"Valparaíso es territorio prioritario a nivel nacional y es imperativo político intervenir"
Hay gestos en Gabriel Boric que dan cuenta de una búsqueda por ampliar sus perspectivas y, así, dando pasos hacia el centro, poder llegar a otros votantes. Sus diálogos con dirigentes históricos de la Democracia Cristiana y su desmarque de la ley general de indulto a los presos de la revuelta son ejemplos claros de esa búsqueda. Lo es también eso que algunos analistas calificaron como una salida de su zona de confort, cuando empezó a hablar, desde La Pintana, de temas de seguridad pública y de incremento de la intervención policial, cuando antes solo se refería a reformarlas.
Exactamente hace una semana se sumó a su equipo Eduardo Vergara, quien, como director ejecutivo de la Fundación Chile 21, lo asesorará en su desconocida faceta de querer controlar la delincuencia y a ser "duros con los que son duros".
- Se le pide a Gabriel Boric que pueda expandir sus pretensiones de voto mirando hacia el centro y a otros sectores más conservadores. ¿Su rol en la campaña tiene que ver con eso?
- Mis labores principales serán comunicar las ideas del programa en materia de seguridad y profundizar la necesidad de ser una alternativa al populismo de la mano dura. Cuando este tema se instala en la campaña no es por una coyuntura política o porque la derecha lo lleva en su programa, es porque efectivamente el país está viviendo un punto de inflexión en su seguridad.
- ¿De qué forma su presencia influirá en el programa de Gabriel Boric?
- En lo que tiene que ver con el uso de armas, territorios complejos, políticas contra el narcotráfico y crimen organizado en general. Mi sello puntual tendrá que ver con que hablar de seguridad hoy día, en Chile, es hablar de desigualdad y de la necesidad de redistribuir policías y recursos. Que estos estén donde las personas más los necesitan.
- ¿La Región de Valparaíso está contemplada como territorio complejo?
- Claro que sí, y no solamente por el drama y la pandemia de homicidios que se vienen dando en los últimos años, sino que, además, porque existen territorios donde el Estado está ausente.
- ¿Podría hablarme de casos concretos?
- Es notorio como los vecinos de la comuna claman por protección, llegando a catalogar algunas zonas como tierra de nadie. En el cerro Alegre, por ejemplo, se ha evidenciado un deterioro progresivo que hoy se encuentra en un momento crítico. Valparaíso, claramente, es uno de los territorios prioritarios a nivel nacional y es un imperativo político intervenir.
- ¿De qué manera lo harán?
- Reforzando los municipios, apoyando aún más la labor policial y, por sobre todo, estableciendo diálogos público-privados que permitan cogestionar la seguridad de una forma mucho más efectiva y frontal.
- ¿Qué implican esos diálogos público-privados para la región?
- Valparaíso es una región particular, siendo el polo que genera mayor demanda de presencia policial para eventos masivos, lo cual representa un problema, y sus organizadores deben ser parte de la solución. No podemos seguir sacando policías para resguardar demandas particulares, desprotegiendo a las personas. La delincuencia a la salida de los estadios y espectáculos masivos debe terminar.
- Las pymes de Valparaíso también se han visto muy afectadas desde el estallido social
- Muchas pymes han sufrido actos vandálicos y, aún ahora, siguen sufriendo la delincuencia. Negocios pequeños y familiares que han tenido que cerrar. Aquí también hay que tener la capacidad política de sentar a los actores públicos y privados a la mesa, para diseñar planes y proteger a la actividad que da empleo.
- Ese también fue un giro importante en el discurso de Gabriel Boric pos primera vuelta, el condenar los actos vandálicos contra las pymes en el contexto de la revuelta. ¿Qué cambió en su apreciación?
- Se trata del sentido de responsabilidad que se va presentando, en la medida en que se acerca la posibilidad real de que Gabriel gobierne. Eso obliga a tener conversaciones y diálogos con una amplitud de actores porque la labor, a contar de marzo, será gobernar para todo el país.
- ¿Se había olvidado la izquierda de la bandera de la seguridad?
- Y de la protección de las personas. Son temas que se trataron como si fueran un fierro caliente, delegándose la seguridad pública a las policías para, después, culparlas de que se mandan solas. Fue un error político muy profundo, porque ha golpeado en la línea de flotación de la confianza de la ciudadanía.
- Volviendo a la región, el narcotráfico es otro de los problemas que la afecta.
- Durante mucho tiempo he criticado que la guerra contra las drogas ha sido un rotundo fracaso en Chile. Se ha sustentado siempre a través de acciones mediáticas y en celebrar decomisos de droga y detenciones de pobreza, que llevaron a las cárceles a ser extensiones de la pobreza y la desigualdad. En Chile se persigue a los eslabones débiles, desechables, y se hacen shows para mostrar que la guerra se está ganando.
- ¿Se plantea alguna medida concreta?
- Una es reformar la Ley 20.000, con miras a que la persecución sea efectiva para con los grandes eslabones de la cadena del narcotráfico, no con los desechables.
- El programa de Gabriel Boric se refiere a la descentralización de las políticas de prevención. ¿A qué se refiere?
- A que el gobernador contará con un Consejo Regional de Seguridad Pública con grado vinculante. Cuando coordine a las instituciones, las decisiones que se tomen ahí serán compromisos irrenunciables. Además, contará con una reformulación de recursos, por lo que estos serán proporcionales a lo que la región necesita.
"Cuando este tema se instala en la campaña no es por una coyuntura política, es porque efectivamente el país está viviendo un punto de inflexión en su seguridad".
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