Noche triste y oscura en Playa Ancha: dejaron al gigante de rodillas
FÚTBOL. Wanderers baja por octava vez en su historia al Ascenso, en medio de polémicas entre dirigentes y jugadores. Con un equipo lleno de juveniles, los verdes perdieron 3-0 ante Curicó.
En la noche más triste de Santiago Wanderers, los canteranos del club se vieron obligados a dar la cara ante Curicó Unido y tuvieron que vivir en la cancha el descenso del equipo a la Primera B.
Las horas previas al duelo de ayer fueron un fiel reflejo de la descomposición interna que finalmente llevó al Decano a una campaña que hizo llorar al Gran Valparaíso.
Solo un ejemplo: al mediodía del martes, después de entrenar con las juveniles caturras en Mantagua, le comunicaron a Domingo Sorace -entrenador de la sub 18- que debía sentarse en la banca verde ante los albirrojos. No solo eso, además le pidieron que nominara a ocho jugadores que no están integrados al plantel profesional para completar la convocatoria, pues el grueso de los futbolistas no fue considerado por sostener un conflicto económico con la dirigencia.
Cuando se pensaba que nada podía ser peor, el improvisado DT reveló que Jorge Garcés, que fue anunciado la noche del lunes como reemplazante de Moisés Villarroel, quien a su vez más temprano había sido presentado como el relevo de Emiliano Astorga, no pudo dirigir en cancha porque no tenía actualizada su licencia de entrenador.
Vergüenza tras vergüenza.
La equivocada forma de manejar al Decano desde la dirigencia se puede resumir en un hecho: este año ha habido siete técnicos distintos. Anote, Ramírez, Fuentes, Villarroel, Rivero, Astorga, Sorace y Garcés.
¿Otro error? Creer que con menos dinero y confiando en los supuestos conocimientos futbolísticos de asesores inexpertos se podía armar un plantel que mantuviera la categoría.
¿Seguimos? El motín de los jugadores en contra de Víctor Rivero no fue sofocado por una dirigencia pusilánime, que le entregó el manejo de las decisiones deportivas a un grupo de futbolistas que se creyó dueño del club y también de su alma.
¿Una más? No basta con las buenas intenciones y las fórmulas del pasado para salir de la crisis. El fútbol ha cambiado, aunque no completamente; sin embargo, el garrote y la zanahoria claramente ya no son una receta para administrar una institución como Wanderers.
Cuando todo parece perdido, solo desde las gradas llega un poco de esperanza.
El aplauso sincero, el llanto de su gente y la promesa de fidelidad eterna debieran ser un punto de inicio para la reconstrucción que necesita urgentemente el club.
El paso siguiente debe ser la autocrítica y la generación de cambios.
Sobre lo que pasó en la cancha ayer es poco lo que se puede decir. En un partido desbalanceado y desvirtuado, los verdes se pararon con un once donde había apenas dos jugadores experimentados, García y Canelón, y dos jóvenes como Marín y Rojas que suman más minutos que los demás. El resto de los convocados tenían menos de 21 años.
Pese al improvisado once que debió dirigir Sorace, el primer tiempo el juego fue relativamente equilibrado. Incluso el líbero y capitán porteño estuvo a punto de desnivelar con un cabezazo.
Los goles curicanos se originaron en errores producto de la inexperiencia de un once local que no bajó los brazos y trató de darle dignidad a una noche aciaga.
El final de la velada, que selló el octavo descenso del Decano en su historia, dejó como imagen para el recuerdo a los futbolistas pidiéndole perdón a los hinchas por el desastre.
Por el lado del directorio solo fueron visibles en Playa Ancha los representantes de la Corporación, además de Matías Sánchez y Germán Bareire.
Las explicaciones las tuvo que dar Domingo Sorace, protagonista inesperado de una jornada en la que Wanderers quedó de rodillas.
"Lamento harto la situación, pero hay que tomar medidas, esperamos que la hinchada lo entienda. En Wanderers hay jugadores que se creen intocables".
Andrés Sánchez, Pdte. comisión fútbol de Wanderers
19 unidades suma Wanderers, tiene quince menos que la "U", que iría a la promoción, cuando quedan nueve puntos en disputa.
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