Labor de Carabineros exige abierto respaldo
Tras la muerte de sargento atacado en San Antonio se espera una severa condena y el repudio social de quienes atacan a la policía uniformada. Vienen jornadas complejas, con incertidumbre por el orden público, situación en la cual Carabineros tiene un rol decisivo en la protección a las personas, a las ciudades y a los bienes públicos y privados. Esa tarea exige apoyo.
Nuevamente un carabinero muere en acto de servicio. El ataque, perpetrado durante una carrera clandestina en San Antonio, revela una conducta en extremo agresiva y, a la vez, la pérdida de respeto por la autoridad. Para ciertos sectores, insultar a Carabineros, agredirlos o atacar sus cuarteles o vehículos tiene legitimidad. Así, el golpe mortal al sargento Carlos Retamal puede explicarse, pero de ningún modo justificarse.
El policía, cuyos derechos humanos fueron violentados al extremo, era un funcionario ejemplar, y como ciudadano, más allá de su tarea, un servidor público en su calidad de voluntario del Cuerpo de Bomberos.
La ministra del Interior y Seguridad Pública, Carolina Tohá, expresó el repudio del Gobierno al hecho y anunció que se hacen todos los esfuerzos para dar con el autor del ataque y sus cómplices, confiando en que una vez detenidos se aplicarán penas ejemplares, llegando incluso al presidio perpetuo calificado, sin beneficios de libertad. A esta condena oficial, a los gestos de apoyo a la institución policial y a la familia del policía asesinado se debe sumar una voluntad permanente de respaldo a Carabineros. Respaldo ineludible, pues existe una campaña permanente contra las policías, especialmente contra Carabineros, aprovechando hechos puntuales que no son parte de la política institucional y que permanentemente se trabaja por evitarlos.
Es esa campaña, presente en sectores del oficialismo, y la falta de apoyo que se advierte en ocasiones ante situaciones conflictivas, lo que estimula los ataques a la policía uniformada, desalentando su labor e incluso frenando el acceso de nuevas generaciones a sus filas. En el curso de 10 meses, se han registrado 942 agresiones contra efectivos, acciones que deben ser severamente sancionadas junto a la condena social contra quienes las perpetran y promueven.
Vienen jornadas complejas, con incertidumbre por el orden público, situación en la cual Carabineros tiene un rol decisivo en la protección a las personas, a las ciudades y a los bienes públicos y privados. Esa tarea exige pleno respaldo para asegurar que ese trabajo de servicio público no se vea empañado con nuevos ataques contra quienes lo ejercen.
Además, hay que insistir en el control de las carreras clandestinas. En esas competencias, que se realizan en espacios públicos, se pone en riesgo la seguridad en general de toda la población. Y junto a ello, se da lugar a sujetos agresivos como el que atacó al sargento Retamal, se juegan altos montos de dinero y, estimulando a los participantes, está también la droga.
Como resultado de esta sumatoria llegamos a episodios criminales como la muerte del policía, trágico hecho que debe incentivar la aplicación de medidas efectivas, consistentes y permanentes de represión a una actividad que pone en riesgo a toda la sociedad.