¿Dónde está el seremi?
Un consejero regional, que subió desde el quinto piso del edificio que está en Melgarejo 669 hasta la planta número 17 en búsqueda del nuevo seremi de Desarrollo Social y Familia, Luis Alberto Rodríguez, para consultar por la demora en un proyecto de inversión, se llevó la sorpresa de que desde el gabinete de la autoridad le respondieron que "no podrá atenderlo, porque está en otras cosas".
No obstante, y en base a su experiencia (no por nada va a la reelección), fue directamente a hablar con el asistente social, Ricardo Berwart, quien (para su nueva sorpresa) estaba subrogando como seremi al mencionado exasesor en proyectos culturales de la Municipalidad de Viña del Mar, en la era de Virginia Reginato.
La pregunta que comenzó a rondar en varios consejeros regionales, pero también en los funcionarios del Ministerio de Desarrollo Social y Familia, fue una sola: ¿dónde estaba el seremi? Lo primero que supieron es que se encontraba haciendo uso de sus vacaciones, lo que generaba dudas por cuanto Rodríguez había llegado a comienzos de agosto de este año.
Es necesario destacar que Luis Alberto Rodríguez hasta finales de julio se desempeñaba como jefe de la División de Desarrollo Social y Humano del Gobierno Regional, designado por el entonces intendente Jorge Martínez. Martínez y Rodríguez se conocen desde hace décadas, especialmente en la Unión Demócrata Independiente (UDI), partido que ambos ayudaron a formar en la región.
Pero la incógnita sobre el paradero de Rodríguez aún no era resuelta. Comenzaron a preguntar por diferentes lados, pero las gestiones seguían siendo infructuosas, ya que todos se hacían los desentendidos y otros respondían que no tenían idea alguna.
Hasta que el misterio fue finalmente resuelto: la respuesta estaba en la gran experiencia política, sobre todo electoral en las campañas de la UDI de Viña del Mar, desde la llegada de la democracia, primero con Beltrán Urenda, luego con Luis Parot, pasando por Gonzalo Ibáñez para terminar bajo el liderazgo de la dupla de Reginato y María Angélica Maldonado.
Nuestro esquivo personaje pidió sus vacaciones para irse a colaborar al comando del malogrado candidato de Chile Podemos Más, Sebastián Sichel, en la Región de Valparaíso, pero de manera muy discreta y sobre todo para apoyar el equipo territorial y electoral. Junto con ello, Luis Alberto Rodríguez también se siente comprometido con la campaña de su amiga y eterna compañera de trabajo, María Angélica Silva, conocida como la "Guly", quien también formó parte del círculo de confianza de la "Coty" y la "Manam", y que ahora va de candidata a diputada por el Distrito 7. La amistad entre ambos es bastante conocida, incluso se tratan de "hermanos", aunque Rodríguez aclara que la "Guly" es su hermana mayor, lo que genera risas entre quienes escuchan, obviamente menos en la propia Silva.
Pero, como todo en la vida, las cosas no son siempre color de rosa. Existe molestia en varios funcionario de la Seremía, ya que consideran que la nueva autoridad no alcanzaba a llevar tres meses en el cargo y "se mandó a cambiar", no avisándole a nadie y, más aún, para ir a colaborar a un comando político.
Incluso desde el Core algunos dicen que la irresponsabilidad es mayor, ya que esta cartera -la de Desarrollo Social y Familia- es fundamental para los proyectos de inversión, debido a que la repartición es la responsable de entregar el Resultado de Análisis Técnico Económico (Rate) efectuado por el Ministerio a las iniciativas de inversión ingresadas al Sistema Nacional de Inversiones. En otras palabras, la Seremi de Desarrollo Social es la responsable de entregar la evaluación técnica a todo proyecto de inversión que se aprueba en el Gobierno Regional: si un proyecto no tiene la aprobación o recomendación favorable, conocida como RS, no puede obtener financiamiento público.
Con todo, es de esperar que el bueno de Luis Alberto vuelva pronto para poder destrabar algunos proyectos que necesitan prioridad.
De lo contrario, Dios nos libre, se pondrán la servilleta y lo volverán a vender con papas fritas desde el propio Core.
por gabriela chomer