Responsabilidad en estas horas inciertas
La acusación aprobada en la Cámara de Diputados suma tensión en los crispados momentos que vive el país. El llamado a los actores políticos a la responsabilidad también alcanza al Presidente, quien debe asumir que sus actuaciones personales, por legítimas que sean, siempre aparecerán como inseparables de su potestad y de su condición de Jefe del Estado.
Dejando de lado la estrategia para prolongar la sesión de la Cámara de Diputados y lograr la cantidad de votos necesaria, la aprobación de la acusación constitucional contra el Presidente de la República Sebastián Piñera es un factor más en la incertidumbre que domina el país.
En lo económico, se dispara la inflación con el 1,3% que revela el indicador de octubre, con lo cual se anticipa una inflación superior al 6,5% para el año. Se agregan a ello los efectos de un posible cuarto retiro de los fondos previsionales, rescates que están gatillando alzas en los intereses que repercuten directamente en los créditos habitacionales, acortándose además los plazos. Ello debe provocar un freno no deseado a la demanda de viviendas y una caída en la construcción.
Tensiona también el clima nacional la violencia en diversas formas que afecta al país y que muestra su peor cara en la violencia rural en la macrozona sur, situación con proyecciones políticas y, según se ha confirmado, con alcances internacionales. Esta compleja realidad se intenta abordar en lo inmediato con la prolongación del estado de excepción en el área, que ayer se aprobó en el Congreso Nacional.
Otro factor presente es el proyecto de indulto para los llamados "presos de la revuelta". Entretanto, sigue en marcha el trabajo de la Convención Constitucional donde aparecen polémicas posiciones que acentúan la incertidumbre. Y todo lo anterior en un escenario dominado por el covid-19, que no afloja, con fallecidos y que ataca por diversos flancos.
La atención centrada en la decisión de la Cámara Baja, que se exhibe como un triunfo de la unidad opositora, pasa ahora al Senado, que actuando como jurado debe pronunciarse sobre la acusación. La aprobación requiere 29 votos de los 43 senadores, número difícil de alcanzar. Pero la tensión no disminuye especialmente ante la proximidad de la elección presidencial en primera vuelta, acompañada de votaciones para elegir senadores, donde corresponda, y la totalidad de los diputados y consejeros regionales.
Este clima crispado, para algunos rentable en lo electoral, no le hace bien al país y tiene un efecto paralizante innegable que debería ser considerado por los líderes políticos y sociales de aquí y de allá.
El debate y el uso de mecanismos institucionales, como la acusación aprobada en la Cámara, son parte de la democracia, pero en el ánimo de quienes manejan esos instrumentos debe primar un sentido de responsabilidad mirando los efectos de sus acciones en la vida nacional.
Y el llamado a la responsabilidad también alcanza al Presidente de la República Sebastián Piñera, quien debe asumir que sus actuaciones personales, por legítimas que sean, siempre aparecerán como inseparables de su potestad y de su condición de Jefe del Estado.