"Me veo mucho más afuera, saliendo por la ventana, que adentro del club"
Fernando Saavedra es, sin lugar a dudas, el jugador activo más identificado con la camiseta de Everton. El volante fue campeón en el Apertura 2008 y está en el Top 10 de futbolistas con más partidos jugados en el club viñamarino, con 299 presencias.
Pese a su condición de ídolo, hoy "Feña" no tiene asegurada su continuidad en la institución. Tras el partido con O'Higgins se acabó el vínculo que lo unía a la sociedad anónima controlada por el Grupo Pachuca.
"Estoy esperando nada más, yo terminé contrato y desde el club no me han dicho nada, nadie me ha llamado, ni siquiera me han preguntado algo. No sé qué pasará, vamos a ver durante estos días", señala el futbolista oriundo de Pullally.
- Llama mucho la atención, porque usted es un símbolo y además dentro de los ejecutivos de la sociedad anónima hay personas, como Gustavo Dalsasso y Camilo Rozas, que fueron compañeros suyos. Uno se imagina que al menos una llamada telefónica informal podría existir…
- Pero no la ha habido, esa es la realidad.
- ¿Con qué sensación se queda?, porque todos esperaban que este año cumpliera los 300 partidos jugados con la camiseta del club y no se dio.
- Para mí, siempre la prioridad la tuvo Everton. Cuando volví conversé con el presidente Pedro Cedillo y le dije que quería retirarme acá, que el 2023 sería mi último año como futbolista. Con 37 años era una edad suficiente para dejar las canchas, sobre todo en una institución que es mi casa.
- Las ha vivido todas en Viña del Mar.
- Es verdad, viví cosas buenas, malas, de todo tipo. Partidos peleando el descenso, partidos internacionales. En Primera B siempre recuerdo uno que jugamos en la cancha de Lota, que ganamos en el último minuto con un gol mío. Las he vivido todas. También representé al Everton en Inglaterra, salí campeón.
- A propósito del título de 2008, es el último jugador de ese equipo que sigue en el club.
- Pero eso es solo un símbolo, finalmente los jugadores pasan y lo que queda es la hinchada. De todos modos, siempre está el cariño por el club. Mis hijos, Antonio y Alonso, son fanáticos del Everton. Si me voy o me quedo, el cariño no se acaba. Ahora estoy esperando qué va a pasar, pero me veo mucho más afuera, saliendo por la ventana, que adentro del club.
- ¿Siente que la institución se preocupa poco por los ídolos, por los jugadores emblemáticos? Además, todos los años se van un montón de futbolistas y llegan muchos también.
- Siempre se repite la misma historia, por ejemplo el año pasado con la salida de Maxi Cerato. Cada año hay otro ejemplo. No sé si debieran cuidar más a los jugadores importantes. Si no te quieren, que al menos haya un poco de respeto, que te digan lo que va a pasar, que den la información. La verdad es que ya cuando iba pasando el año, para serte sincero, yo me veía más afuera que adentro del club. Uno siempre quiere jugar, pero si no eres citado… Pienso que en esta temporada hubo partidos para que yo jugara, pero la decisión no la tomaba yo. Siempre entrené, fui profesional hasta el último momento, pese a que el 2021 fue muy malo en lo personal, estuve operado después de un mal diagnóstico, me mantuve parado siete meses sin jugar al fútbol. Pensé que este año sería distinto, que iba a poder disfrutarlo, me preparé de buena forma, no tuve vacaciones, me quedé entrenando para poder estar, pero lamentablemente es lo que me tocó.
- Usted conocía a Francisco Meneghini desde La Calera. ¿Le dijo algo?
- Conversé muy poco con el entrenador, cuando habían pasado seis o siete partidos del torneo quise hablar con él, pero no pidiéndole explicaciones, solo preguntándole qué me faltaba para poder jugar. Me dijo que yo estaba bien, pero había jugadores que estaban mucho mejor que yo, y después las decisiones las toma el técnico.
- Con "Paqui" tampoco fue demasiado considerado en el equipo cementero.
- Lo tuve, cuando llegó los últimos ocho partidos del campeonato, jugué los ocho. Clasificamos a la Copa Sudamericana y me llamó para decirme que no me tendría considerado, así que busqué otra opción. Capaz que me ocurra de nuevo, pero esta vez en el club que es mi casa.
- ¿Cómo se sintió por no tener la posibilidad de llegar a los 300 partidos jugados en 2022?
- A principio de año me imaginé llegar a los 300 partidos, es una gran cantidad de encuentros en el club de mis amores, me faltó uno, pero estoy contento con lo que jugué. Te soy sincero, me hubiera encantado llegar a esa cifra, disfrutarlo con mi familia, con mi señora, con mis hijos, además también para retribuir el cariño de la gente.
- ¿Cuáles son los momentos más importantes que vivió defendiendo esta camiseta?
- El más importante es cuando salimos campeones, es el hito principal, porque cuando chico estuve en Everton con el profe "Chicho" García, luego me tuve que ir y volví el 2008, con el profe Nelson Acosta. Es el mejor momento de mi carrera. El otro es representar al Everton como jugador e hincha en partidos internacionales, ir a Inglaterra, fue importantísimo. Y si pienso en cosas que no sean deportivas, me queda el cariño de la gente, no sé si se ven reflejados en mí, pero siento eso cuando los hinchas me saludan, me dan las gracias, se llegan a emocionar por la forma en que represento al club en la cancha, me da un poco de vergüenza, porque yo solo trato de hacerlo de la mejor forma. Eso para mí es impagable. Con eso soy feliz.
- ¿A quiénes definiría como los mejores jugadores con que le tocó compartir en Viña del Mar?
- El mejor de todos, lejos, fue Jaime Riveros. Un crack, hasta el día de hoy hablamos. Otro importante fue "Limache" González, aguerrido, capitán, excelente como persona. Ese grupo del 2008 era muy unido y muy bueno. Para qué hablar de Canío, otro crack. Tendría que nombrar a muchos. Y de los amigos, Diego Orellana, que somos compadres porque soy el padrino de una de sus hijas.
- ¿Qué le pareció el rendimiento del equipo este año?
- Pienso que no anduvo mal, tuvo una buena participación en copas internacionales, lamentablemente en la Sudamericana clasificaba uno por grupo nomás. Y en el torneo hubo altos y bajos, el equipo hizo varios partidos muy buenos y lamentablemente no se pudo coronar con la clasificación.
- ¿Cuáles fueron los factores que pesaron para que no clasificaran a la Sudamericana?
- Pienso que influyó la partida de Di Yorio, la lesión de Juan Cuevas, aunque después aparecieron chicos que mostraron que podían ser alternativa. Eso es importante, que se le dé tiraje a la cantera del club, hay jóvenes que pueden ser alternativa, hay buen semillero.
- ¿Le gustaría dedicarse a dirigir?
- Mucha gente me lo dice, pero hay que tener ese bichito de estudiar, de querer ser entrenador, y la verdad yo no lo tengo por ahora. Quizás más adelante. Y si lo hago, sería para el fútbol formativo.
"Si no te quieren, que al menos haya un poco de respeto, que te digan lo que va a pasar, que den la información. La verdad es que ya cuando iba pasando el año, para serte sincero, yo me veía más afuera que adentro del club".
"