Cartas
Tolerancia activa
El convencional don Agustín Squella Narducci, en su discurso ante la Convención Constitucional, en lo esencial invita a la Convención a que en su acción prime "la tolerancia activa".
A mi juicio, omite señalar que esa "tolerancia activa" debe practicarse dentro del marco jurídico que regula el funcionamiento de la Convención, circunstancia respecto a la cual existe, a lo menos, una duda razonable sobre su total respeto.
Jaime Varas Canessa
Valparaíso y el Canal de Panamá
Muy interesante el artículo sobre el jazz en Valparaíso aparecido este viernes 29 de octubre, pero no puede dejar de lamentarse que en él aparezca como una de las causas de la decadencia de nuestro puerto la apertura del Canal de Panamá. Esta es una "mula" que nos hemos tragado los porteños y que ya es hora que dejemos de repetir como zombies. La decadencia de Valparaíso, al contrario, fue consecutiva a la del país y se produjo cuando el gobierno entre 1930 y 1933, tomó la decisión de cerrarlo al comercio exterior sobre la base de establecer barreras arancelarias que hicieron imposible ese comercio. Fue una manera de negarse a emplear ese Canal para potenciar nuestra economía.
Y fue así como los puertos chilenos volvieron prácticamente a ser las caletas que eran antes de 1817, cuando el país recién emancipado se abrió al comercio exterior. Fue este el punto de partida para el vertiginoso desarrollo de Valparaíso durante el siglo XIX. Cerrarlo, el de su decadencia. Especialmente grave porque al poco tiempo desaparecieron de la ciudad las empresas que se ocupaban de ese comercio. Fue así como Valparaíso perdió su condición de capital empresarial de Chile.
Tuvieron que pasar 40 años y tuvo que llegar el gobierno militar para que nos volviéramos a abrir al comercio exterior y así aprovechar exhaustivamente al Canal de Panamá como nuestro principal aliado estratégico. Hoy, Chile es el tercer usuario a nivel mundial de ese paso interoceánico. Así de importante éste es, hasta el punto de que sin él, no podría explicarse el crecimiento económico de Chile en estas últimas décadas. Y menos el crecimiento de su movimiento portuario. Otro tema es el de cómo recuperar para Valparaíso la condición de ciudad empresarial. Para eso, en primer lugar, es indispensable contar con una alcaldía que esté a la altura de esta misión.
Gonzalo Ibáñez Santa María
Retiros y créditos hipotecarios
Es impresentable cómo nuestros parlamentarios siguen presionando por la aprobación del cuarto retiro previsional -rentas vitalicias incluidas-, a pesar de todas las advertencias de los expertos y de los efectos adversos visibles en el día a día, como la alta inflación, entre otros.
Pero a diferencia de los retiros anteriores, hoy son visibles los efectos sobre los créditos hipotecarios, los cuales han calado profundo y donde la tradicional frase "el sueño de la casa propia" tendrá más vigencia que nunca.
La casa propia es el gran objetivo de toda persona, pero hoy es mucho más lejano, pues los retiros previsionales han logrado disparar las tasas de interés, disminuir fuertemente los plazos de financiamiento y aumentar los requisitos de pie inicial.
Los fondos previsionales fueron un pilar fundamental para lograr mejores condiciones hipotecarias para los mismos afiliados, un círculo virtuoso que hoy peligra con una posibilidad real de no retorno por culpa de nuestros parlamentarios.
Eduardo Jerez Sanhueza
Tasas de interés
El aumento de la tasa de interés del Banco Central tendrá un fuerte impacto en el endeudamiento de las empresas y las personas. La clase media y los sectores vulnerables están sumergidos en esta espiral. Y aunque las últimas cifras señalan que producto de las ayudas fiscales la deuda ha disminuido, estos apoyos se irán terminando y los chilenos tendrán que buscar alternativas de financiamiento para cubrir sus gastos. Es decir, el veranito de San Juan iría en retirada.
Por su parte, las pymes necesitan flujo de caja y capital de trabajo para levantar sus negocios, por lo cual el financiamiento es una medida que contribuiría mucho en ese sentido y ante la cual el sector bancario puede aportar a espacios de solución real, pero con tasas de interés adecuadas y razonables.
¿La banca debería aplicar intereses de acuerdo con el marco legal -como la tasa máxima convencional- que resulta en tasas muy elevadas? o ¿debería actuar desde la ética, empatizando con la gente y cobrando intereses de acuerdo con los tiempos que vivimos?
En tanto, el retail con sus ofertas de crédito fácil, de avances en efectivo, han endeudado a gran parte de la población, con tasas leoninas que encarecen el costo del crédito de aquellas familias que no tienen otra alternativa de solicitud de préstamos.
Hoy, la banca y el retail deberían empatizar con aquellos que se han endeudado, entregar soluciones concretas e inmediatas que beneficien a sus clientes y dar una luz de esperanza. Bajar el costo de la deuda a través de una rebaja en la tasa de interés puede ser una señal para demostrar que la rentabilidad moral también cuenta.
Guillermo Fuentes Contreras Dir. Ingeniería en Administración de Empresas, UCEN
Pymes
Las pymes juegan un rol esencial en el crecimiento de la economía en Chile; generan más del 50% de los empleos y aportan casi el 20% del PIB. En EE.UU., la economía más desarrollada del mundo, un poco menos del 50% de los trabajadores pertenecen a un negocio pequeño, pero el aporte de este tipo de empresa es superior al 40% del PIB. Da para pensar.
La solución para establecer un sistema más robusto de desarrollo para las pymes pasa por favorecer un "ambiente estimulante", la promoción, financiamiento, herramientas tecnológicas y capacitación financiera y estratégica. Entonces, ¿por qué no crear un Ministerio de la Pyme?
Una institución que cuente con una voluntad permanente de apoyo, que mire su progreso en forma integral y sistematice un marco regulatorio para promover las buenas prácticas y los incentivos laborales y tributarios, además de la creación de un fondo financiero que invierta en ellas, con criterios económicos y de largo plazo.
El Estado, querámoslo o no, es un socio pasivo "privilegiado" de todas las empresas, porque participa de las utilidades, pero no aporta capital ni solidariza oportunamente cuando hay pérdidas. Debería ser un socio más activo, que inyecte liquidez y participe del desarrollo de las pymes. Si queremos un mercado competitivo y más productivo, debemos invertir en el desarrollo de más y mejores empresas.
Cristián Ureta Socio en Addval