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LA TRIBUNA DEL LECTOR

En busca de entendimiento

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El Papa Julio II fue un pontífice romano con alta valoración por las bellas artes, en especial la pintura. Es él quien encarga, por ejemplo, a Miguel Angel Buonarroti (1475-1564) los frescos de la Capilla Sixtina, obra en la cual destaca, por cierto, "La Creación". Es también este obispo de Roma el que le pide a Raffaello Sanzio (1483-1520), conocido como "El Divino", un fresco titulado "La Escuela de Atenas" (1510-11), que adorna la Estancia del Sello, o Stanza della Segnatura, una habitación destinada a biblioteca de las dependencias papales, en el palacio apostólico de la Ciudad del Vaticano. Se le conoce también como la Estancia de Rafael, por el autor en comento. Una curiosidad de este artista es que nace y muere un Viernes Santo.

La obra citada es de grandes dimensiones y ocupa un lugar de privilegio en la sala mencionada. Esta pintura, sin duda, quiere representar el valor del pensamiento científico principalmente, cuyo desarrollo se le atribuye a la escuela griega. En ella vemos a grandes pensadores, Aristóteles y Platón son las figuras centrales de la escena, además de serlos en la historia de la filosofía. Es una obra que podemos situar como de los mejores ejemplos del arte del Renacimiento, movimiento y momento artístico del cual Raffaello, junto a Miguel Ángel y Leonardo Da Vinci, son sus máximos exponentes.

El Renacimiento es por esencia uno de los momentos más fecundos del arte y la cultura, en la mayoría de sus manifestaciones. Es también una época que vuelca la mirada atrás y reinterpreta a los clásicos de la antigüedad, es un lugar de convergencia y de entendimiento, al menos en las disciplinas mencionadas, porque vale mencionar también que es un momento marcado por las guerras, invasiones y otros males sociales.

Cuando evocamos la antigua Grecia, sin duda pensamos en la filosofía, la ciencia, la democracia, en suma, en aquellas disciplinas que mayor influencia tienen hasta hoy en nuestra incesante búsqueda de la verdad y el desarrollo como sociedad. Desde la Atenas de los pensadores hasta nuestros días, el hombre como especie busca verdades, caminos de entendimiento de lo abstracto y lo concreto. Quiere conocer y conocerse, entender y entenderse. Es una tarea compleja, cada día hay más información acerca de la historia de la humanidad que conocer, como también aristas del pensamiento que entender. Ni hablar acerca de la cada vez más imperiosa necesidad de perfeccionar la democracia, en ello nuestro país se ha pasado un buen rato y todavía queda camino que recorrer.

De esta maravillosa obra visual "La Escuela de Atenas" podemos rescatar, entre otros aspectos, el sentido de la reunión, como oportunidad de diálogo; lo valioso de juntarse con otros, que aunque puedan pensar distinto, con su mirada y pensamiento, enriquecerán el nuestro; vemos también el respeto para aquellos que saben más, principalmente a los más adultos, la sapiencia que dan los años, la experiencia, el haber vivido más. Podemos valorar de mejor manera la idea del ágora, ese lugar de reunión, esa plaza a la que todos podemos converger, en la que siempre habrá un lugar para uno.

Hoy en día que vemos la fragilidad de la democracia en muchos lugares del mundo, incluso en nuestro país no podemos decir que se encuentre en el mejor momento, ciertamente que esta escena nos debe hacer reflexionar, nos debe llevar al origen, a la Polis, a buscar entre todos el gobierno de la sociedad de la cual formamos parte.

Es un desafío, mejor dicho, un imperativo ético, un compromiso insalvable que abordar. Cada uno de nosotros, hombres y mujeres, debemos poner nuestros mejores y mayores esfuerzos para hacer una mejor sociedad; propender al diálogo por sobre la descalificación; a la búsqueda del bien común, aunque en ello podamos ver nuestros propios intereses disminuidos.

Debemos ser verdaderos custodios de la democracia. Ya hemos vivido su ausencia, sabemos lo que ello significa, no podemos ni debemos repetir los errores del pasado: Chile y la sociedad chilena no lo merecen.

Hoy nos encontramos en el desafío que significa una nueva Constitución Política para nuestra joven pero señera República. Ello no es menor, es de una importancia significativa para el país del mañana, el que le queremos dejar a los que vienen. En esa tarea debemos estar todos y lo más unidos posible, buscar acuerdos, llegar a entendimiento, es más linda la unidad que la desunión, aunque el camino a veces parezca pedregoso. Aún recuerdo las palabras de monseñor Juan Francisco Fresno: "Chile tiene vocación de entendimiento, no de enfrentamiento", las que hoy siguen teniendo eco.

Nuestra responsabilidad es grande y urgente.

Por rafael torres arredondo,

gestor cultural