Sala Viña del Mar exhibe obras póstumas de Víctor Hugo Arévalo
ARTES VISUALES. Se trata de un conjunto de acuarelas que trabajó el artista en sus últimos meses de vida. La muestra permanecerá abierta hasta el 27 de noviembre.
El 25 de septiembre de 2020 falleció Víctor Hugo Arévalo, artista plástico que dejó una tremenda huella en la región, debido a que se perdía un profesor normalista de arte, así como un gran pintor. Poco antes de su muerte, en agosto específicamente, se había inaugurado una exposición virtual en la sala Viña del Mar con sus trabajos.
La buena relación entre el acuarelista y la Corporación Cultural de Viña del Mar, que está a cargo del recinto de exhibición, hizo que la familia facilitara la carpeta de trabajo que lo acompañó en sus últimos meses de vida y que son las que dan vida a la muestra "Legado del Maestro, tributo al artista Víctor Hugo Arévalo", que se podrá visitar hasta el 27 de noviembre con entrada liberada.
Amistad y legado
"Esta exposición es nuestro homenaje al maestro, con afecto y melancolía, recordando sus conversaciones, su disposición, su responsabilidad y, especialmente, su amistad", reconoció el gerente de la Corporación, Jorge Salomó.
Y agregó: "El maestro normalista nos lega oficio, vocación educativa, valoración de su terruño y de su gente. Por ello, esta exposición constituye un merecido reconocimiento a su memoria, en una sala que fue para él un espacio predilecto de exhibición de sus creaciones".
Con más de cinco décadas de trayectoria, en su labor Víctor Hugo Arévalo aportó a crear y abrir el espacio de artistas de calle Valparaíso, en el Portal Álamos; aportó sus conocimientos en colegios y en la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha, y se caracterizó por su buen humor, su comunicación espontánea y su generosidad para compartir conocimientos y técnicas, especialmente en la acuarela, que fue la más apreciada de sus manifestaciones pictóricas.
Sus temas estaban vinculados al territorio chileno, en los que admiraba las gamas de colores, las perspectivas y la luminosidad. En su andar por el país admiraba las caletas, los paisajes campestres y lacustres, los ríos, las embarcaciones. Por cierto, un lugar especial tuvo Valparaíso, el muelle, los transbordadores y barcos, y toda la atmósfera portuaria. En los últimos años incorporó también las representaciones urbanas viñamarinas.
Larga trayectoria
Nacido en Iquique en 1944, se formó como profesor normalista y trabajó en el área de Artes Plásticas en las escuelas normales Domingo Faustino Sarmiento de Santiago y en la de Viña del Mar; también en la Scuola Italiana de Valparaíso y en los colegios SS.CC. Monjas Francesas de Valparaíso y Viña del Mar, colegio San Ignacio de Viña del Mar y otros establecimientos de la Región de Valparaíso, donde se radicó desde su juventud. En el ámbito universitario, entregó su experiencia en la cátedra de acuarela de la Facultad de Arte de la Universidad de Playa Ancha.
De manera especial se dedicó a la expresión plástica infantil, ofreciendo numerosos seminarios y conferencias docentes debido a su compromiso vocacional con la educación, valor que él defendió como soporte fundamental para el desarrollo de las personas. Es así como promovió el acceso a becas de muchos jóvenes a través del Banco de Solidaridad Estudiantil, que integró durante varias décadas.
Como acuarelista, cumplió más de cincuenta años de trayectoria, iniciándose en 1963. Sus obras destacan por su sentido de la composición, su pincelada fluida y segura, su limpieza en el tratamiento del color. Apasionado por los paisajes de Chile, esto lo llevó a recorrer los cerros porteños, a navegar en goletas chilotas y a meditar al atardecer campestre.
"Esta exposición es nuestro homenaje al maestro, con afecto y melancolía, recordando sus conversaciones, su disposición, su responsabilidad y, especialmente, su amistad".
Jorge Salomó, Gerente Corporación, Cultural de Viña del Mar
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