigilia. La tabla periódica o las pinturas de Dalí, o la máquina de coser, que cambió la economía del siglo XIX, vienen de inspiración onírica. Creo que es un equívoco poner el sueño a trabajar para la acumulación de la riqueza. Tenemos que pensar que el arte de soñar tiene que ver con el arte de vivir bien, y que las mejores cosas de la vida son muy baratas. Me recuerda el discurso de un jefe de Samoa hablándole al hombre blanco, diciéndole que nunca está feliz, que corta el tiempo buscando dinero.
Sidarta Ribeiro se doctoró en comportamiento animal en la Universidad Rockefeller.
3 preguntas
Sidarta Ribeiro neurocientífico:
Luiza Mugnol