La demolición del legado Reginato
La exalcaldesa enfrentará una audiencia clave para saber si el Ministerio Público la indaga en el caso de pagos irregulares de horas extra. La histórica militante de la UDI deberá demostrar que no tiene responsabilidad penal en los hechos que indaga la Fiscalía. Pero, además, tendrá que enfrentarse a las dudas que surgen sobre su real legado como alcaldesa.
Con tres exdirectores municipales de confianza formalizados por su presunta responsabilidad en la aprobación de pagos irregulares por concepto de horas extraordinarias y con su propia figura en entredicho ante la posibilidad de ser imputada en esta causa que lleva adelante el Ministerio Público, la exalcaldesa Virginia Reginato asiste a lo que parece la demolición de su legado como jefa comunal de Viña del Mar entre los años 2004 y 2021.
Si al final de su larga administración la histórica militante de la UDI tuvo que enfrentar fuertes críticas por el manejo en varios temas, fue en el trabajo interno del municipio donde encontró los cuestionamientos más graves y es precisamente allí donde se ubica la indagación que sigue un equipo especializado de la Fiscalía Regional de Valparaíso, cuyos persecutores podrían informar hoy a Reginato, en una audiencia especial, que es investigada como responsable de algún ilícito.
Para su defensa, la exjefa comunal contará con dos conocidos abogados de la zona: uno de ellos es el exfiscal y expresidente de la Asociación de Fiscales de Chile, Claudio Uribe, y el otro es el exdirector de la Agencia Nacional de Inteligencia (ANI) en el primer gobierno de Sebastián Piñera, Gonzalo Yuseff. La contundencia de ambos nombres da cuenta del complejo panorama que tanto Reginato como sus cercanos avizoran a futuro, no solamente por el caso "horas extra".
No es un dato menor que la actual administración que encabeza la alcaldesa Ripamonti contratara a los exfiscales expertos en corrupción, Carlos Gajardo y Pablo Norambuena, para apoyar al municipio viñamarino en la persecución de responsabilidades en la causa vigente. Tampoco lo es que una de las primeras acciones del equipo anticorrupción fuera abrir una línea de denuncias para que los propios funcionarios entregaran nuevos antecedentes con total anonimato. En este ánimo por limpiar el ejercicio consistorial, la gestión de Ripamonti ha tenido la habilidad de usar como escuderos a sus concejales afines -como el edil Pablo González (PC), que con informe municipal en mano acusó una presunta deuda del club Everton-, así como los oportunos resultados de fiscalizaciones hechas por la Contraloría, mecanismo que sirvió para destapar un caso que involucra al exconcesionario del Casino de Viña del Mar.
Otras creaciones de la época Reginato, como la ficha vecino y el sistema de apoyo a microempresas, también están bajo cuestionamiento y con seguridad surgirán más.
En ese sentido, la audiencia de hoy es un punto de partida en el largo camino que deberá transitar Virginia Reginato para demostrar, primero, que no tiene responsabilidad penal en las irregularidades, luego, que su gestión de 17 años en Viña del Mar tiene un legado que va más allá de las obras en el borde costero.