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Debilidad institucional
Estrechamente ligado a la escasez de liderazgos a la cual hace mención Morales, el filósofo y académico de la Universidad Diego Portales, Hugo Herrera, puntualiza que la derrota pasa un tema de "debilidad institucional", sobre todo de los dos partidos más importantes del bloque como son la UDI y RN, que no pudieron hacer frente a "un señor que se le ocurrió a cinco empresarios con muchos recursos, que penetra la máquina de los partidos con dinero", acusa el analista, para quien la candidatura de Sichel "en términos programáticos era un vacío, porque era pura gestión y economía, combinada con su vida personal".
"Entonces, uno se pregunta si los dos partidos más grandes del país, que tenían su propio candidato -Joaquín Lavín por la UDI y Mario Desbordes por RN-, eran nombres competitivos, y sin embargo, en la primaria arrasa un candidato que viene de afuera. Sichel no representaba a los partidos de la derecha ni tampoco un movimiento ciudadano", complementa el licenciado en Ciencias Jurídicas de la Universidad de Valparaíso, quien cuestiona además que cuando Sichel bajó en las encuestas "estos partidos, en vez de mantener su palabra, corren a abrazar a Kast y en segunda vuelta lo apoyan sin condiciones, en vez de hacer lo que le corresponde a partidos políticos grandes y con institucionalidad, que en el fondo era definir un marco de colaboración y de condiciones".
Rodrigo Arellano, vicedecano de la Facultad de Gobierno de la Universidad del Desarrollo, parte su análisis haciendo una distinción entre ambas vueltas presidenciales, puntualizando que los principales errores del oficialismo se evidenciaron en la primera instancia. El comando de Sichel nunca entendió que la elección presidencial era distinta a la primaria, donde tenía que haber una vinculación directa con los partidos, por su territorialidad y la vinculación con los candidatos, que finalmente, muchos terminaron descolgándose y apoyando a Kast", explica el docente.
Distanciarse del economicismo
"Hay un nuevo ciclo político que hay que saber leer, donde las alianzas que han gobernado Chile hoy fueron superadas por una épica distinta", decía Javier Macaya en entrevista con radio Cooperativa a días de haber sufrido la derrota en segunda vuelta. Y si bien lo que señala el líder gremialista pareciera ser lo correcto, Herrera advierte que si el diputado "quiere hacer una prospección, pero manteniendo el mismo sistema ideológico abstencionista y economicista de la dictadura y la transición, no sirve para nada. Un poco más de marketing no va a solucionar el problema de la derecha".
"En cambio, si en lo que está pensando es realmente modificar la concepción de mundo que tiene, entonces sí podría haber esperanzas para ese sector, Pero mientras no se haga esa reforma, lo veo difícil", agrega el académico de la UDP, que hace alusión a que "el único discurso" que tuvo la derecha en la dictadura y buena parte de la transición, se basó en la unión de "la idea de Friedman de que el orden económico neoliberal es la base de un orden político adecuado y "el planteamiento de Jaime Guzmán, de un Estado mínimo y la subsidiariedad".
"Mientras la derecha no reforme su discurso y tenga un discurso y visión política, de cómo producir un orden legítimo, reconocido por la ciudadanía, con instituciones en que se sienta identificada, no va a poder salir del atolladero en que se encuentra, porque ya se demostró que gobernando, con puro economicismo, deja la escoba: los dos gobiernos de Piñera han sido fracasos políticos, con algunos aciertos en términos de gestión, pero en términos políticos ha sido nulo", subraya.
Retomando una de las ideas planteadas anteriormente, Mauricio Morales, dice que uno de los principales desafíos tiene relación con la generación de nuevos liderazgos y evitar una situación similar a la que vivió la Concertación en 2009, cuando tuvo de candidato al expresidente Eduardo Frei Ruiz-Tagle, sumando también una fuerte disciplina en el plano institucional, entendiendo que "entre RN y la UDI, es una coalición que es muy proclive a dividirse, de hecho han votado distinto muchas veces en el Congreso".
Eso sí, el analista enfatiza en que junto a estos dos elementos no puede faltar uno que es tanto o más relevante: la base programática. "(La centroderecha) debe ser capaz de institucionalizar nuevamente un bloque de oposición con los dos partidos más relevantes, con el fin de plantear una agenda programática que sea consistente con los valores de derecha, que son libertad y competencia; ahí debe clavar las banderas, con el fin de presentarse de manera identitaria y pura evitando que emerja, nuevamente, una candidatura como la de Kast", indica.
Derecha dialogante y en el territorio
Respecto de los desafíos que se plantean a Chile Podemos Más en esta nueva etapa o ciclo político, José Francisco Lagos afirma que lo principal es que la centroderecha logre configurarse como una oposición "firme, pero dialogante", con capacidad para sentarse a conversar no solamente con el gobierno, sino también con el resto del bloque opositor.
"Muchos al mencionar el 'nuevo ciclo político' creen que el futuro del sector debe ser necesariamente como ellos previamente habían dicho. Los liberales creen que la derecha debe ser más liberal, los socialcristianos que debe ser más socialcristiana y los conservadores que debe ser más conservadora. Ese es un error garrafal. Se requiere unir todo lo que esté a la derecha del socialismo y eso implica convivir con personas que no piensan de manera idéntica, pero que sí están dispuestas a ponerse de acuerdo en mínimos comunes", postula Lagos.
Rodrigo Arellano, en tanto, pone sobre la mesa dos nuevas vías sobre las cuales se debe reconstruir la derecha. Partiendo de la premisa que "una de las correlaciones que se mantuvieron es que quien tenía una votación municipal importante, ganaba la presidencial", el académico sostiene que el primer deber del sector es "recuperar comunas emblemáticas que le fueron arrebatados por el Frente Amplio y el Partido Comunista, como Maipú Santiago o Viña del Mar, que pasaron de una administración de Chile Vamos a una administración del FA y el PC, y ahí hubo un anticipo de lo que vendría a ser la elección presidencial".
El también concejal por Lo Barnechea aclara que otra de las dificultades que tuvo el oficialismo fue "entender el cambio de lógica generacional", a propósito de la incorporación de más de un millón de nuevos votantes en segunda vuelta. "Hoy vemos que asume un presidente de 36 años, que probablemente va a estar rodeado de una generación que vivió con ellos las protestas universitarias y escolares. Por lo tanto, la derecha tiene que volver a reencantar a un electorado joven que, sin duda, le dio la espalda en esta última elección", avisa. 2
(La centroderecha) debe ser capaz de institucionalizar un bloque de oposición, con el fin de plantear una agenda programática consistente con los valores de derecha".
Mientras la derecha no tenga un discurso y visión política, de cómo producir un orden legítimo, no va a salir del atolladero en que se encuentra".
Cada proyecto político puede tener sus propias ideas y forma de hacer política, pero atomizar la oposición, podría generar un daño inmenso a Chile".
La derecha tiene que volver a reencantar a un electorado joven que, sin duda, le dio la espalda en esta última elección".
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