La nueva batalla de los Cuerpos de Bomberos
Los ataques a los voluntarios, las amenazas y daños a su valioso material son una penosa señal del deterioro del alma nacional. El presidente nacional de Bomberos, Juan Carlos Field, afirmó que "no puede ser que ahora estemos pensando en incorporar cascos balísticos y chalecos antibalas a nuestras tareas".
Cuando los voluntarios del Cuerpo de Bomberos deben recurrir a elementos de protección para defenderse de posibles ataques en los lugares a los cuales concurren a combatir el fuego, quiere decir que algo anda mal, muy mal, en el alma nacional.
Reafirmando esa idea el comandante del Cuerpo de Bomberos de Valparaíso, Rodrigo Romo, expresa que "si debemos llegar a comprar chalecos antibalas para combatir incendios, la batalla está perdida". No está perdida la batalla contra el siniestro, pero en algunos sectores se ha perdido la comprensión y el reconocimiento a la tarea histórica de servicio que desarrollan los voluntarios.
Lamentablemente en los últimos tiempos los bomberos no solo deben asumir el riesgo de combatir un incendio, también la amenaza de sufrir robos, agresiones personales y daño en el valioso material con que se acometen las emergencias, cada vez más complejas y variadas.
Estas situaciones se han producido en Viña del Mar y en Valparaíso y también fueron gravísimas en los hechos de vandalismo de octubre de 2019 cuando se intentaba sofocar algunos siniestros provocados en varios edificios, algunos de ellos templos.
Ahora en Valparaíso el viernes pasado, cuando se combatían las llamas de un incendio intencional en la subida Ferrari de Valparaíso, los bomberos fueron atacados a tiros. El hecho culminó con la muerte del agresor, al ser repelido por Carabineros, pero es revelador de una mentalidad que no reconoce ni respeta a los voluntarios, mentalidad que lamentablemente no es un hecho aislado.
El presidente nacional de los Cuerpos de Bomberos de Chile, Juan Carlos Field, expresó la inquietud de la institución afirmando que "no puede ser que ahora estemos pensando en incorporar cascos balísticos y chalecos antibalas a nuestras tareas".
En realidad, no puede ser cuando se está agrediendo a una de las instituciones más prestigiadas y reconocidas del país, de acuerdo a varias encuestas. Pero lo que revelan los números no tiene un reflejo en esa realidad de los nuevos riesgos que deben enfrentar los bomberos.
Los ataques, por aislados que sean, desalientan la sacrificada entrega de los voluntarios y constituyen un síntoma más de esa sombra del respeto perdido que se advierte en nuestro comportamiento social en medio de empujones tras el poder en el Parlamento y piruetas unitarias en el Ejecutivo.
Como un alivio en este clima conflictivo una señal sanadora es la exitosa recaudación de la Teletón; pero lo importante es que esa señal sea el comienzo de un camino que ayude recuperar el respeto perdido que se expresa en conductas censurables que afectan a instituciones valiosas como son los Cuerpos de Bomberos y sus voluntarios en particular.