Convención y relación con las instituciones
La presidenta del organismo, Elisa Loncon, pide colaboración para el trabajo que desarrolla el órgano constituyente. Pide que el próximo Gobierno "no entorpezca este proceso deliberativo". Así debe ser, lo que supone que el trabajo de la Convención debe ir acompañado de un diálogo con las futuras autoridades, más allá de su tendencia política.
Elisa Loncon, invitada para recibir la Medalla Universidad de Valparaíso, respondió a diversas inquietudes sobre el trabajo de la Convención Constitucional que preside. Rechazó que hubiese intenciones de cambiar los símbolos patrios, como la bandera o la canción nacional, y calificó las inquietudes en ese sentido como "un ataque que se ha instalado como parte de las críticas sistemáticas a la Convención".
En cuanto a la violencia, que ella se ha negado a condenar en forma tajante, y sobre la polémica surgida sobre la propuesta de una declaración de rechazo a toda forma de violencia formulada por representantes de Vamos por Chile, manifestó que ella misma ha sido atacada. Ello, sostuvo, "por medio de lenguaje de odio y racial, por ser indígena y, además, mujer". Insistiendo, afirmó que eso tiene que ver con "la violencia estructural" que dominaría el país.
Aseguró que el debate sobre la propuesta continúa y que seguramente el pleno tomará una postura. "Estamos trabajando en función de proyectar una sociedad democrática, no violenta, contra el racismo, porque todas esas son formas de violencia que nos están afectando hoy día", dijo.
Tiene razón que hay muchas formas de violencia, pero una efectiva señal de rechazo a esas conductas sería una condena sin resquicios, sin letra chica. Es posible, claro está, que doña Elisa tema que sus declaraciones o un pronunciamiento claro de la Convención hieran algunas sensibilidades o posiciones de justificación que abundan y que en nada ayudan a crear un clima de sana convivencia.
Declaró además la presidenta que "en la Convención tenemos instaladas discusiones, tiempo, gente; por ende, necesitamos el respaldo de las instituciones para avanzar y terminar con este trabajo". Oportuna afirmación, pues habla la dirigente de una comunicación necesaria con las institucionalidad vigente, lo cual supone que la Convención, junto con recibir colaboración, también atenderá la posición de esas instituciones.
Y ahí está el caso concreto de la decisión de la Corte de Apelaciones de Valparaíso, que acogió a trámite un recurso por supuesta violación en que habría incurrido el reglamento de la Convención, materia que en su momento exigirá respuesta formal del organismo constituyente. En el mismo sentido, pide que el nuevo Gobierno que se genere tras la elección presidencial "no entorpezca este proceso deliberativo".
Así debe ser, lo que supone que el trabajo de la Convención debe ir acompañado de un diálogo con las futuras autoridades, considerando su condición representativa, más allá de su tendencia política. Aspecto especialmente importante, pues la nueva Constitución que se proponga a la ciudadanía no puede partir en un clima de conflictos con la nueva autoridad, lo que incluso podría llevar al rechazo del proyecto que se someterá a plebiscito.