Renovarse o pasar al olvido: el desafío para la derecha
A un mes de la derrota en la presidencial, el oficialismo sigue en una ruta bastante incierta. Renovar liderazgos, plantear una base programática firme y encantar al votante más joven, son parte de las tareas que tendrá el bloque en los próximos años, ahora como oposición.
No han sido semanas fáciles para la centroderecha agrupada en Chile Podemos Más. La doble derrota en la elección presidencial, primero con Sebastián Sichel como abanderado y luego apoyando a José Antonio Kast (Frente Social Cristiano), supuso un duro golpe para un sector que ya había sufrido una importante derrota en los comicios de mayo, perdiendo alcaldías importantes como Santiago y Viña del Mar, además quedar bastante reducida en la Convención Constitucional y, en el caso de los gobernadores regionales, imponerse únicamente en La Araucanía y avanzar en ocho a segunda vuelta.
Pero el descalabro del bloque oficialista no se quedó ahí. Y es que si bien en noviembre no se repitió el fenómeno evidenciado meses atrás, en que las fuerzas vinculadas a la izquierda y el mundo independiente arrasaron, lo cierto es que la representación en la Cámara Baja disminuyó fuertemente, pasando de 72 a 53 diputados, donde los partidos más afectados fueron RN y la UDI, perdiendo 11 y 7 legisladores, respectivamente, mientras que Evópoli pasó de cuatro a dos; aunque esto se vio de cierta forma subsanado por lo ocurrido en el Senado, donde las fuerzas quedaron igualadas. En tanto, el Partido Republicano -domicilio político de Kast-, logró 15 escaños, convirtiéndose en la tercera bancada más numerosa.
Desde entonces, ha habido un largo periodo de reflexión y también de una fuerte autocrítica de distintos personeros de la coalición oficialista. Pocos días después del balotaje, por ejemplo, Mario Desbordes cuestionó duramente a Sichel por no sumarse a la campaña de Kast -pese al tibio apoyo que deslizó-, y más recientemente, lanzó sus dardos contra el Ejecutivo: "Por lo que vivimos en este segundo gobierno de Sebastián Piñera, también la gente quedó con la idea de que somos una coalición que no tiene intención de hacer reformas sociales, una coalición con poca sensibilidad, y eso fue responsabilidad del gobierno del Presidente Piñera".
Quien tampoco perdió el tiempo para emprenderlas contra la actual administración fue el senador y uno de los fundadores de Evópoli, Felipe Kast, que en el aniversario de la tienda aseveró que "obviamente nos hubiese encantado tener un resultado mejor, era difícil, teníamos la mochila del gobierno"; una frase que atendiendo la reducción que evidenció la centroderecha en la Cámara de Diputados, bien podría extrapolarse al resto del conglomerado, donde han preferido dar un mensaje de unidad, aunque con claros matices respecto del grupo que apoyaba a José Antonio Kast.
Al respecto, es bueno traer a colación las palabras del presidente de RN, Francisco Chahuán, que en conversación con CNN Chile en el ya lejano 22 de diciembre, manifestó que debían mantener una "amigable relación" con Republicanos, aunque matizó que "Chile Vamos se mantiene con sus cuatro partidos". Su par de la UDI, Javier Macaya, también prefirió guardar distancia de la misma orgánica, pero abrió la puerta al trabajo con otras colectividades: "Hay muchos otros que se han definido como oposición al gobierno de Gabriel Boric, está la Democracia Cristiana, el propio Partido de la Gente y creo que no debería ser difícil ponerse de acuerdo".
Carencia de liderazgos
Si bien puede ser complejo sacar en limpio las situaciones que llevaron a la derecha a esta doble derrota electoral, lo que sí es claro es que hay una multiplicidad de factores a tener en cuenta para tratar de explicar lo ocurrido hace poco más de un mes. "La elección tuvo fenómenos complejos y aún es difícil sacar conclusiones absolutas. Sin embargo, algunos elementos que hay que considerar son: el aumento importante de la participación, que llevó a votar a más personas que, incluso, el plebiscito de octubre del 2020. También influye la mala evaluación del gobierno, que hace esperable un cambio. Finalmente la campaña anti-Kast resultó más efectiva", asevera el abogado y director ejecutivo del Instituto Res Pública, José Francisco Lagos.
Por su parte, el doctor en Ciencia Política y académico Universidad de Talca, Mauricio Morales, suma la incapacidad del gobierno para imponer orden en el contexto del estallido social, situación que a su juicio "ahuyentó a parte importante de los votantes más tradicionales de derecha, que empezaron a ver en José Antonio Kast una opción mucho más realista"; además, apunta al apoyo entregado por el gobierno a ideas que "no iban de la mano del ideario tradicional de derecha".
Sobre este punto, toma de ejemplo el proyecto de matrimonio igualitario, que si bien a título personal lo considera importante, afirma que esta iniciativa "fracturó de inmediato las bases sociales de la derecha, es decir, una decisión que iba en la dirección correcta para el país, terminó dinamitando las bases tradicionales de la centroderecha".
El también investigador asociado del Núcleo Milenio para el Estudio de la Política, Opinión Pública y Medios en Chile (MEPOP) no se queda ahí y, junto con apuntar a una histórica "lucha fratricida" al interior de la derecha en términos presidenciales y la "derrota permanente" de la derecha liberal, sostiene que "la centroderecha tradicional no ha sido capaz de generar o reproducir liderazgos presidenciales: esto le pasó a Piñera en su primer periodo y también en este segundo gobierno; hay un problema evidente de sucesión y renovación de liderazgos".
LA DOBLE DERROTA EN LA PRESIDENCIAL OBLIGÓ AL OFICIALISMO A UN PERIODO DE REFLEXIÓN, MIENTRAS COMIENZA A CONFIGURARSE COMO OPOSICIÓN, EN UN PERIODO DONDE NECESITA RENOVAR SUS LIDERAZGOS.
Nicolás Reyes Acevedo
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